Dolor de espalda: causas, tipos y tratamientos

Uno de los problemas más comunes, y que más del 50% de las personas lo han padecido alguna vez en su vida, es el dolor de espalda.

El dolor de espalda puede ser repentino o progresivo.Tiene muchas causas y como la espalda es una zona muy grande, también dependiendo de la zona es diferente.

Puede ser agudo o crónico, más o menos resistible.
Puede ser debido a la musculatura u óseo.
Puede ser inhabilitante, impidiendo el movimiento o no, por lo que suele ser causa importante de bajas laborales.
Puede ocurrir a cualquier edad y tanto en hombres como en mujeres.

Cuando hablamos de dolor agudo es cuando ocurre de repente y puede tardar hasta seis semanas en desaparecer, por ejemplo, debido a lesiones. El dolor crónico es el que dura más de tres meses.

La edad y la artritis es una importante causa de sufrir dolor de espalda, por lo que es muy importante la prevención. La diabetes también puede causar dolor de espalda, hasta el cansancio y el estrés.

Uno de los dolores de espalda que más se padece es el dolor lumbar y provoca mucha discapacidad. Quién no ha se ha quedado “clavado” alguna vez debido a un desgaste de vertebras o un esfuerzo o sobrecarga importante, lo cual se convierte en un dolor agudo… El problema del dolor lumbar es que puede llegar hasta las piernas, hasta debajo de las rodillas impidiendo literalmente el movimiento.

Posibles causas del dolor de espalda

Hay algunos factores físicos relacionados con los hábitos cotidianos que aumentan la incidencia a la hora de sufrir dolor de espalda:

La edad: a partir de los 40 años es más habitual
Personas sedentarias y con sobrepeso
Trabajos en los que requiera un esfuerzo adicional en la que se ve involucrada la espalda, ya que la sobrecarga puede provocar dolor de espalda
Problemas posturales en las que la postura implica que la espalda se fuerce desequilibradamente
Fumar, ingerir alcohol o hacer dietas desequilibradas
El estrés, cansancio y nerviosismo

Existen factores físicos debidos a la estructura de la espalda y a su movimiento en sí:

Factores hereditarios de malformación o la espondilitis anquilosante
Hernia discal
Discos y vertebras lesionadas
Esguinces y fracturas
Estenosis espinal
Osteoartritis
Osteoporosis
Artritis reumatoide
Enfermedad de Paget
Espondilitis anquilosante
Escoliosis
Estenosis espinal

Y también factores físicos debidos a enfermedades o situaciones no habituales que afectan como primer o segundo síntoma el dolor de espalda:

Lesiones o accidentes
Fibromialgia
Algunos tipos de cáncer
Espasmos
Embarazo
Piedras renales e infecciones urinarias
Dolencias de próstata
Dolencias intestinal y del páncreas
Osteoporosis

Cuándo acudir al médico

- Cuando el dolor es intenso, durante tiempo más prolongado de una semana, y con analgésicos sin receta no se alivia, es preferible acudir al médico. Igualmente deberíamos acudir al médico si después de una lesión hay mucho dolor.

- Cuando además del dolor de espalda hay otro tipo de síntomas como fiebre, debilidad o inmovilidad.

- Cuando el dolor de espalda está acompañada a dificultades de orinar.

El médico va a hacer el diagnóstico correcto mediante un examen físico en el que puede ser necesarias las radiografías, resonancia magnética, TAC y análisis sanguíneos.

En algunos casos, sobre todo si el médico de cabecera no lo soluciona, es preferible acudir a un especialista como un reumatólogo, traumatólogo o hasta un neurólogo.

Prevenir el dolor de espalda

Podemos prevenir los dolores de espalda agudos siguiendo unas medidas, de modo que vamos a evitar lo que nos provoca este dolor de espalda.

