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chica mochila sonrisa© Getty Images

La transformación de una generación

Tener 30 ya no es lo que era: los 'millennials' rompen con el modelo de sus padres

Ni bodas, ni propiedades, ni el trabajo de sus sueños. El estilo de vida de los 'millennials' rompe con los estereotipos que dominaban en la generación de sus padres, y se asemeja más a la de la generación Z.


3 de mayo de 2025 - 12:00 CEST

Hubo un tiempo —no tan lejano— en el que cumplir 30 años significaba haber alcanzado ciertas metas: pareja estable, hipoteca firmada, trabajo fijo y, si no hijos, al menos una idea clara de tenerlos pronto. Un estilo de vida ordenado, previsible, marcado por el calendario social. Pero en esta segunda década de siglo algo cambió. Hoy, la treintena ya no es punto de llegada, sino más bien una especie de reinicio. 

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Llegar a la treintena en 2025, o pasarla, puede significar estar empezando una nueva carrera, una relación sin etiquetas, un viaje sin billete de vuelta o una vida entera en modo “beta”. 

Puede significar sentirse más adolescente que nunca, pero con algo que no tenías a los 16: autoconocimiento, o al menos el deseo de encontrarlo. Esa década en la que antes predominaba la estabilidad, ahora parece ser todo un camino de descubrimiento.

La generación millennial se ha despegado del manual heredado. No todos quieren casarse, ni tener hijos, ni quedarse en el mismo trabajo 20 años. 

O sí, pero alterando prioridades que giren en torno a un objetivo principal que parece claro: priorizar el bienestar antes que la productividad, la experiencia antes que la propiedad, el corazón en paralelo a la razón, sin compromisos ni obligaciones que puedan alterar la salud mental. 

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Por qué los 'millennials' han roto con los estereotipos de vida preestablecidos

Decir que cada vez hay más gente que ya no romantiza el sacrificio laboral, ni los vínculos eternos si no son felices, o no se encuentran en el contexto adecuado para cuidarlos, parece una obviedad. Y eso, aunque a veces dé vértigo, es también una forma de crecer que viene dada por diversos factores:

  • La pandemia lo puso todo patas arriba. Nos enfrentó de golpe a la fragilidad de todo. Desde la salud, el trabajo, a las rutinas. Y en ese parón forzado, muchas personas empezaron a replantearse el rumbo preguntándose dónde querían y con quién querían estar, y cómo les hacía sentir su presente.
  • La situación económica también empuja. En España, muchos jóvenes adultos (y no tan jóvenes) no pueden permitirse una casa en propiedad, ni estabilidad laboral real. Según la Encuesta Financiera de las Familias del Banco de España, solo el 31% de los jóvenes en España son propietarios de una vivienda, frente al 67% de las generaciones nacidas entre 1975 y 1985 a los 42 años. Además, a principios de este 2025, el Consejo de la Juventud de España (CJE) también indicaba que la edad de emancipación está ahora mismo en torno a los 30,4 años, y que solo el 14,8% de las personas jóvenes se han independizado. 
  • El 'carpe diem' y el 'amor fati' digitalizado. Las redes sociales están plagadas de discursos sobre vivir el presente y aceptar el destino, romper con lo establecido, priorizarse, hacer yoga en Bali o teletrabajar desde Cabo Verde. Aunque no todo sea aplicable, ese bombardeo cultural ha ido calando recordando y enseñando que otras formas de vivir son posibles.
  • Terapia, por fin, sin vergüenza. Cada vez más gente va al psicólogo. Hablar de salud mental ya no es tabú, sino casi mainstream. Y ese trabajo interno tiene consecuencias, pues mediante la ayuda de expertos en salud mental, aprendemos a poner límites, a escuchar nuestras emociones y a tomar decisiones que se parecen más a lo que somos, no solamente a lo que se espera de nosotros.

Esta nueva forma de vivir no viene a invalidar la anterior. Si tú quieres casarte, tener hijos, formar una familia o quedarte en el mismo puesto de trabajo toda la vida, también es una elección válida. La clave está en que ahora sabemos que hay opciones, y que ninguna es mejor que otra si está elegida con conciencia.

Los millennials han tomado nota de los valores de la generación Z, y parecen tener claro que la vida, a veces, no va de tener certezas, sino de animarse a vivir lo que toca sin pedir perdón por no saber cuál será el camino. 

Un fenómeno que resuena con una generación entera que, al contrario que sus padres, ha aprendido que está bien no tenerlo todo resuelto.

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El ritmo de vida tradicional vs. el moderno: cómo saber hacia dónde ir

No se trata de crear una nueva presión en la que el no parar y la falta de compromisos tradicionales sean la norma, sino de quitarle tanto peso a la anterior. Que lo convencional no sea una obligación, sino una opción, y que lo alternativo no sea tampoco una moda impuesta. Aquí van algunas ideas para transitar esta etapa sin agobiarte:

  • Deja de compararte. No te compartes con el resto, y recuerda que la línea del tiempo es tuya. Que tus amigos tengan hijos o hayan comprado ya su casa no significa que tú estés yendo tarde. Tan libre eres de casarte y seguir en tu ciudad, como se disfrutar tu soltería e ir recorriendo el mundo con una mochila.
  • Cuida tu salud mental. Si crees que tienes dudas respecto a cómo gestionar estos dilemas, ve a terapia para entender cómo te sientes, respetar tus elecciones y para aprender a escucharte más.
  • Haz espacio para el placer. No todo tiene que ser útil o productivo. A veces ver una serie, salir a tomar algo o simplemente no hacer nada es justo lo que necesitas.
  • Reinvéntate (si te apetece). No estás obligado a seguir siendo quien fuiste. Si ya no te gusta tu trabajo, tu ciudad, o tu relación, recuerda que estás a tiempo de cambiar. Nunca es tarde, y no existe decisión más madura que irse de dónde uno no está bien para priorizarse a sí mismo.
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Los 30 de ahora no tienen nada que ver con los de antes. No porque estén rotos, sino porque para muchos todavía están en construcción. Si bien hasta hace unos años parecía dominar el estilo de vida tradicional, ahora parece ser que entramos en un momento donde todo está bien. Nunca antes hubo tanta libertad para elegir qué vida queremos vivir. Solo hay que atreverse a hacerlo.

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.

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