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Si notas que tu perro se rasca en exceso o que tiene alguna pequeña lesión en la piel, tal vez tengas que consultar con tu veterinario ante la posibilidad de que tu mascota tenga un problema dermatológico. “Existe una amplia variedad de dermatosis caninas y una amplia variedad de causas que las desencadenan”, nos cuenta Nuria Falcón, Veterinaria y Responsable de desarrollo de producto en Laboratorios Ozoaqua.

 

Así, la experta nos explica que son comunes las dermatitis de tipo bacteriano, fúngico y parasitario, como pueden ser la dermatofitosis, la pioderma, la dermatitis por Malassezia o los diferentes tipos de sarna. “También son comunes enfermedades de tipo endocrino con manifestación cutánea, enfermedades autoinmunes que afectan a la piel y tumores cutáneos de tipo benigno o maligno. Pero a día de hoy, las grandes protagonistas de la dermatología, tanto canina como humana, son las dermatitis de tipo alérgico, como la dermatitis atópica canina (DAC), la dermatitis alérgica a la picadura de pulgas (DAPP) o las reacciones adversas al alimento (RAA). En concreto, la DAC es la patología cutánea canina de mayor prevalencia. Se trata de una predisposición genética a presentar hipersensibilidad frente a alérgenos ambientales como los ácaros, el polen, los hongos, las descamaciones epidérmicas y los insectos”, nos detalla.

 

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Ojo si se presentan estos síntomas

Lo cierto es que, tal y como nos explica la veterinaria, es sencillo percibir que algo no va bien a nivel cutáneo, ya que la piel es un órgano palpable y observable. “El espectro de manifestaciones en piel y pelo que alertan de problemas dermatológicos es amplio. Existe una retahíla de denominaciones específicas para las lesiones cutáneas típicas: habones, pápulas, pústulas, máculas, collaretes epidérmicos…”, nos cuenta Nuria Falcón, que explica que cada una tiene sus particularidades; pero, en general, con ser capaces de identificar la presencia de pequeños signos es suficiente para indicarnos que estamos ante una lesión dermatológica. Entre esas señales podemos encontrarnos:

-Abultamientos.

-Cambios de coloración.

-Descamación.

-Costras o cualquier otra anormalidad que llame nuestra atención.

-Uno de los signos por antonomasia que aparece de forma muy frecuente en diversos tipos de procesos cutáneos es el picor y todas sus manifestaciones asociadas como pueden ser el rascado o las lesiones producidas por el rascado (excoriaciones).

-También el lamido,  el mordisqueo, el frotamiento contra objetos, la coloración rojiza por efecto de la saliva, el aplastamiento del pelo, la alopecia, el enrojecimiento, el engrosamiento de la piel o la hiperpigmentación (adquisición de una coloración oscura).

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¿Cómo actuar ante un problema dermatológico de nuestra mascota?

“Siempre se debe priorizar la prevención al tratamiento. Es importante que los responsables de las mascotas nos concienciemos de que las revisiones veterinarias deben ser periódicas e independientes de la aparición de sintomatología que nos preocupe y, por supuesto, ante la observación de cualquier signo que reconozcamos como extraño, ya sea de expresión cutánea o no, debemos solicitar una cita para consulta veterinaria”, nos cuenta la experta.

 

“Es común que no manifiesten signos de molestias o que no nos resulte sencillo reconocerlas y, por este motivo, la detección precoz de algunas enfermedades se ve limitada, con el consecuente perjuicio que esto conlleva a la hora de alcanzar el éxito en el tratamiento. En este sentido, la detección de problemas dermatológicos juega con ventaja ya que la piel es un órgano externo y observable”, explica la veterinaria. Pero matiza que, sin embargo, la similitud en cuanto a lesiones y sintomatología en las diferentes patologías dermatológicas hace realmente difícil que podamos siquiera orientarnos en cuanto la causa, que muchas veces ni siquiera se encuentra en la piel. “Normalmente en una lesión cutánea no vemos un riesgo acusado; sin embargo, sin experiencia, en algunos casos es difícil discernir si la patología está afectando exclusivamente a la piel o está involucrando otros órganos. Por eso se hace imprescindible la consulta veterinaria. Incluso perros que ya han padecido alguna afección cutánea pueden, a posteriori, mostrar la misma sintomatología y estar padeciendo una patología distinta y que requiera de un protocolo terapéutico distinto al que había recibido la primera vez”, nos explica. Y resalta que cabe señalar que algunas dermatosis de tipo infeccioso pueden ser contagiosas para otros animales o para las personas, por lo que solicitar una consulta es una obligación, no sólo con nuestra mascota, si no con la salud pública.