Cambios de hábitos que provocan dolor de espalda:

Evitar dieta desequilibrada y toxinas como fumar. Mantener un peso correcto y ingerir calcio y vitamina D.
Postural: es importante evitar estar torcidos, se va a cargar la espalda tanto sentados como cuando estamos de pie, sobre todo controlando el calzado (en las mujeres, el zapato con mucho tacón).
Cuando vamos a necesitar hacer algún esfuerzo en la que se vea implicada la espalda, evitar sobrecargarla como arrastrar los objetos siempre que se puede sin cargarlos a la espalda, o agacharse al recoger algo y no inclinando la espalda desde la cintura
Descansar correctamente en un buen colchón, generalmente que sea firme y en una postura correcta de modo que las piernas, concretamente las rodillas, no queden planas completamente
Estar sentado apoyando la espalda completamente de forma vertical, sobre todo en personas que trabajan en sitios en los que están muchas horas sentados, a ser posible levantarse cada dos horas

Ejercicio:

El ejercicio es uno de las maneras mejores para evitar el dolor de espalda de hecho las personas sedentarias tienen mucha más incidencia en padecer dolor de espalda.

Ejercicios que fortalezcan la espalda. Si la musculatura está fuerte, el esqueleto va a tener menos trabajo por lo que no se forzará tanto, lo que es un buen método para evitar el dolor de espalda.
Ejercicios que fortalezcan los abdominales, que van a ayudar a tener la postura más recta.

Estiramientos

Ejercicios como estirados boca hacia arriba, enrollando las piernas encima nuestro, alternándolas y después inclinándonos a un lado y a otro.

Tratamientos

El médico recomendará los tratamientos:

Dependiendo de la intensidad del dolor de espalda
De la zona del dolor
De las causas de este dolor
Dependiendo de la duración de este dolor, agudo o crónico

En casa

Aconsejo, como primer remedio, aplicar frío durante 5 a 10 minutos, sobre todo cuando es un dolor agudo debido posiblemente a una lesión, para ello se pueden usar los packs de bolsas con gel que se conservan en la nevera, con ello conseguiremos remitir la inflamación, y en primer momento no sentir el dolor.

Si después de las primeras horas no remite, es preferible usar calor con esterillas eléctricas o bolsas de agua caliente. Para ello también son muy eficaces los parches que se aplican en la espalda y aportan calor.

Se pueden tomar analgésicos, como la aspirina, el paracetamol o el ibuprofeno que se consiguen en la farmacia sin receta médica. Para el lumbago prefiero aconsejar en supositorios.

Aplicar cremas analgésicas y antiinflamatorias. También, por supuesto, descanso y reposo.

Como tratamientos naturales

Cúrcuma en polvo o en capsulas.

Cremas con capsaicina (extracto de pimienta) y árnica

Médico de cabecera

Si los primeros tratamientos no dan resultados, se puede pasar a los fármacos antiinflamatorios que recetará el medico como puede ser el Ketoprofeno, el Dexketoprofeno, Diclofenaco, Aceclofenaco, Naproxeno sódico, dependiendo del criterio del médico va a recetar uno u otro.

Este tipo de antiinflamatorios no esteroideos o AINE suelen afectar al sistema digestivo, por lo que es recomendable siempre que se vayan a tomar, acompañarlos de un protector gástrico, es habitual recetarlos en forma de inyectable o supositorios para evitar el transito intestinal y sea más rápido el efecto.

Algunos médicos recetan relajantes musculares y tranquilizantes para relajar la musculatura y la tensión de esta.

Tratamientos alternativos

Tanto como tratamiento alternativo o complementario el fisioterapeuta va a ayudar a mejorar este dolor.

Masajes manuales
Electro-estimulación, aplicando diferentes corrientes a modo de pulsaciones para estimular las diferentes terminaciones nerviosas
Acupuntura, las agujas se van a aplicar en el centro del dolor para aliviarlo
Acu-presión, en lugar de aplicar agujas, se aplican diferentes puntos de presión en los lugares que indican el dolor
Tratamientos ortopedistas, como plantillas en los zapatos para mejorar la postura

Tratamientos quiroprácticos

El médico quiropráctico es uno de los especialistas en el tratamiento del dolor de espalda, siguiendo sus técnicas y las diferentes sesiones, en las que mejorara la postura y las diferentes lesiones.

Tanto de forma manual como con aparatología, dependiendo de las técnicas de cada médico.

Los médicos quiroprácticos también recomendarán suplementos nutricionales como complejos de vitamina B, tanto en inyectable como vía oral.

Tratamientos quirúrgicos

La cirugía al final es el último recurso de algunos dolores crónicos, cuando ya no se soluciona de ninguna manera más. Sobre todo en lesiones como hernias de disco, estenosis espinal, fracturas, degeneración de los discos y espondilolistesis, por tumores.