Máxima de Holanda está compitiendo por el título de la royal más moderna y atrevida de Europa. En su viaje oficial a Indonesia —donde actúa como enviada especial del secretario general de la ONU para la inclusión financiera— la reina de Países Bajos ha sorprendido con un look inesperado para un acto institucional: bermudas negras y mocasines adornados con microtachuelas. Una elección que rompe con las normas más conservadoras de la vestimenta real, pero que encaja a la perfección con esa imagen dinámica, cercana y contemporánea que Máxima proyecta desde hace años.
La revolución de las bermudas
Las bermudas viven un renacimiento absoluto desde las pasarelas primavera/verano 2025, y los mocasines se han convertido en el calzado de referencia del otoño. Máxima, siempre atenta a las tendencias —pero sin perder su identidad—, aprovecha su visita al país asiático para experimentar con prendas que pocas royals (o ninguna) se atreverían a llevar en un contexto institucional.
Un look minimalista, funcional y sorprendentemente moderno
Para su primera jornada de actividades en Indonesia, Máxima ha escogido un conjunto en negro y blanco de estética impecable y minimalista. Las protagonistas absolutas del look han sido las bermudas de traje, una prenda que las casas de moda más influyentes (Dior, Chanel o incluso firmas emergentes) han recuperado para demostrar que pueden ser tan elegantes como un pantalón largo.
Las ha combinado con una blazer negra con mangas campana, una prenda que ya lució hace justo un año, en noviembre de 2022, durante su visita oficial a Grecia y que destaca por ese toque arquitectónico en las mangas. Debajo, una camisa blanca clásica, la prenda infalible en cualquier armario cápsula y una de las favoritas de Máxima cuando busca equilibrar piezas más arriesgadas.Su elección de accesorios ha sido sorprendentemente contenida: sin pendientes, sin anillos, sin sus característicos broches. El único toque de color lo ha puesto su manicura burdeos, uno de los tonos más virales de la temporada otoño-invierno.
Bermudas: la prenda que divide opiniones y que Máxima reivindica
Las bermudas no son un término medio: o las amas o las odias. Lo que hace unos años era considerado casi un error de estilo —sobre todo en denim— se ha convertido en el nuevo uniforme de las insiders y de firmas que las han elevado al lujo. Dior las presentó en jacquard técnico, Chanel en tweed, y figuras como Gwyneth Paltrow o Suki Waterhouse las han incorporado a su armario como alternativa sofisticada y cómoda al short clásico.
Las de Máxima son una versión formal, de sastrería negra, con un corte pulido por debajo de la rodilla. Una elección más coherente para un acto oficial, aunque igualmente atrevida en un contexto institucional. Además, encaja con la tendencia actual hacia prendas versátiles, cómodas y con aire profesional sin necesidad de recurrir siempre a faldas o pantalones clásicos. Máxima muestra, de nuevo, que su estilo no es nada rígido.
Los mocasines: de icono clásico a zapato tendencia
Otro protagonista del look han sido sus mocasines negros, decorados con lo que parecen ser microtachuelas. El calzado plano ha ganado terreno entre las royals —especialmente Letizia— y Máxima se suma con un modelo que mezcla tradición y modernidad.
Los mocasines tienen un origen centenario, pero hoy viven uno de sus mejores momentos: aparecen en colecciones de Gucci, Loewe, Bottega Veneta o Celine, y también en firmas de tradición como GH Bass, que creó el famoso modelo Weejun en 1936. Son cómodos, versátiles y capaces de elevar cualquier conjunto. Y, en la versión de Máxima, aportan un toque rock, juvenil y totalmente inesperado en una aparición institucional.
La intensa agenda de Máxima en Indonesia
Durante cuatro días, la reina desarrolla una completa agenda centrada en mejorar la salud financiera y la inclusión económica en Indonesia. Visitará talleres de mujeres emprendedoras, centros de desarrollo fintech, proyectos de vivienda sostenible, sesiones con jóvenes, encuentros con bancos que ofrecen hipotecas asequibles y mesas redondas con empresas, organismos de desarrollo y el propio Gobierno indonesio.
Su misión: promover políticas y soluciones financieras que ayuden a hogares vulnerables, fomenten el ahorro, digitalicen pagos y reduzcan riesgos de fraude. Una labor que Máxima desempeña desde 2009 y que la ha convertido en una figura clave para Naciones Unidas.











