Volvió a Cieza (Murcia) y apenas pudo contener las lágrimas. Fueron demasiadas las vivencias que de pronto se agolparon en la mente de Carla Royo Villanova, demasiados los recuerdos e innumerables los sentimientos que surgieron de pronto de su corazón. Y no tuvo más remedio que emocionarse al mencionar, en su discurso de presentación de la Semana Santa de la localidad murciana, a algunos de los seres más importantes de su vida y que han desaparecido en los últimos meses. Entre ellos, su tío Guillermo, para ella un segundo “padre”, fallecido a finales del pasado año, y su abuela ciezana, Guillermina Payá, que nos dejó hace tres años. Dos nombres propios que han marcado la vida de la nuera del Rey Simeón de Bulgaria.
La Junta de Hermandades Procesionarias de este bello rincón de la Vega del Segura le encomendaba el honor de presentar la más grande tradición ciezana, su Semana Santa y Carla Royo Villanova no pudo decir que no. Es una distinción al que muy pocos se pueden negar, sobre todo en homenaje a la familia de su padre, quien fue uno de los asistentes en la Basílica de la Asunción donde tuvo lugar el acto que resumía como una noche “mágica”. “En el escenario estaba mi hija, hablando de su abuela, mi madre. Ella tiene que estar muy orgullosa de su nieta por como ha hablado de su tierra y de la Semana Santa de Cieza. Seguro que desde un balcón del cielo fue una espectadora más" comentaba.
La empresaria de La Rosa de Bulgaria también estuvo acompañada por su marido Kubrat y sus dos hijos menores Lukas y Tirso. "Jamás pude imaginar que quien vio nacer a mi abuela, a mamá Mina, me recibiese con tanto cariño. Ha sido increíble. Desconocía la belleza y grandiosidad de su Semana Santa. Ahora ya sé porque me hablaba con tanto cariño de su tierra. Yo volveré. Seguro" asegura la esposa del príncipe Kubrat de Bulgaria, junto a quien forma un sólido matrimonio como se pudo comprobar en la Semana Santa de Cieza 2014
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