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Si tienes un gato en casa, quizá te hayas planteado adoptar un segundo felino para que se hagan compañía. Y es que si pasas mucho tiempo fuera de casa, puedes pensar que tu mascota lo va a pasar mal. "Los gatos domésticos pueden vivir bien solos o en grupos bien integrados ya que tienen un comportamiento social flexible. En un entorno adecuado podemos tener a dos gatos felices compartiendo un mismo hogar, pero no todos los gatos se adaptan fácil mente a la compañía de otro", apunta Sophie Ribas Crueize, veterinaria de Clinicanimal de Puerto Venecia, en Zaragoza. 

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Entonces, cómo hacerlo para evitar problemas o estresar a nuestro animal. "Los gatos recién llegados pueden estresar al gato de un hogar, haciendo que este manifieste comportamientos de evitación, marcaje con orina y rascado de superficies. Podemos encontrarnos con gatos que no están a gusto, en un estado de temor y vigilancia permanente intentando evitar peleas". Por ello, antes de dar la bienvenida a un nuevo gato en casa es importante asegurarnos de que el estado de salud del que ya tenemos es bueno. Así como hablar con el veterinario antes de dar el paso. 

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¿Cómo realizar el acercamiento? 

Si ya tenemos claro que no existe ningún problema para la salud del animal que ya tenemos en casa, hemos hablado con el veterinario y estamos a punto de tener otro gato, debemos seguir los siguientes consejos. 

  • Poco a poco. Siempre deberemos realizar la introducción de un nuevo gato de forma gradual. Antes de comenzar, es recomendable instalar difusores de feromonas faciales felinas sintéticas en la habitación donde alojaremos inicialmente al nuevo gato y en la zona donde realizaremos el proceso de introducción.
  • Habitación separada. Prepararemos una habitación separada donde mantendremos al nuevo gato, y cerca de la puerta, en ambos lados pondremos algún juguete o premios o comida sabrosa.
  • Intercambiaremos olores. Pasaremos objetos de una habitación a otra o intercambiaremos a los gatos para que se acostumbren al olor del otro pero sin verse. Esperaremos a que el gato esté totalmente relajado (pueden pasar varios días) antes de sacarlo de la habitación para que explore otras partes de la casa (sin que se encuentre con el otro gato).
  • Contacto visual. Si vemos que los gatos están relajados, sin conflictos a ambos lados de la puerta, permitiremos el contacto visual. Deben poder verse estando físicamente separados.
  • Contacto físico. Tras un periodo de contacto visual positivo, permitiremos el contacto físico pero siempre supervisado. Ofreceremos juguetes y golosinas. Siempre refuerzo positivo y evitando el castigo.
  • Sin supervisión. Si la relación es buena, pasaremos a permitir el contacto no supervisado durante unos pocos minutos. Intentaremos que estos contactos se produzcan con frecuencia para que se vayan acostumbrando. Con el tiempo, si todo va bien, podremos dejar abierta la habitación donde teníamos a nuevo gato.

Es importante realizar estos pasos poco a poco y si se producen conductas negativas ir más despacio y volver al paso anterior.

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Evita peleas innecesarias 

Siempre deberemos asegurarnos de que los recursos sean suficientes (varios bebederos, comederos, areneros, zonas de descanso y escondites) para evitar tensiones y altercados entre los gatos.

Si se producen peleas o situaciones conflictivas o vemos que alguno de los gatos lo está pasando mal debido al estrés que le causa la compañía del otro gato, deberemos separarlos.

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¿Cojo macho para una hembra o viceversa? 

Lo importante no es si se trata de un macho o una hembra, "aunque siempre suele ser más sencilla la convivencia entre gatos castrados", señala la veterinaria que apunta a la edad de los gatos (que se trate de animales jóvenes) y el carácter (bien socializados, amistosos y confiados) son factores importantes a tener en cuenta ya que facilitan la adaptación al introducir a un nuevo gato en el hogar.

Por otro lado, "adoptar dos o más gatitos emparentados y castrados antes de que alcancen la pubertad nos puede ayudar a que se toleren y establezcan vínculos sociales entre sí, aunque no siempre funciona", indica. 

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¿Y si no se toleran?

Hay circunstancias en las que es mejor dejarlo estar y conformarnos con tener un solo gato en casa o esperar a que aparezca una pareja más apropiada para nuestro felino. "Si, habiendo realizado una introducción lenta y gradual vemos que nuestros gatos son incapaces de adaptarse el uno al otro, y la tensión y los conflictos son constantes, debemos desistir. Si hemos revisado nuestro caso en particular y no vemos que es lo que podemos mejorar para que la convivencia sea adecuada (en algunos casos deberemos acudir a un etólogo para que nos ayude a encontrar el problema para poder corregirlo), deberíamos plantearnos que esos dos gatos no deberían vivir en un mismo hogar", concluye Sophie Ribas Crueize.

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