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Sentado a tus pies. Así es como tu perro disfruta pasando parte de su jornada. ¿Cuál es la razón de esta costumbre? “Puede haber múltiples respuestas a esta pregunta y como en casi todo en psicología canina, cada perro es un mundo. Por esto mismo, la justificación en cada caso puede ser subjetiva y no tiene por qué haber una única respuesta correcta”, anticipa Sergio Martínez, etólogo veterinario de AniCura Constitución. Pero lo cierto es que sí que podemos encontrar una serie de motivos que pueden llevar a nuestra mascota a seguir esta conducta.

 

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Por afecto y un apego excesivo

Esta conducta se puede interpretar de muchas maneras. “El lenguaje corporal canino es tan amplio, que esta acción puede tener una gran cantidad de significados”, nos cuenta Sonia Sáez, veterinaria y Brand manager de Purina. Puede ser simplemente por gusto, que lo hagan porque se sienten cómodos y a gusto estando cerca nuestro. Pero hay más opciones:

Simplemente por afecto

“El perro como animal social le gusta estar con su familia, y en casa su propietario es su familia si el vínculo es fuerte. Probablemente sólo quiera estar con nosotros a los pies cuando estamos sentados en un sofá, mientras que otros agradecerán subirse directamente encima nuestra o apoyar su cabeza en el regazo”, nos cuenta el veterinario.

Para expresarnos su apoyo

“Los perros son capaces de percibir nuestro estado de ánimo. Es por eso que puede ser que adopten esta conducta para demostrarnos apoyo y compañía, en momentos en que estemos tristes o pasando un mal rato”, cuenta Sonia Sáez.

Por hiperapego

“Hay perritos que son demasiado dependientes de sus propietarios y necesitan estar constantemente a su lado o tocándolos. Esta conducta se trata de un trastorno que suele ir acompañado de problemas de ansiedad cuando su referente se va de casa. Es algo que se debe trabajar tanto por los problemas que esto ocasiona al propietario como por el estrés que le produce esta situación”, añade el experto. Los casos de hiperapego patológico desencadenan una ansiedad en ausencia del propietario, y potencian aún más el no separarse de él cuando están juntos.

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¿Puede ser ansiedad o incluso miedo?

Los expertos nos resumen más motivos que pueden motivar este comportamiento: 

Ansiedad por separación

“Si han pasado mucho tiempo sin nosotros o se han quedado solos a lo largo del día, por ejemplo, puede que se sienten sobre nuestros pies para expresar su tristeza por este hecho, para encontrar consuelo y cariño que sienten que no han tenido”, añade la experta de Purina.

Por protección

“En un ambiente estresante para el animal puede decidir sentarse cerca nuestra para protegernos. De ser así probablemente no esté relajado o se duerma, si no que estará atento y reactivo”, cuenta Sergio Martínez.

Por miedo

“En ambientes fuera de casa puede pasar que el animal pase miedo. Dado que somos sus referentes y su seguridad, es probable que nos busquen para resguardarse o incluso que pidan subir al regazo”, añade el etólogo. En el caso de que busquen seguridad, suele darse “en perros miedosos, cachorros o recién abandonados. El hecho de acostarse sobre nuestros pies los hace sentirse acompañados y les da confianza y tranquilidad”, cuenta la veterinaria.

Para marcar territorio

“A veces ocurre que adoptan esta conducta para marcar territorio, desprendiendo su olor característico, para avisarle a otros animales que ese es su espacio. Puede ocurrir si comparten casa con otra mascota, por ejemplo”, cuenta la experta.

 

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Un sentimiento de propiedad

Nos preguntamos si este hábito puede tener que ver con un sentimiento de propiedad de la persona sobre la que se sienta. “Hace algún tiempo que se desechó la idea de dominancia de perros hacia las personas, tratándose de una característica entre individuos de la misma especie. Por lo tanto, no tendría sentido hablar de un sentimiento de propiedad, sino de afinidad o protección”, matiza el experto de AniCura. Lo que sí es cierto es que es más habitual en el caso de perros a los que les gusta estar en contacto con sus dueños constantemente. “Hay animales que por su carácter son mucho más cercanos a su familia y valoran más el contacto físico constante. Un aumento exacerbado podría ser consecuencia de un hiperapego que, como hemos comentado antes, se trata de una forma de interacción poco saludable”, añade el etólogo, que nos cuenta que es una conducta que podemos observar incluso en gatos de carácter afectivo, con la diferencia de que ellos suelen elegir posicionarse cerca del cuerpo o la cabeza, gracias a su mayor libertad de movimiento y tamaño.

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¿Es un comportamiento normal?

Lo cierto es que es un comportamiento que podría calificarse de normal, en general. “Hemos explicado que hay diferentes causas que pueden provocar esta conducta, y otras menos usuales como conductas reforzadas o incluso por frío. Se puede considerar una conducta normal excepto en los casos que generen agresividad hacia el entorno o en los casos cuya conducta venga acompañada por otras características típicas del hiperapego o la ansiedad, como serían perseguir al propietario en todo momento o las destrucciones y vocalizaciones cuando se quedan solos”, concluye Sergio Martínez.

 

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