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mujeres hablando© Getty Images

Cristina Jurado, psicóloga: "En cinco minutos vemos detalles que nos indican si alguien es mala persona"

En una conversación rápida aparecen alertas que advierten sobre el nivel de bondad de quién tenemos en frente: nuestra experta en salud mental te ayuda a detectar cuáles son


Paula Martíns
Colaborada de Moda y Estar Bien
6 de julio de 2025 - 10:00 CEST

Hay personas que en los primeros cinco minutos de conversación, despiertan una sensación incómoda. No han hecho nada abiertamente ofensivo, pero algo no encaja del todo. Quizá ha sido un comentario disfrazado de broma, o el modo en que monopolizan el diálogo sin mostrar demasiado interés en lo que el otro tiene que decir. Sea como sea, la intuición a veces activa una alerta precoz que parece advertir de que puede que no estemos ante alguien limpio, y a veces, no se equivoca.

No hacen faltan días y días de análisis para darse cuenta, simplemente saber leer bien las señales y el contexto. La psicóloga y directora de El Gabinete (www.elgabinetepsicología.com), Cristina Jurado, lo deja claro desde el principio: en una interacción breve se puede llegar a captar más de lo que se cree. "En ocasiones, en cinco minutos de conversación podemos ver detalles que nos indican si la otra persona es mala. No se trata de encasillar a alguien con una actitud puntual, pero sí podemos percibir ciertos patrones", advierte. No proponemos ir por la vida juzgando, sino de identificar comportamientos que -si se repiten- pueden llegar a resultar dañinos.

chicas hablando cocina© Getty Images

Lo que se dice… y lo que se hace sentir

Existen varias pistas reveladoras que pueden avisar de que tanteemos más a esa persona, que no confiemos en ella desde un primer momento. Según la experta en salud mental, una de ellas tiene que ver con el tono y contenido de ciertas bromas. Cuando alguien "minimiza a los demás con bromas degradantes o comentarios que pueden ridiculizar a otros", incluso aunque lo haga de forma inocente, conviene prestar atención. Ese tipo de humor, que se presenta como inofensivo, "puede llegar a enmascarar una necesidad de sentirse superior o de falta de empatía".

No menos reveladora es la actitud durante la conversación. Cristina Jurado señala que una mala señal aparece cuando una persona "no escucha, interrumpe constantemente o desvía el foco hacia sí mismo". En estos casos, lo que se impone es más el deseo de impresionar o controlar que el de establecer una conexión real: "Una persona que está más preocupada por impresionar o controlar la conversación que por conectar de forma real, no está demostrando un interés genuino". Claro que no todos estos casos indican que haya una sombra detrás, pero sí que puede ser uno de los muchos indicadores de que exista.

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Otra pista a menudo infravalorada está en cómo esa persona se refiere a los ausentes. Si "habla mal de los demás, incluso aunque no estén presentes", es muy probable que haga lo mismo con uno mismo cuando no se esté delante. Esta actitud suele "revelar una forma de relacionarse desde la desconfianza y manipulación o negatividad", señala la psicóloga.

Y si bien algunas señales se expresan en palabras, otras simplemente se sienten. El cuerpo es sabio y no hace falta que pase algo concreto para percibir que esa situación no es la correcta. Ese malestar difuso que aparece de forma espontánea no debe subestimarse. Cristina Jurado apunta que, en estas situaciones, "podemos llegar a sentir una sensación incómoda, como tensión o que "algo no está bien"". A veces, el cuerpo interpreta antes que la razón.

Además, unido a varios de los anteriores factores, existe otro más que se puede apreciar rápidamente. Hay personas que necesitan imponer su visión de las cosas incluso cuando apenas conocen al otro. En estos casos, según la psicóloga, “busca controlar o imponer. En ocasiones, aún sin apenas conocerte, parece que quiere leer tu mente, o decirte qué deberías hacer o cómo deberías pensar". Una actitud que, más allá de lo invasiva, puede delatar una personalidad rígida o controladora.

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Las señales contrarias: cómo se nota una buena persona

Pero no todo son banderas rojas. Así como ciertas actitudes pueden generar alarma, otras -por sutiles que sean- transmiten bienestar y seguridad. Hay personas que son luz, y a veces una bondadosa se reconoce por cómo te hace sentir, incluso aunque apenas hable: "Te hace sentir en paz, no tiene intención de demostrar nada. Puede ser una persona callada, pero existe una sensación de respeto, seguridad y calma en su presencia". Además, hay más factores que terminan de señalar que la persona que tienes en frente puede ser de fiar:

  • Esa paz suele venir acompañada de una escucha activa y auténtica. En palabras de Cristina Jurado, se nota cuando alguien "escucha con atención y sin juicios rápidos, muestra interés con preguntas abiertas, no interrumpe y no parece querer imponer su punto de vista". Una forma de comunicarse que deja espacio al otro y que transmite respeto por la diferencia.
  • Hay coherencia entre lo que se dice y lo que se hace, eso también suma. "Se expresa con coherencia emocional, lo que dice y cómo actúa están alineados", explica Cristina Jurado. Este alineamiento entre palabras y acciones genera confianza, porque reduce la posibilidad de contradicciones disfrazadas.
  • El cómo se habla de los demás importa. Incluso cuando esas personas no están presentes. "Habla de los demás con respeto, incluso cuando no están”, asegura la psicóloga. Una señal clara de ética y de empatía, especialmente en tiempos donde el juicio rápido se ha vuelto costumbre.
  • Aunque parezca un detalle menor, el humor también puede revelar mucho. Cristina Jurado subraya que una buena persona "tiene sentido del humor sin dañar a otros, se ríe contigo y no de ti ni de los demás, por lo tanto puede ser una persona que ve la vida con empatía". No se trata de evitar las bromas, sino de saber cómo y desde dónde se hacen.
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No hay que juzgar, pero sí leer las señales

A lo largo de los años, distintas investigaciones han apuntado a que las primeras impresiones, aunque no siempre precisas, sí contienen una gran carga de información no verbal y emocional. Ahora bien, como matiza Cristina Jurado, estas pistas deben tomarse con cierta cautela. Percibir una señal incómoda no siempre significa que estemos frente a una mala persona. Algunas personas atraviesan momentos difíciles o se protegen desde la rigidez. Otras simplemente son tímidas o torpes en sus primeras interacciones. Por eso, no se trata de etiquetar con rapidez, sino de observar con atención.

Saber leer ciertas actitudes puede ayudarnos a protegernos, sí, pero también nos recuerda que todos —en algún momento— hemos podido resultar incómodos para alguien más. El criterio no está en juzgar desde la distancia, sino en construir vínculos con más conciencia, observando no solo lo que se dice… sino cómo nos hace sentir.

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