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La técnica sencilla que está ayudando a miles de mujeres a reducir el estrés en la menopausia


En una etapa marcada por cambios físicos y emocionales, muchas mujeres notan más estrés y sensibilidad. Incorporar pequeños gestos creativos —como cocinar, pintar o escribir— puede convertirse en una herramienta sencilla para aliviar la tensión y recuperar equilibrio durante la menopausia.


Retrato de una mujer madura pintando en su casa© Getty Images
23 de noviembre de 2025 - 18:00 CET

Hace unos días me siento un poco más triste y mi estrés va en aumento. No sé si se debe al cambio de temporada o si ciertas circunstancias me han alterado el ánimo, por decirlo de alguna manera. Pero ¿y si la menopausia lo estuviera agravando? 

Últimamente, me noto más susceptible y entro en esta dinámica emocional con mayor facilidad. He comenzado a centrarme en formas de fomentar mi creatividad. En los momentos más estresantes, cuando cocino, pinto o hago alguna manualidad, me siento mejor. ¿Será que activar mi creatividad puede ayudarme? 

Mujer trabajando su creatividad© Getty Images

¿Recuerdas esos días antes de la menstruación, cuando solías sentirte un poco más sensible o melancólica? En la menopausia, justo en ese momento de transformación y reconfiguración neuroendocrina, el organismo parece tomarse una pausa para depurar emociones o vivencias no resueltas. Al igual que en el síndrome premenstrual, es un tiempo propicio para revisar y cuestionar asuntos que quedaron sin gestionar.

Mujer tejiendo© Getty Images

La creatividad es una herramienta poderosa de autorregulación emocional, conexión interna y neuroprotección durante esta etapa.

En estas circunstancias, existe un camino: la creatividad como vía natural de adaptación psicoemocional; un lenguaje del cuerpo y del alma. En medio de los cambios hormonales, emocionales y físicos, crear puede parecer un lujo… pero es una necesidad. 

La creatividad es una herramienta poderosa de autorregulación emocional, conexión interna y neuroprotección durante esta etapa.

Mujer haciendo cerámica© Getty Images

La creatividad como vía de autoconocimiento 

Muchas mujeres relatan sentir cambios en su manera de percibir la vida, un cansancio mental persistente o una desconexión con aquello que antes las motivaba. Este proceso no es casual: se trata de una reorganización neuroendocrina profunda que afecta la modulación de neurotransmisores clave como la dopamina, la serotonina, el GABA y el cortisol.

Una mujer cocinando© Getty Images

Durante esta reconfiguración neuronal y hormonal, la capacidad del sistema nervioso para regular las emociones puede verse temporalmente comprometida. La dopamina —vinculada con la motivación y el placer— puede reducir su disponibilidad o sensibilidad. La serotonina —relacionada con el bienestar y el sueño— también presenta fluctuaciones. Y el cortisol —regulador de la respuesta al estrés— tiende a predominar cuando no existen mecanismos naturales eficaces para gestionarlo.

Una mujer haciendo un ramo de flores© Getty Images

Aquí es donde la creatividad se convierte en una herramienta esencial. Lejos de ser un lujo, la expresión creativa actúa como una forma de autorregulación neurofisiológica que favorece una coordinación adaptativa entre el cerebro, el intestino y el sistema inmunológico. Es decir, cuando una mujer crea, no solo se expresa: también modula su inmunidad, reorganiza su historia interna y actualiza su narrativa vital.

Una mujer practicando danza© Getty Images

Se ha observado que involucrarse en prácticas como la pintura, el dibujo, la música o la danza activa áreas cerebrales como la amígdala y la corteza prefrontal medial, esenciales en la regulación emocional.

Actividades como la pintura, la cerámica, la escritura libre, la música, la jardinería o incluso la cocina consciente no son simples pasatiempos: activan redes cerebrales que integran ambos hemisferios, estimulan la neuroplasticidad, promueven la coherencia emocional y reducen los niveles circulantes de cortisol. Sus beneficios se reflejan también a nivel físico: disminuyen la inflamación silenciosa, mejoran la digestión, favorecen la regulación del sueño y restablecen la conexión con el deseo.

Una mujer que se dedica a la jardineria© Getty Images

La menopausia, en este sentido, abre una posibilidad: redirigir la energía psíquica desde la procreación hacia la creación.

Estudios recientes indican que la expresión artística y creativa puede activar rutas neurofisiológicas asociadas a la regulación del nervio vago —una vía clave del sistema parasimpático—, lo que contribuye a reducir el estrés y la inflamación de bajo grado. 

