Que él decida salir voluntariamente
Los conejos están programados para sentirse presas, por eso la seguridad es tan importante para ellos, y un sentimiento de vulnerabilidad les envuelve a cada paso que dan. Por ese motivo, si sacamos de la jaula al conejo, tomándolo en brazos y le dejamos posado en el suelo o el sofá, lo primero que sentirá es “tierra, trágame”, porque para el conejo estar fuera de la jaula a priori significa sentirse vulnerable: a merced de los imprevistos, y como buena pesa, su forma de predecir el futuro no es precisamente positiva, en su instinto solo pronostica ser interceptado por un depredador y morir en sus fauces. Por ese motivo, si no quieres que tu conejo salga despavorido a esconderse, o que sufra estrés por verse fuera de la jaula: debes esperar a que él mismo salga, abandonando así su zona de confort de forma voluntaria y aventurándose a demostrar que centímetro a centímetro no se está tan mal fuera.
Leer más: Pros y contras de tener un conejo en casa