Antonio Morales, el hijo de Rocío Dúrcal y Junior, se separa

Por hola.com

Antonio, el hijo de Rocio Dúrcal y Antonio Morales, "Junior" y su esposa, Edurne González, se han separado. La pareja, padres de dos gemelos, Aitor y Antonio, han decidido poner fin a su unión dos semanas después de la muerte de la artista, según nos ha confirmado el propio hijo de Rocío. Al parecer, Antonio Morales y su esposa llevaban una temporada distanciados y atravesando una fuerte crisis, que finalmente desembocó en la ruptura definitiva. Una ruptura que, al parecer, no se produjo abiertamente antes para que la madre, ya en la última etapa de la enfermedad que acabó con su vida, no tuviera conocimiento de la separación.

Días después de la muerte —el pasado 25 de marzo— de su madre, Antonio Morales dejaba su chalé de Torrelodones, ubicado, por cierto, casi al lado de la casa de sus padres. Las imágenes de este reportaje muestran los momentos en los que Antonio Morales, hijo, sacaba del que había sido hasta ahora el domicilio conyugal diversos enseres y objetos personales, introduciéndolos en una furgoneta, en la que realizó la mudanza a un piso que, al parecer, tiene en una céntrica zona de Madrid y en el que, a partir de ahora, piensa vivir. Esta ruptura ha de suponer, sin duda, un golpe más para Junior, quien, sin embargo, siempre ha sabido respetar, por mucho que le puedan doler, las decisiones de sus hijos, a los que adora.

Antonio Morales, el hijo de Rocío y Junior, y Edurne, su mujer, contrajeron matrimonio el 26 de septiembre de 2001 en una familiar e íntima ceremonia. Dos años después, el nacimiento de sus hijos gemelos, Antonio y Aitor, vino a colmar la felicidad que les unía, llenando a la vez de alegría la casa de Rocío Dúrcal y Junior, que estaban locos con los pequeños. Cabe destacar que Aitor y Antonio nacieron prematuramente (el alumbramiento de Edurne tuvo lugar a los seis meses de embarazo), y en algún momento se llegó incluso a temer por la vida de los pequeños. Sin embargo, a base de cuidados, consiguieron salir adelante, y hoy son dos niños sanos y fuertes.

Antonio Morales inicia, a partir de este momento, una nueva vida, enfrentándose, por un lado, al dolor que supone toda superación (Edurne había sido su primera y única novia) y, por otra parte, a la ausencia de su madre, a la que adoraba y cuya enfermedad vivió día a día y a su lado.