Vivimos en una época en la que el éxito se mide en "me gustas", metas cumplidas y objetos acumulados. Aunque los defensores del minimalismo han tratado de demostrar que "menos es más" y que se puede vivir bien solo con lo básico, el mundo parece estar pensado para buscar siempre más. Sin embargo, cada vez más personas sienten que, por mucho que tengan, algo falta. Estrés, ansiedad, insomnio, sensación de vacío… La paradoja del bienestar moderno es que lo tenemos todo, menos calma.
Cuando te sientes sobrepasado, no querido, triste, o desconectado, por mucho que poseas, nada te hará bien. Si la mente y el corazón no están sanos, no hay objeto ni like que pueda curarlos. Porque la verdadera riqueza, hoy, es poder dormir tranquilo, vivir sin miedo al futuro y sentirte en armonía contigo mismo.
Inmaculada Reinoso, experta en mindfulness y bienestar, fundadora y CEO de respiraproject.com (@respira_project_) lo resume así: "Conseguir paz interior en la rutina diaria pasa por cultivar hábitos sencillos pero constantes. Por ejemplo, dedicar unos minutos de silencio al día puede marcar la diferencia. No hace falta que sea en un sitio especial, sino que puede ser mientras te duchas, en el trayecto al trabajo o antes de dormir. Esos momentos te ayudan a desconectar del ruido y a escucharte un poco más".
Calma y serenidad: qué es la paz interior
En una cultura que idolatra la productividad, detenerte parece difícil. Pero ese pequeño espacio de pausa puede ser un esfuerzo tan poderoso que suele convertirse en el refugio más valioso del día.
Muchas personas se convencen de que, cuantas más cosas tengan —un coche, una casa, más dinero— más felices. Sin embargo, a veces sucede que cuando consiguen estas posesiones, el vacío emocional sigue ahí. La satisfacción material solo lo tapa por un rato, como una tirita sobre una herida que necesita atención más profunda.
Pero alcanzar esta paz interior va mucho más allá de despojarse de todo lo que no necesitamos, o de convivir con lo que tenemos equilibrando la alegría y gratitud por tenerlo, con nuestro autocuidado.
Inmaculada Reinoso subraya que no se trata solo de parar, sino de vivir con autenticidad: "También es importante ser honestos, tanto con los demás como con uno mismo. A veces decimos pequeñas mentiras para evitar problemas o quedar bien pero, al final, eso solo nos aleja de nuestra tranquilidad y nos genera estrés. Ser coherente con lo que sentimos y pensamos da una sensación de calma enorme."
Esa coherencia interna, esa alineación entre lo que sientes y lo que muestras, es una forma de higiene emocional. Te libera de la carga de sostener apariencias y te devuelve a lo esencial. El dinero y los bienes materiales pueden ofrecerte tranquilidad: te permiten cubrir necesidades básicas, solucionar problemas y tener más opciones en la vida. Pero esa tranquilidad —la ausencia de problemas externos— no es lo mismo que la serenidad, que es una calma profunda, estable y duradera.
Cómo alcanzar la paz interior
La paz interior no se consigue acumulando cosas, sino cultivando prácticas internas como la gratitud, el autoconocimiento, la aceptación, la meditación o el desapego. Y ahí entra otro de los pilares que menciona la especialista: "Y, por último, creo que el desapego es clave: no aferrarse demasiado a las cosas materiales, a las personas o a lo que no podemos controlar. Vivir con sencillez nos enseña que la felicidad no depende de lo que poseemos, sino de la libertad interior. Cuando aprendemos a vivir con sencillez, nos sentimos más plenos, felices y auténticos."
El apego es, precisamente, uno de los grandes ladrones de paz. Cuando tu serenidad depende de tener ciertos bienes, vives en una constante ansiedad. Primero surge por conseguirlos, y después por mantenerlos. El miedo a perder lo que tienes puede convertirse en una forma de esclavitud emocional.
Vivir con sencillez, como apunta Inmaculada Reinoso, no significa renunciar a todo, sino poner las cosas en su lugar. Es aprender que lo material puede acompañarte, pero no definirte. Pero, ¿puedes realmente alcanzar esa paz interior de manera plena?
La psicóloga opina que, plenamente, es difícil, pero que podemos tratar de encasillarla nosotros mismos sabiendo que, aún a pesar de los obstáculos que nos pone la vida, estamos haciendo todo lo posible para sentirnos bien y coherentes con nosotros mismos y tratar de alcanzar esa calma de la que habla: "Siempre habrá situaciones que nos hagan tambalear, porque no todo depende de nosotros, y hay circunstancias que se escapan de nuestro control.
Lo que sí podemos aprender es a manejar los pensamientos y emociones que nos generan esas situaciones, y decidir cómo reaccionar ante ello. Esa capacidad de elegir nos da mucha calma y nos acerca a la paz interior", señala la experta.
Esa capacidad de elegir —de no dejarte arrastrar por la tormenta— se convierte en el núcleo de un bienestar más sostenible y realista. Como añade la profesional: "Para lograrlo, la autodisciplina, el esfuerzo y la constancia son clave, y se pueden cultivar a través de psicoterapia o prácticas como el mindfulness, la meditación o el yoga. Son herramientas que nos ayudan a conocernos mejor y a mantener el equilibrio incluso cuando la vida se vuelve complicada".
En un mundo que corre sin parar, encontrar serenidad se ha convertido en el símbolo más aspiracional. Más que ropa cara o vacaciones exóticas, lo que realmente deseas —aunque a veces no sepas ponerle nombre— es vivir en paz contigo mismo.













