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El contacto físico es el más poderoso ansiolítico del mundo, así como el cariño y la dulzura son grandes reconstituyentes. Las parejas felices mantienen el contacto corporal siempre que es posible. Asimismo, la complicidad, cultivada a lo largo de los años, es otro de los grandes secretos para mantener y difrutar de la vida en pareja. 

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