—Estoy ahí muy contenta y feliz. He comprado una antigua fábrica de chocolates y la he convertido en un «loft ».
—¿Tan grande como los que aparecen en las películas?
—¡Qué va!
—Hablas de una antigua fábrica,Alex.
—Pero también hay fábricas pequeñas. Tiene un dormitorio con el baño, un salón, la cocina...,poquito, poquito pero muy contenta. De todas formas, me lo estoy tomando con mucha calma.
—El mar te ha dado serenidad.
—Sí, vengo más calmada y hago las cosas más despacio. De momento, tengo puestos el dormitorio y la cocina y ahí es donde hago la vida. Conforme vaya trabajando, me iré comprando más cosas.
—Hablando de mar, Alex, menudo repaso el que ha dado Miguel Temprano a vuestros compañeros de la isla. Tú eres quien mejor ha salido parada.
—Conozco a Miguel desde hace bastante tiempo, y aunque sus formas puedan ser malas a veces, su fondo siempre es bueno.
«IMPROVISO MAS QUE PREPARO»
—¿Mujer de aventura?
—Yo improviso las cosas más que prepararlas. Y mira que estoy rodeada por personas que son más previsoras. También me ha gustado mucho la aventura por el mundo de los caballos, puesto que en muchas ocasiones no sabía si iba a dormir en un hotel o en el «box » del caballo junto a una amiga, con los ratones corriendo por ahí.
—Tu nueva casa a lo mejor implica planes de boda.
—No a corto plazo, ni de aquí a dos años.
—Pero sí crees en el matrimonio.
—Por supuesto. En mi casa esos valores siempre han sido muy importantes.
—Vives el día a día.
—Eso lo primero. Aparte, nunca sabes si una persona va a ser para toda la vida o no. Puedes sentirlo en tu interior, pero luego puedes llevar con esa persona dos meses y casarte a los cuatro meses y ser el hombre de tu vida, o llevar diez años de relación, casarte y ser un fracaso.
—Las prisas no son buenas.
—Efectivamente.
—¿Tu momento sentimental?
—Muy bueno. Llevamos juntos año y medio.
—De boda, nada. Insisto.
—Nada, pero sí soy partidaria de vivir juntos antes de casarte para ver si te aclimatas a la otra persona.
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