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Tomate: 

Utiliza una maceta grande para que pueda crecer una buena tomatera. 

Cada tipo de tomate tendrá unos requisitos pero, en general, lo ideal es que lo plantes a mediados de mayo, en un lugar donde reciba muchas horas de luz solar y, en cuanto al riego, la tierra debe estar húmeda. 

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Cebollas: 

Las cebollas pueden crecer fácilmente en macetas. Se pueden plantar en primavera, verano e invierno. 

Necesitarás una con una buena profundidad, unos 30 cm. 

Puedes plantarla en un lugar soleado durante todo el año, a partir de semillas o bulbos, y recoger la cosecha unos cuatro meses después (cuando las hojas empiecen a amarillear). 

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Lechugas: 

Utiliza planteles de algún agricultor ecológico. 

Trasplántalos a una maceta grande, colocada en semisombra y con temperaturas que no bajen de los 5ºC ni suban de los 25ºC, ya que no les gusta el calor extremo.

Para regarla, es mejor que añadas agua al recipiente para que la tierra vaya absorbiendo la humedad que necesita. 

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Jengibre: 

Si eres fan de esta raíz, lo serás aún más cuando veas qué fácil es cultivarlo en casa. 

Deja que el jengibre germine dejándolo en agua una noche. 

Plántalo en semisombra, y en una maceta profunda y con los brotes germinados hacia arriba. 

Asegúrate de que la tierra está húmeda. 

Cuando veas que la planta se pone mustia o muere, es el momento de cosecharlo. 

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Fresas: 

Necesitan que la tierra esté muy húmeda y necesitan semisombra, ya que son plantas que suelen crecer bajo los árboles. 

Puedes cultivarlas en cualquier maceta, aunque prefieren las de gran tamaño. 

Para cultivarlas, lo ideal es que consigas la mata, puesto que el cultivo a partir de las semillas es más complicado. 

Estas plantas suelen producir 'hijos', denominados, estolones, que enraizan fácilmente en otras macetas, con lo que la producción aumentará. 

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