¿Qué se esconde detrás del Síndrome de Alicia en el País de las Maravillas?

Es un trastorno neurológico cuyos síntomas consisten en la visión distorsionada del cuerpo de la propia persona

Por Pilar Hernán

Cuando el autor Lewis Carroll escribió, allá por 1865, su libro más conocido, Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas, seguro que jamás se planteó que su personaje más popular llegaría a dar nombre a un trastorno neurológico. El llamado síndrome de Alicia en el País de las Maravillas es, como nos explica el doctor Oriol Casals Rafecas, neurólogo del Servicio de Neurología, Hospital Universitario Sanitas Virgen del Mar, un conjunto de síntomas visuales peculiares que se pueden dar por varios motivos.

“Los síntomas consisten en la visión distorsionada del cuerpo de la propia persona, en concreto de su forma o su tamaño, de forma transitoria y sin que el cuerpo haya modificado realmente su forma o tamaño”, nos comenta sobre este problema de salud poco frecuente y las alucinaciones visuales que provoca se asemejan a las relatadas por el escritor británico en su célebre novela.

“En general, los fenómenos que dependen de que la persona lo reporte y que pueden generar miedo al rechazo o a que ‘piensen que estoy loco’ tienen el potencial de ser infradiagnosticados”, nos explica el especialista, destacando el hecho de que puede haber personas que lo padecen pero que no han recibido un diagnóstico. El neurólogo nos explica que se trata de un fenómeno más común en niños (si bien también puede suceder en adultos).

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¿Cómo se manifiesta?

Surge, claro está, la curiosidad sobre cómo se manifiesta este problema de salud. ¿Son las distorsiones visuales el signo más característico? “De forma similar a lo que le pasaba a Alicia, la protagonista de la novela Alicia en el País de las Maravillas (que se hacía muy pequeña, muy grande, o muy alta sin cambiar en anchura), la persona percibe de forma ilusoria que su cuerpo ha mutado en forma o tamaño”, nos explica el neurólogo, que añade, eso sí, que dichos síntomas suelen ser transitorios. Así, la alteración de la forma de las cosas o de nuestro propio cuerpo suele ser la manifestación más frecuente del síndrome, aunque pueden aparecer otras alteraciones visuales. Por eso, conviene consultar con el especialista en el caso de percibirlas. 

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¿Cuáles son las causas de este problema?

Cuando se profundiza en la búsqueda de las causas que se encuentran detrás de este síndrome, el experto nos detalla que se han descrito múltiples y variadas, incluyendo algunas infecciones virales (como el Virus del Epstein Barr), las auras migrañosas, la depresión, el delirium febril, las crisis epilépticas y las intoxicaciones por hongos alucinógenos o por metales pesados.

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Afrontar este problema de salud

Le planteamos al doctor cómo debe afrontarse este problema de salud una vez que se diagnostica. “Dependerá de cuál sea la causa subyacente, que es la que trataremos, y como se ha descrito pueden ser desde muy llevaderas hasta más serias. Por lo general se recomienda solicitar atención sanitaria”, explica el experto, que recomienda, por lo tanto, buscar consulta médica para tratar de poner solución al problema. Y es que no podemos perder de vista que puede ser un síndrome que llegue a condicionar el día a día de quien lo padece. “Sin ser tratado puede afectar significativamente el día a día, si bien afortunadamente algunas de sus causas son corregibles”, concluye el neurólogo de Sanitas.