En el vasto universo de TikTok, donde cada semana surge una nueva microtendencia que redefine la forma en que nos relacionamos, una de las más comentadas últimamente es el floodlighting. Esta práctica emocional ha generado debate entre terapeutas, creadores de contenido y usuarios comunes que, entre revelaciones, admiten haber caído en ella sin darse cuenta.
Qué es el 'floodlighting'
El término floodlighting se traduce, literalmente, como “iluminación de inundación”, una metáfora poderosa para describir el acto de exponer de manera abrupta e intensa detalles íntimos o emocionales en las primeras etapas de una relación, especialmente durante las primeras citas.
Puede incluir hablar de ex parejas, traumas personales, problemas de salud mental, dilemas familiares, o historias que, aunque auténticas, resultan emocionalmente abrumadoras para alguien que apenas está conociéndote.
A diferencia del love bombing, donde se abruma al otro con halagos y atención excesiva, el floodlighting gira en torno a una sobreexposición emocional, que, a juicio de los creadores de los vídeos de redes sociales que tratan el tema, podría surgir como mecanismo (inconsciente o no) de validación, conexión rápida o incluso como una prueba para ver cómo reacciona la otra persona ante esa información.
De hecho, hay quien, incluso, afirma que este comportamiento busca intentar acelerar la intimidad en las relaciones, tratando de modificar los tiempos que requiere crear ese vínculo de confesiones.
Aunque el término ha circulado por las redes sociales de manera masiva, la primera en acuñarlo fue la psicóloga Brené Brown. En su libro, El poder de ser vulnerable: ¿Qué te atreverías a hacer si el miedo no te paralizara? (Urano, 2016) explica los motivos que le han llevado a denominar esta actitud: "Las intenciones detrás de este tipo de compartir son multifacéticas y a menudo incluyen una combinación de aliviar el dolor, poner a prueba la lealtad y la tolerancia en una relación y/o forjar una nueva conexión".
Como consecuencia de esta sobreexposición, la experta señala: "Las personas se retraen y se cierran, lo que agrava nuestra vergüenza y desconexión. No puedes usar la vulnerabilidad para descargar tu propia incomodidad, ni como un termómetro de tolerancia en una relación ("compartiré esto a ver si sigues conmigo"), ni para acelerar una relación; simplemente no cooperará".
Por lo que evidencia TikTok, el floodlighting es muy común. Basta con ver la cantidad de vídeos que proliferan en la red social sobre este término y que surgen como reflejo de las inquietudes emocionales de la generación Z y los millennials, que, haciéndose con el término, relatan una dinámica frecuente que hasta ahora parecía poco discutida.
Vídeos virales muestran a usuarios contando cómo compartieron en una primera cita los detalles de su última ruptura, sus problemas familiares o incluso diagnósticos de salud mental… solo para después preguntarse por qué la relación nunca despegó.
Los comentarios también dejan claro que se trata de una práctica bastante habitual. Suelen ser una mezcla de apoyo ("yo también lo hice") y advertencias ("no todo el mundo merece tu historia").
Esta exposición generacional de emociones, que busca autenticidad, como comenta la psicóloga en su libro, también puede ser un arma de doble filo si se da demasiado pronto.
¿Por qué el 'floodlighting' puede perjudicar tus relaciones?
Hablar de uno mismo es necesario en cualquier vínculo, pero el exceso de información emocional en etapas tempranas puede generar varios efectos contraproducentes:
- Desbalance emocional: Puede hacer que la otra persona se sienta abrumada o con la presión de "cuidarte" emocionalmente sin aún conocerte bien.
- Falsa intimidad: Genera una sensación de conexión profunda que no se basa en la experiencia compartida, sino en la exposición unilateral.
- Autosabotaje: Revelar tus partes más vulnerables muy pronto puede ser una forma inconsciente de protegerte del rechazo, ya que pensamos que si la otra persona se aleja de nosotros al confesarnos, lo hace porque estaba destinada a estar en nuestro camino.
Además, otro factor que también provoca el floodlighting es que se trata de una estrategia de afrontamiento para muchas personas. Es decir, muchas de las que han pasado por traumas o relaciones tóxicas sienten la necesidad de poner "todo sobre la mesa" desde el inicio. Sin embargo, los expertos recomiendan que la vulnerabilidad se construya de forma gradual, en un contexto de confianza y reciprocidad.
Hablar de temas profundos no está prohibido, pero la clave está en el momento y el propósito.
Llegados a este punto, debes preguntarte qué buscas (si quieres conectar o estás tratando de filtrar a alguien con tus peores historias), así como si de verdad te ha salido contar tus vivencias de manera natural, o realmente estás buscando una validación y empatía inmediata.
Cómo prevenir el 'floodlighting'
Existen algunos mecanismos para tratar de prevenir que suceda. Cada uno de ellos requiere tomar una pausa y pensar bien antes de embarcarse a hablar:
- No hay que ser interesante siempre: No todo tiene que ser profundo desde el principio. Hablar de intereses, anécdotas divertidas o metas personales también crea conexión.
- Observa la reciprocidad: La vulnerabilidad debe ser mutua. Si tú estás contando tu trauma de la infancia y la otra persona apenas ha dicho nada sobre su vida, puede que estés compartiendo demasiado pronto.
- Pregunta antes de profundizar: Pregunta sobre cómo se siente compartiendo determinados temas. Hacer esto es un gran indicador de respeto y madurez emocional.
- Guarda algo para después: Tu historia merece ser escuchada, pero también merece ser contada cuando haya espacio y disposición real para comprenderla.
El floodlighting no es un crimen emocional, pero sí una señal de que estamos navegando las relaciones modernas con una mezcla de urgencia emocional y necesidad de autenticidad. Como toda tendencia viral, sirve más como espejo que como regla: entender por qué lo hacemos puede enseñarnos mucho más que simplemente dejar de hacerlo.