Eduardo Mendoza es de esos autores que nos acompañan con ingenio y lucidez. Su prosa ha sido y sigue siendo desde hace décadas una ventana que nos muestra la sociedad que nos rodea, pero con un tono que arranca carcajadas e invita a la reflexión. Y es que desde su Barcelona natal, omnipresente en muchos de sus relatos y escenarios, Mendoza ha sabido combinar humor, sátira y crítica social.
Leer a Mendoza es reencontrarse con uno mismo y con la historia reciente contada desde un prisma humano y desenfadado. Por eso, al repasar aquellos libros suyos que más nos han marcado, es inevitable detenerse no solo en los argumentos, sino en la huella que deja su lectura. No en vano, el Premio Princesa de Asturias de las Letras 2025 lo reconoce como un escritor con un talento único para conectar generaciones y retratar nuestra naturaleza, a veces grotesca.
Hoy celebramos esa trayectoria recomendándote las novelas que más nos han gustado. Las que nos hicieron reír, pensar, emocionarnos y mirar el mundo con un poco más de ironía y mucha más humanidad.
La verdad sobre el caso Savolta (Ed. Booket)
Hay libros que lee por obligación pero que terminan marcando para siempre. Este es uno de ellos. Y muchos de nosotros tuvimos que leerlo en el colegio para acabar descubriendo el fascinante mundo interior de este autor. Fue su primera novela y se publicó en 1975. Fue el debut de un autor con voz propia, una forma de mezclar los hechos históricos o sociales con humor. Es, realmente, un clásico indispensable.
La historia nos sitúa en la Barcelona de principios del siglo XX, una ciudad agitada por conflictos sociales, huelgas obreras, intereses empresariales y conspiraciones políticas. En medio de este torbellino aparece Pablo Martín, joven testigo y narrador de una trama que mezcla asesinato, corrupción, lucha de clases y amores imposibles.
El eje del relato es la investigación de la muerte del industrial Savolta, un poderoso empresario vinculado a la producción de armas, cuyo asesinato destapa una compleja red de intereses económicos y maniobras turbias entre la alta burguesía, los anarquistas y los servicios policiales. A través de múltiples voces narrativas y saltos temporales, Mendoza construye un rompecabezas apasionante, en el que nada es lo que parece y todos los personajes esconden más de una cara.
Sin noticias de Gurb (Ed. Seix Barral)
Pocas novelas logran provocar carcajadas sin herir sensibilidades. Pero Sin noticias de Gurb lo consigue con creces. Es una de esas lecturas que deberían recetarse como antídoto contra la monotonía. Su humor es sutil, inteligente, blanco, de ese que se echa de menos en una época acostumbrada al sarcasmo fácil y al chiste hiriente. Mendoza firma aquí un relato breve pero desbordante de ingenio, que ha envejecido tan bien que hoy sigue siendo igual de divertido
Barcelona, poco antes de los Juegos Olímpicos. Una ciudad que se prepara para deslumbrar al mundo se convierte en el escenario de un suceso insólito: un extraterrestre llamado Gurb desaparece tras adoptar el aspecto físico de Marta Sánchez. Su compañero de misión, otro alienígena igualmente camaleónico, decide quedarse en la Tierra para buscarlo.
A través del diario que escribe este segundo extraterrestre, conocemos sus peripecias mientras se adapta (mal) a la vida terrestre: desde las dificultades para conducir un coche hasta la experiencia de alquilar un piso o hacer la compra en un supermercado. Todo es nuevo, absurdo, y, a la vez, familiar. Porque, aunque quien narra no es humano, lo que describe es nuestro día a día visto con ojos de forastero: una visión cómica, surrealista y despiadada de la vida urbana.
El misterio de la cripta embrujada (Ed. Seix Barral)
Tras el éxito de La verdad sobre el caso Savolta, donde el humor suavizaba la crudeza de la Barcelona del pistolerismo, aquí se entrega sin reservas a la parodia, al absurdo y a un sentido del humor tan delirante como profundamente lúcido.
La historia arranca en un psiquiátrico barcelonés. Allí, un interno sin nombre ni demasiadas luces recibe una oferta peculiar: salir temporalmente del manicomio si colabora con la policía para resolver un caso que nadie quiere investigar demasiado. Se trata de una serie de desapariciones de niñas del colegio de las madres lazaristas de San Gervasio, un centro elitista y cerrado sobre sí mismo.
A regañadientes, y con más intuición que método, este detective involuntario se embarca en una investigación disparatada que lo lleva a codearse con policías corruptos, religiosos desconcertantes, aristócratas decadentes, prostitutas sabias y una galería de personajes tan caricaturescos como reconocibles. Todo ello entre situaciones ridículas, persecuciones absurdas, diálogos hilarantes y giros de trama que parodian con maestría las convenciones del género negro.
Riña de gatos (Ed. Booket)
Esta novela es mucho más que una ficción ambientada en la primavera de 1936. Es una invitación a estudiar la Historia de España desde la literatura, sin perder ni un ápice de amenidad. Mendoza logra que el lector se interese por los entresijos políticos, las tensiones previas al estallido de la Guerra Civil, y los movimientos ideológicos de la época, todo ello sin dejar de entretener.
