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La gran mayoría de los gatos que hemos conocido a través del cine y de la televisión en nuestra infancia tienen un halo de travesura en sus actos, por eso a la hora de nombrar al felino que convivirá con nosotros en casa ni solo podemos guiarnos por su aspectos físico, sino también por las actitudes y temperamento que como buen gato probablemente desarrolle de una forma y otra.
Gatos traviesos, un género en sí mismo
El carácter independiente y sarcástico de Gardfield es un clásico que no puede pasar desapercibido, con ese tono de estar por encima del bien y del mal, de ojear por encima del hombro nuestros actos y de saber qué frase decir en el momento adecuado para desmontar nuestra ilusión o nuestros falsos propósitos. Los gatos de la ficción como Garfield no temen entregarse al placer del descanso, porque sí, cualidades que podemos aprender y reflejar en nuestros gatos, que nunca escatiman un buen rincón para echar una siesta.
Otro gato naranja y que nos puede retrotraer a nuestra infancia es Isidoro, aunque su nombre original fue Heathcliff, un nombre mucho menos cañí. Su personalidad era tan traviesa que incluso en México se le apodó simplemente como Pícaro. Es un gato que se hizo famoso gracias a las aventuras narradas en forma de pequeñas viñetas de periódico que aparecieron durante más de diez años en los diarios norteamericanos. La gran diferencia entre Garfield e Isidoro es que el primero prefiere quedarse en casa y el segundo es un aventurero que no teme buscar aventuras fuera.
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Inteligentes como un gato
A veces es más sabio quien más calla, o eso pudiera parecer. La personalidad de los gatos es enigmática y logra ese halo de misterio gracias a que no son fáciles de escrutar, no se venden barato, y siempre parece que traman algo. La inteligencia pudiera ser una de las cualidades más marcadas en los felinos, por lo menos en aquellos que utilizan su encanto misterioso para demostrar que esa desconfianza y sigilo oculta una mente privilegiada. La ficción se ha encargado de retratar esa inteligencia con varios gatos muy inteligentes que ahora nos pueden ceder sus nombres para designar a los nuestros.
Doraemon es, sin duda, el gato más inteligente de la historia de la ficción, aunque lamentablemente sus planes nunca salían como él pretendía. Cierto es que realmente se trata de un ‘gato cósmico’, que fue concebido nada menos que en 1969 y sus aventuras siguen vigentes y renovadas gracias al tremendo éxito de su serie de televisión, que aun mantiene a los niños de todo el mundo atentos a los guiones que se escriben y se llevan a la pantalla desde Japón. Doraemon no es un gato de carne y hueso, ni siquiera en la serie, sino un robot con forma de gato, y está diseñado para ser capaz de sentir emociones humanas y cuidar de Nobita Nobi, un niño de 12 años.
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Gatos a los que es mejor no acercarse
Pero sin duda lo que la ficción nos ha dado son gatos malos, malísimos, mezclando ese espíritu travieso con una inteligencia que utilizan para sus fechorías. El gato Azrael, fiel mascota del villano Gargamel de ‘Los Pitufos’, debe su nombre al arcángel que tiene encomendado recibir las almas de los fallecidos para llevarles a su juicio en la otra vida, sin duda un nombre enigmático y sonoro.
Otro nombre de gato malvado que pasará a la historia es el de Lucifer, otro personaje bíblico que encarnó al ángel más cercano de Dios, con gran sabiduría, pero que trató de convencer a otros ángeles para que se unieran en la invasión del cielo en lo que se podría haber convertido en un golpe de estado celestial. Este gato Lucifer fue el responsable de muchos de los pesares de la obra de ficción ‘Cenicienta’, un gato terrible que no dejará vivir en paz ni a la huérfana llena de hollín ni a sus ratoncitos amadrinados.
Gatos tiernos, un motivo para ensimismarse
A todo aquel que haya crecido viendo clásicos de Disney como ‘Pinocho’ se le habrá instaurado en la retina la ternura que producía el gato Fígaro, fiel mascota de Gepetto. Este gatito representa la faceta más tierna de los felinos, se sorprende por todo con gran regocijo, duerme plácidamente en cuanto tiene un momento de relax (incluso se acurruca con una mantita), y es tan moloso que produce somnolencia con tan solo pronunciar su nombre.
Pero si hablamos de un universo tierno solo tenemos que abrir las puertas del mundo de Kitty, un fenómeno que nació en japón en los años 80 y que sigue con plena salud en todo el planeta. El personaje de Hello Kitty se caracteriza por ser entrañable, algo presumido, y enormemente bondadoso. En Japón existe un parque de atracciones dedicado a este personaje y a su mundo, y sus colecciones de moda, juegos y accesorios están por todo el planeta. Pero en su universo no solo existe Kitty, Sanrio también desarrolló una decena de personajes alternativos para las aventuras de ficción, uno de ellos es Kuromi, la antagonista de Kitty, viste con un sombrero de payaso ‘arlequín’ y aunque no da tregua, es tan tierno como Kitty. Otros personajes de Sanrio, muy adorables, son Mimmy White (la hermana de Hello Kitty) y My Melody (una de sus mejores amigas).
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