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Los refugios de animales no son lugares tristes, sino llenos de amor

Tal vez ha sido por el cine y la televisión, pero las ‘perreras’ de ficción siempre se pintan como lugares más próximos a una prisión, donde se respira la agresividad y el peligro. Nada más lejos de la realidad. Si bien la mayoría de los refugios sobreviven con muchos menos recursos de los que serían necesarios y eso hace que no siempre sean entornos idílicos, lo cierto es que son lugares con mucho amor y respeto por los animales, donde lo más importante y absolutamente primordial es el bienestar de los perros. Solo entablando conversación con los responsables del refugio te darás cuenta de que el voluntario del refugio es un persona que dedica todo su tiempo libre a colaborar para que estos animales tengan una segunda oportunidad, comúnmente se ha ocupado de salvar literalmente la vida de muchos de estos perros llevándolos al veterinario en las situaciones extremas en las que son encontrados, son personas que no paran de luchar, de preocuparse por el hogar que encontrarán y por su felicidad. 

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Los perros adoptados son increíblemente cariñosos

No todos los perros que están en el refugio han tenido una historia terrible a sus espaldas, pero sean grandes o pequeños, lo cierto es que casi todos anhelan un hogar y sentirse parte de una manada: de la tuya. Contra lo que podrías imaginar, los perros de refugio que están esperando una adopción no sólo no son nada agresivos, sino que generalmente tienen una necesidad de amor que te emocionará. Los propios voluntarios del refugio, además, realizan una evaluación muy detallada de su carácter y siempre que un perro presente problemas de socialización serán los más interesados en que se sepa y no acaben en el hogar equivocado, por eso no debes preocuparte. A diferencia de una tienda, recuerda que los refugios no quieren cumplir con una cuenta de resultados, sino que su objetivo es que cada uno de los perros encuentre una vida mejor: la mejor vida posible. 

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Los canes de refugio ya tienen parte de su educación completada

Si eres primerizo teniendo perro en casa, contra todo pronóstico tener un perro de refugio puede ser más fácil. Se suele pensar que tener en casa un cachorro comprado es una manera más sencilla de no meterte en problemas, al fin y al cabo un cachorro no arrastra miedos o una mala educación, y supuestamente son más dóciles. Sin embargo esto no es del todo verdad. Los perros de refugio generalmente ya saben donde pueden hacer sus necesidades y donde no, etc… Por esta razón cuando llegues a casa con él podrás centrarte en conocerlo y en darle amor, y no tanto en cuestiones de educación que pueden ser un poco más farragosas cuando se trata de un cachorro y que el perro adoptado puede ya tener completadas.

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El mito de que solo hay perros viejos, enfermos o con traumas

En los refugios también hay cachorros, de hecho puedes encontrar casi cualquier tipo de perro, grandes, pequeños, jóvenes y ancianitos. Si tu motivación para comprar en vez de adoptar es que, dado que vives en un piso pequeño, lo mejor será un perro pequeño y dócil, lo cierto es que no es incompatible con la adopción. Tal vez, eso sí, no serán perros de raza, pueden tener algo de mezcla, sin embargo la ciencia nos dice que estos son los más sanos, pues la mezcla genética potencia las fortalezas congénitas.

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La prueba de fuego para saber si quieres adoptar o comprar

Muchos de los refugios tienen cuenta de instagram donde publican fotos y casos reales de los perros que acaban de llegar. Verás que son publicaciones con mucho cariño y con un alto grado de 'realismo'. En algunos casos se explica cuál es la situación de maltrato que traen estos canes, y cómo el veterinario les está ayudando. En otras ocasiones son llamamientos a la adopción o acogida de perros que están en perfectas condiciones y necesitan un hogar. Es prácticamente imposible que no sigas a dos o tres cuentas de Instagram de protectoras y no acabes adoptando a un perro, es más: si no lo haces es que los canes no son lo tuyo. Porque el grado de empatía y de amor que percibirás viendo esas fotos será contundente, la duda no será ¿a cuál de estos perros adopto? sino ¿cómo no adopté antes?