En Riña de gatos. Madrid 1936, Eduardo Mendoza nos presenta a Anthony Whitelands, un crítico de arte británico que llega en tren a un Madrid al borde del colapso. Su encargo parece sencillo: autenticar un cuadro de autor anónimo que podría esconder un tesoro artístico de valor incalculable. Sin embargo, nada en esta ciudad resulta predecible. El cuadro en cuestión pertenece a un aristócrata vinculado a José Antonio Primo de Rivera, y su tasación podría tener consecuencias políticas que afecten el destino del país.
En medio de un clima prebélico, Whitelands se ve atrapado en una telaraña de relaciones personales, amores con mujeres de distintas clases sociales, y una creciente presión por parte de policías, diplomáticos, espías y políticos. El caos de los días previos al estallido de la guerra se refleja en el desconcierto del protagonista, que se ve envuelto en una trama cada vez más enmarañada mientras intenta mantener la compostura británica frente a una España que se desangra entre tensiones y conspiraciones.
El laberinto de las aceitunas (Ed. Booket)
Quien haya disfrutado con El misterio de la cripta embrujada no puede dejar pasar El laberinto de las aceitunas, segunda entrega de las aventuras del detective más insólito, desastroso y lúcido de la literatura española. Mendoza repite fórmula, pero va un paso más allá: más enredo, más locura, más carcajadas. Y todo ello envuelto en una prosa de una elegancia hilarante, capaz de convertir lo disparatado en una obra de arte
Una vez más, el detective sin nombre y sin oficio, recluido en un manicomio barcelonés, se ve arrastrado por el azar más estrafalario a una nueva misión. Esta vez, el encargo es recuperar un maletín lleno de dinero perdido en extrañas circunstancias. Lo que parecía un simple favor se convierte en una espiral de intriga en la que se cruzan mafiosos de medio pelo, empresarios turbios, aristócratas decadentes y figuras tan grotescas como familiares.
El rey recibe (Ed. Seix Barral)
Si algo sabe hacer Eduardo Mendoza, y lo demuestra con creces en El rey recibe, es retratar lo grotesco sin perder la elegancia, y hacer crítica sin perder el humor. Esta nove vuelve a desplegar su maestría narrativa para ofrecernos una historia, repleta de personajes reales e imaginarios, muchos de ellos tan esperpénticos como verosímiles.
Barcelona, 1968. Rufo Batalla, joven periodista en prácticas, recibe su primer encargo: cubrir la boda de un príncipe en el exilio con una heredera de la alta sociedad. Lo que en principio parece una crónica sin mayor trascendencia acabará siendo el inicio de una amistad inesperada con el extravagante príncipe, quien le pide a Rufo que escriba su biografía y participe, más adelante, en su misión secreta de restaurar el trono de su inexistente país.
Pero España pronto se queda pequeña para el protagonista, que pone rumbo a Nueva York, arrastrando pocas pertenencias, muchas dudas y la vaga pero insistente necesidad de que su vida merezca la pena. Allí se convertirá en testigo de los grandes movimientos sociales de los años setenta: el feminismo, la liberación sexual, el antirracismo, el auge del activismo y la revolución cultural. Más que un cronista de hechos, Rufo es un observador privilegiado de la manera en que esos cambios afectaron a las personas comunes, incluidos él mismo.
Tres enigmas para la Organización (Ed. Seix Barral)
Con este título podemos encontrarnos con el Eduardo Mendoza de humor fino, socarrón, con la capacidad de convertir lo absurdo en cotidiano. Y en libro hace una parodia de los servicios secretos, donde nada funciona como debería… pero todo encaja a la perfección. Es una novela brillante, ingeniosa, con personajes delirantes, situaciones disparatadas y ese tono inconfundible que mezcla sátira política, novela negra, comedia de enredo y crítica institucional. Ideal para desconectar, disfrutar y, por qué no, reflexionar con una sonrisa. Muy recomendable si buscas pasar un buen rato con literatura de la buena.
Barcelona, primavera de 2022. La ciudad bulle, pero en algún rincón polvoriento de la administración pública española, una extraña unidad secreta sigue viva: la Organización. Nacida en la oscuridad del franquismo y olvidada en los sótanos del sistema democrático, sus miembros sobreviven en el anonimato, con sueldos de risa, medios obsoletos y una clarísima consigna: no hacer olas.
Sin embargo, todo cambia cuando tres sucesos aparentemente desconectados sacuden su inactividad habitual: un cadáver aparece en un hotel de Las Ramblas, un millonario británico desaparece de su yate sin dejar rastro, y las cuentas de Conservas Fernández esconden algo más que atún en escabeche. ¿Están los casos relacionados? ¿O es solo el caos habitual?
Nueve agentes con perfiles tan variopintos como absurdos deberán ponerse manos a la obra. Lo harán entre peleas internas, malentendidos, persecuciones torpes y deducciones más accidentales que brillantes. Pero en ese aparente descontrol, Mendoza construye un puzzle en el que todo acaba teniendo sentido.