Por ejemplo, un estudio cuasi‑experimental halló que 45 minutos de creación artística redujeron significativamente los niveles de cortisol en participantes sanos. También se ha observado que involucrarse en prácticas como la pintura, el dibujo, la música o la danza activa áreas cerebrales como la amígdala y la corteza prefrontal medial, esenciales en la regulación emocional.

Mujer haciendo una vasija de cerámica en un taller.© Getty Images

Crear como forma de sanar

En la búsqueda de herramientas que nos ayuden a expresar nuestra creatividad y aliviar tensiones emocionales, la arteterapia —una intervención psicoterapéutica basada en la expresión artística— se presenta como un recurso valioso y profundamente transformador. No solo despierta el impulso creativo, sino que ofrece un punto de partida hacia la sanación emocional.

Una mujer practicando papiroflexia© Getty Images

Esto tiene una explicación fisiológica clara: cuando creamos —ya sea a través del arte, la escritura, la música o el movimiento consciente— se activa el sistema límbico y se estimula la neuroplasticidad, es decir, la capacidad del cerebro para formar nuevas conexiones neuronales. 

Este proceso resulta especialmente beneficioso durante etapas de reorganización hormonal, ya que facilita la adaptación cognitiva y emocional, promoviendo estados mentales más positivos, flexibles y resilientes.

Una mujer dibujando© Getty Images

También se modula la actividad de la amígdala y se abre una vía directa hacia la regulación del eje hipotálamo-hipófisis-adrenal, clave en la respuesta al estrés. En otras palabras, el acto de crear reduce la inflamación, estimula la memoria emocional positiva, organiza el mundo emocional interno y mejora la sensibilidad al entorno.

Más allá de su efecto terapéutico, la arteterapia ofrece un espacio seguro y libre de juicio, donde cada persona puede reconectar consigo misma. Su fundamento es claro: el proceso creativo permite explorar emociones, gestionar el estrés, mejorar la autoestima y fomentar el autoconocimiento, sin necesidad de recurrir al lenguaje verbal.

Una mujer meditando© Getty Images

Como señala Sonia Lucena en su libro Quiérete bien (Editorial Alienta), entrenarse para ser la mejor versión de una misma no se limita al ejercicio físico: implica un compromiso diario con la construcción de hábitos que nos acerquen a la vida que deseamos. La conciencia —aclara Lucena— no es innata, se entrena.

Una mujer haciendo macramé© Getty Images

Tips para activar tu creatividad en la menopausia (y sentirte mejor en el proceso)

  • Escritura libre durante 10 minutos cada mañana. Deja fluir lo que surja, sin censuras ni correcciones. Es una herramienta potente para liberar tensiones internas y vaciar el ruido mental. 
  • Pinta, dibuja o garabatea sin juicio. No se trata de hacerlo “bien”. El objetivo no es estético, sino terapéutico: activar el hemisferio derecho, liberar emociones y entrar en estado de flow. 
  • Crea tu propio altar simbólico. Escoge objetos que representen tu transformación (una piedra, una fotografía, una vela, una flor seca…). Ese rincón será tu ancla emocional. 
  • Practica la respiración creativa. Cierra los ojos e imagina que inhalas formas, colores o texturas. Al exhalar, suelta lo que ya no necesitas. Activas el sistema límbico de forma natural. 
  • Diseña tus propios rituales diarios. Preparar una infusión, encender una vela o moverte con una música que te emocione. Lo importante: repetición, ritmo y disfrute. 
  • Reserva espacios de no productividad”. Dedica al menos 15 minutos al día a algo que no hayas practicado antes: bordar, coser, probar sabores nuevos, ordenar materiales. El descanso también crea. 
  • Respeta tus ritmos circadianos. Dormir bien, tomar el sol por la mañana y comer según tu reloj biológico favorece el equilibrio emocional y la creatividad. 
  • Incorpora alimentos que despierten tu energía creativa. Cúrcuma, cacao puro, frutos rojos, grasas saludables y adaptógenos como la Rhodiola te ayudan sin agotarte. 
  • Únete a un círculo de mujeres. La creatividad florece en comunidad. Crear juntas, compartir o simplemente estar es profundamente reparador. 
  • Escucha música que te conecte con emociones. Cambia de playlist según el momento del día. El ritmo y la melodía también regulan el sistema nervioso.

REFERENCIAS

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