 

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La importancia de la detección precoz del problema

“Por otra parte, el abordaje de procesos patológicos en su fase inicial suele implicar mejor tasa de éxito y recuperaciones más rápidas. Por el contrario, la dilación en la aplicación de las medidas terapéuticas adecuadas tiene como consecuencia el aumento del riesgo de cronificación, recidivas y complicaciones secundarias al proceso primario que, además de comprometer la salud y el bienestar de nuestras mascotas, incrementan de forma acusada el coste total del tratamiento. Por todos estos motivos, las dudas se nos disipan. A la menor aparición de cualquier síntoma o lesión cutánea, es necesaria la consulta veterinaria”, recomienda sin dudarlo la especialista.

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¿Se pueden prevenir los problemas dermatológicos de nuestro perro?

La veterinaria considera que sí que es posible prevenir la aparición de problemas veterinarios. “Los buenos hábitos son fundamentales en la prevención de problemas dermatológicos”, cuenta Nuria Falcón, y nos resume algunos de estos hábitos:

-Es imprescindible proporcionar una dieta completa y equilibrada que contenga los nutrientes necesarios para que piel y pelaje se mantengan en perfecto estado y para que el sistema inmunológico pueda mantener sus competencias.

-Una buena rutina de higiene, con productos específicos para perros que respeten la fisiología de su piel, es otro básico de la prevención dermatológica.

-También es importante eliminar factores estresantes que, además de inmunodeprimir, pueden desencadenar reacciones conductuales alteradas como el rascado compulsivo, origen de numerosas complicaciones secundarias.

-Se deben respetar, y nunca retrasar, las visitas periódicas al veterinario, que establecerá pautas de desparasitación y demás protocolos preventivos (calendario vacunal, planes nutricionales, etc.), que garanticen el correcto estado sanitario tanto a nivel cutáneo como a nivel general.

 

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Una vez que aparece el problema, ¿cómo debemos tratarlo?

“Aunque es insuficiente pensar en tratamientos estandarizados para cada patología y lo correcto en dermatología sea realizar un abordaje de cada caso clínico de forma individualizada, podemos hablar de forma general de que existen diferentes protocolos terapéuticos y diferentes principios activos que nos permiten luchar contra las diferentes patologías que afectan a la piel de los perros. Algunos de ellos irán encaminados a solucionar la causa, cuando se pueda, y, otros, a resolver la sintomatología. En algunos casos, la causa de las patologías es desconocida o la ciencia no ha alcanzado a resolver la solución a dicha causa. En estos casos no queda más remedio que tratar la sintomatología y prevenir, para que no vuelva a presentarse o para retrasar su reaparición lo máximo posible”, nos comenta.

 

Y explica que existen numerosos principios activos útiles para atajar cada causa particular que origina un proceso cutáneo y cada vez son más las novedades terapéuticas que los laboratorios son capaces de desarrollar para poner a disposición de la clínica dermatológica. “En este sentido, los aceites vegetales ozonizados son un principio activo muy versátil y muy interesante, ya que trabajan con doble propósito para resolver la causa y tratar la sintomatología. Son capaces de inhibir un amplio espectro bacteriano y fúngico, combatiendo diferentes especies de estafilococos, Malassezias y dermatofitos, que pueden funcionar como causa primaria o como complicación secundaria de numerosos procesos patológicos de la piel. De esta manera, se convierten en una buena herramienta para disminuir el uso de antibióticos y contribuir a su reserva, para limitar la generación de resistencias a ellos, beneficiando a largo plazo la salud pública general (animal y humana). También son capaces de resolver algunas dermatosis participadas por ácaros. Además, mejoran la sintomatología de un gran porcentaje de dermatosis ya que ayuda a controlar la sensación de picor, promueve la cicatrización y tiene efectos antiinflamatorio, hidratante y antioxidante”, nos explica la veterinaria. Y comenta que en su composición disponen de ácidos grasos esenciales que favorecen la restructuración de la barrera cutánea.

 

Se aplican de forma tópica, con lo cual son una buena herramienta para dirigir el tratamiento a la zona afectada y no recurrir a tratamientos que actúan de forma indiscriminada a nivel sistémico. Son un principio activo innovador, eficaz y seguro tanto para utilizar sólo como en combinación con otros principios activos, ya que no genera interacciones entre moléculas (aunque se recomienda espaciar su aplicación al menos 2 horas de cualquier otro producto tópico). Al no tener efectos secundarios, es recomendable su utilización de forma preventiva en todos aquellos procesos recidivantes que puedan verse beneficiados por sus propiedades, con el objetivo de retrasar al máximo la aparición del próximo brote sin perjudicar la piel; como puede ser el caso de la dermatitis atópica”, concluye experta de los Laboratorios Ozoaqua, especializados en la Dermocosmética de Aceite Ozonizado para el cuidado de la piel de toda la familia, y también de las mascotas, con su gama OzoVet.

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