Semana repleta de actos oficiales para los reyes de los Países Bajos. Ayer Máxima protagonizaba un evento en Overijssel y esta mañana ha aterrizado en Francia con motivo de una visita oficial junto a su marido, el rey Guillermo Alejandro, en el que recorrerán la región de Occitania. En menos de 24 horas, la Reina ha dejado muestra, una vez más, de su versatilidad a la hora de vestir, puesto que ha pasado de un conjunto cañero con falda de cuero y botas de serpiente a otro más sencillo y atemporal en tonos neutros. Eso sí, ha querido aportar su toque personal al rematarlo por un accesorio que ha dado mucho que hablar.
Máxima muestra su imagen más clásica
Máxima ha mostrado su imagen más elegante y clásica, rescatando de su armario un dos piezas de Natan, una de sus firmas preferidas para el día a día, en color arena. Está compuesto por un top estructurado de discreto escote barco y solapas y una falda midi en línea 'A'. Para potenciar la figura, incorpora un cinturón en el mismo tejido, una pieza rematada por una hebilla-joya que aporta un aire más formal y sofisticado.
Completando esa imagen lady tan apropiada para una cita de mañana, ha recuperado sus salones acharolados en tono topo, un par de puntera redondeada decorados con un lazo y tacón ancho metalizado. Asimismo, ha lucido un bolsito de mano en ante y unos guantes de piel, todo en la misma gama de tonos arenas.
Máxima in Paris
En cuanto a las joyas, ha apostado por un impecable set atemporal compuesto por unos pendientes de perlas y diamantes y un collar de tres vueltas de finas perlas. Sin embargo, el accesorio más comentado no han sido ni estas piezas ni los citados taconazos, sino el tocado con el que ha completado el estilismo. Al más puro estilo Emily in Paris (sí, sabemos que no está en París, sino en Toulouse, pero la referencia es clara), la Reina ha apostado por una boina.
No es ninguna novedad decir que a Máxima le fascinan los tocados, de hecho, cuenta con una amplia colección de ellos en todo tipo de formatos, desde pamelas hasta platillos, fascinators, pillbox, diademas con diferentes ornamentos... En esta ocasión, para rendir homenaje a la moda francesa, ha optado por una boina, pero, fiel a su estilo, ha ido un paso más allá y no ha lucido un diseño clásico, sino una pieza de rafia con detalles bordados en zigzag.
De esta manera, reafirma su maestría en la comunicación no verbal y vuelve a recurrir a su armario para tener un guiño con el país anfitrión. Esta es, sin duda, una de las estrategias preferidas de reinas como doña Letizia o Rania de Jordania, que apuestan habitualmente por firmas de los lugares que visitan.