Comportamiento

Ventajas e inconvenientes de tener un hurón en casa

Los hurones se caracterizan por su energía y ganas de juego, pero por eso mismo a veces resultan demasiado traviesos. Te damos pistas para convivir con ellos sin problemas y ayudar a su adiestramiento.

Por David Navarro

Aunque lo habitual es optar por perros o gatos, si te apetece algo diferente ten en cuenta a los hurones, que no son ni mucho menos una moda pasajera dado que llevan conviviendo con el ser humano desde el año 500 a.C. Guardan ciertas similitudes con perros, gatos o conejos, pero tienen su propio comportamiento y normas, por lo que conviene que tengas muy claro cuál es su personalidad antes de optar por uno.

Los hurones no necesitan muchos cuidados, dado que no hay que sacarles de paseo, se alimentan con pienso y se lavan de forma similar a los perros, con un baño cada uno o dos meses. Viven entre 5 y 10 años, y pueden llegar a medir hasta 45 centímetros, siendo siempre el ejemplar macho más grande que las hembras.

Cómo se comportan los hurones

En cuanto a comportamiento se parecen más a los gatos si tenemos en cuenta que adiestrarlos no es posible salvo en algunas cuestiones concretas como hacerle aprender su nombre o educarle para que se acostumbre a elegir un solo lugar donde hacer sus necesidades. Al margen de eso, se comportará bajo sus propias leyes, hará lo que le apetezca y escuchará a su instinto siempre antes que a ti. No son ni de lejos tan leales como un perro, pero no tienen ese carácter de mirarte por encima del hombro de los gatos.

El rasgo de personalidad más llamativo de los hurones es lo juguetones que son. Siempre están buscando travesuras nuevas a las que enfrentarse. Resultan muy divertidos de observar e interactuar, pues se toman muy en serio sus objetivos y siempre parece que van a descubrir un nuevo territorio nuevo cuando simplemente están retozando por el salón.

Para adiestrar a los hurones generalmente se recurre a los spray de manzana, éste es un olor que les desagrada profundamente, por lo que se suele impregnar con este olor las zonas, objetos o muebles que queremos dejar libres del hurón. Al igual que con los perros, también se les premia usando unas chuches especiales, ellos identifican rápidamente cuál es la forma y el olor de estos premios y los integran en su comportamiento.

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Los hurones se mueven por la casa

Al igual que perros y gatos, el mejor estado para convivir con un hurón es la semi-libertad. Tener al animal por la casa como un conviviente más, y no encerrado en una jaula como es más común tener a hámsters o conejos. El hurón es demasiado activo para estar encerrado en un espacio minúsculo, por una cuestión de estrés resulta muy duro para él no poder explorar y jugar fuera. 

Sin embargo, el hurón es tan activo, enérgico y curioso que es necesario rediseñar la casa para evitar que pueda hacerse daño. Lo más importante es limitar las estructuras por las que él pueda escalar: nada de estanterías que comiencen en el suelo, son un peligro mortal. Las ventanas siempre deben estar cerradas, pues los hurones no dudarán en explorar qué se siente fuera de casa y podrían no regresar. También debes controlar los huecos por los que pueda meterse, pues como buen animal de madriguera está más que encantado de acceder detrás de los armarios, bajo el sofá y en cualquier otra estructura similar a un túnel.

Otros puntos de tu casa que representatán un gran peligro son el horno y la lavadora, ciérralos siempre, es muy probable que si encuentran ese escondite les acabes encontrando allí jugando o histérico por querer salir. También puede ocurrir que muerdan los cables eléctricos, pese a no ser roedores tienen un gusto muy peculiar por morder, de ahí que el spray de manzana sea tan útil. También odian el limón y todo lo cítrico (como los perros y gatos).

Cuidado con otras mascotas

El hurón es similar al perro y al gato en tanto que no es una presa, sino un depredador. La dieta original del hurón es carnívora aunque en los hogares se alimenta de pienso especial. Por esta razón, su comportamiento es inverso al de un conejo o un hámster, él es quién busca presas, no el que se asusta y huye. Los hurones tienen una actitud exploradora, que se percibe con ese instinto de subir lo más alto posible, para poder otear el espacio y encontrar animalitos a los que atacar.

Por esta razón, los hurones no son buenos compañeros de cualquier animal herbívoro como conejos o hámsters, y sí pueden convivir perfectamente con perros y gatos. Sin embargo, todo depende de la socialización que se realice entre los animales, y cuál sea la edad de cada uno al conocerse. Ayuda mucho que se conozcan desde cachorros, pues se adaptan a comprender que se trata de un amigo y no la merienda. Los hurones, por su nervio e instinto pueden resultar más letales que los gatos, son menos reflexivos.

No es extraño que los hurones muerdan a sus dueños, sin embargo es importante destacar que no se trata generalmente de mordeduras graves, sino más bien fruto del juego, similares al daño que puede a infringir un gato que no controla sus energías o un perro mordiendo en clave de juego. Algunos ejemplares macho resultan algo más agresivos y frustrantes para sus dueños, pues no son tan abrazables y se muestran algo más ariscos, las hembras por el contrario suelen ser más favorables a la paz.

¿Y los niños? Se desaconseja tener hurón si vas a tener un bebé en casa, pero desde los dos años del niño ya empieza a no haber mayor problema. Los hurones, de hecho, encontrarán un compañero de juegos ideal, pues probablemente hurón y niño sean igual de traviesos y curiosos. 

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Excentricidad del sueño

Los hurones son animales que duermen mucho, hasta 14 horas al día, y tienden a dormir del tirón. Son animales que usan la noche y gran parte de la mañana para dormir, hasta la tarde. Necesitan máxima oscuridad para conciliar el sueño, deberás taparle la jaula con una manta, por ejemplo. 

Como están programados para vivir en madrigueras, su biología les impide dormir al aire libre por una cuestión de seguridad, y aún los hurones domésticos son incapaces de echar una cabezada con luz, no les verás dormidos sobre el sofá como gatos o perros.

Si construyes una gran madriguera con cajas de cartón, puedes hacer galerías diferentes y que acabe siendo un gran castillo de juegos para tu hurón, con agujeros y zonas diferenciadas. Ahí podrá divertirse horas y horas y, si no hay muchas aberturas puede incluso que le guste usar ese espacio para dormir, pues imita muy bien lo que para su especie simbolizan las madrigueras: lugares oscuros donde estar a salvo durante sus largas horas de sueño.

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