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Puedes probar sin adoptar ni comprar, sino acoger

Hay una forma de aproximarse a la vida con perros que implica algo menos de responsabilidad a largo plazo y que, si todavía le tienes respeto a dar el paso de convivir ‘para siempre’ con un can, puede que esta manera te convenza. Se trata de la acogida, tendrías al animal en casa solo hasta que el refugio consiga un hogar para él. ¿Por qué existe este tipo de relación? Por dos motivos fundamentales, por un lado la mayoría de los refugios no tienen espacio físico para todos los animales que rescatan, y no sería saludable que estuvieran hacinados. Por otro lado, lo que necesitan los perros es amor, y son precisamente los perros de acogida los primeros de la lista para convivir con humanos, porque a raíz de sus vivencias anteriores tal vez se sienten vulnerables, no quieren pasar tiempo solos o los cuidadores saben que formar parte de un entorno doméstico les va a ayudar a ser más felices. Para que te hagas una idea del grado de responsabilidad y de plazo, un perfil que suele acoger perros son los estudiantes universitarios que viven lejos de casa, en pisos alquilados, y que durante sus estudios se ofrecen a tener este modelo de mascota temporal, ayudando a su recuperación, dándoles amor y en espera de un hogar. En la acogida prima la disponibilidad de quien acoge, cuando los universitarios deben marchar (en verano generalmente), si el perro aun no se ha adoptado regresa al refugio, lo que ejemplifica que no será un plazo indefinido ni que tus planes a medio plazo se vean limitados.

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Ventajas de la acogida

Si te has decidido mínimamente a plantearte la acogida debes tener en cuenta algunas ventajas que puede que te acaban de decidir. La primera es que los gastos del animal corren por cuenta del refugio, que a su vez está sufragado por los socios y simpatizantes. Tanto la alimentación como las facturas veterinarias corren a cuenta del refugio. Por otro lado, la experiencia de tener un perro de acogida es muy intensa, además de ser perros con una alta necesidad de amor (y ganas de darlo) también pueden tener algún problema veterinario, por lo que tú serás el responsable de acompañarles a sus visitas médicas y de ver su mejoría, lo cual es absolutamente emocionante y da sentido a todo.

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Los perros mayores aportan otro tipo de amor

La idea de compra de un animal se basa en formar parte de la vida de un can desde el primer minuto legal, es decir, desde los 3-4 meses de vida. Es divertido y muy ilusionante. Sin embargo, no solo existe ese punto de vista, y puedes barajar la opción de experimentar cómo sería hacerlo justamente al revés. Si adoptas a un perro mayor, adulto o incluso un anciano, la percepción que tendrás de la convivencia con él será muy distinta, y no por ello menos emocionante y divertida. Los perros mayores son más cautos, pero no escatiman ni un gramo de amor, es más: lo valoran especialmente y ponen todo de su parte para cosecharlo y preservarlo.

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No tengas miedo a las condiciones legales de los refugios

Se suele ver muy cuesta arriba el proceso que los refugios establecen para conceder la adopción de un can. Realmente no es tan terrible, largo o complejo como parece. Simplemente debes tener en cuenta que ellos quieren lo mejor para el perro, y eso tiene dos variables: que seas la persona idónea (que tanto tú estés a gusto con él can, como él contigo), y que este proceso sea lo más rápido posible. Porque es tal el nivel de necesidad que tienen los refugios de espacio y de recursos que no van a tardar un segundo más en conceder una adopción si reúnes las condiciones necesarias. Es cierto que el proceso no es tan instantáneo como ir a un criador, elegir el cachorrito que quieres y llevártelo, pero la adopción es infinitamente más gratificante y el tiempo que inviertas validando tu petición lo confirmará.

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