Entrevista

Virginia Gómez (Dietista Enfurecida): 'La nutrición siempre ha estado plagada de intereses'

Esta influyente nutricionista acaba de escribir un libro sobre las grandes mentiras de la alimentación

Por Gtresonline

Hace siete años se lanzó a las redes sociales para hablar de lo que más sabe, de nutrición, y hoy cuenta por diez miles a sus seguidores (más de 41.000 en Instagram). Sus contenidos informativos y prácticos, unidos a un carácter reivindicativo y sin 'pelos en la lengua', la han convertido en una de las dietistas más influyentes. Es técnica superior en dietética, dietista-nutricionista por la Universitat de València y máster en nutrición personalizada y comunitaria, una formación que desarrolla actualmente en consultas online especializadas en patologías digestivas, así como proyectos de formación y divulgación.

Además, acaba de escribir un libro, Dietista Enfurecida (Zenith), donde se detiene a desmontar algunos mitos en torno a la alimentación y brinda herramientas para reconducir nuestros hábitos hacia lo saludable. Con motivo de su lanzamiento, hablamos con ella sobre lo que más le preocupa de la nutrición.

Dietista declarada 'enfurecida’... ¿Por qué? ¿Con qué?

Mi nombre como Dietista Enfurecida surgió en 2013 (¡hace ya 7 años!) cuando escogí este nick para mi cuenta de Twitter y otras redes sociales. Yo por entonces tenía unos 25 años y la juventud, la visceralidad y la pasión pues van de la mano. No fue algo meditado, yo veía cuentas reivindicativas que me gustaban como Masa Enfurecida, Farmacia Enfurecida… y dije ¡pues Dietista Enfurecida! En este sentido, el 'enfurecimiento' o la reivindicación venía, y viene, por el mal trato y el vacío que se le ha dado a la profesión de las dietistas-nutricionistas, que no dejamos de ser profesión sanitaria que requiere 4 años de estudios universitarios, y por el 'mamoneo' que ha habido y hay con el tema de la nutrición y que siempre ha estado plagado de intereses económicos, como es lógico, por parte de la industria: si hay que pagar a unos científicos de una universidad para que digan que este famoso refresco  puede ayudar a la gente con cáncer, se les paga. Y esto no es un ejemplo inventado, esto ha pasado.

Hablas de mentiras sobre las proteínas, el azúcar o el vegetarianismo. Sabemos que es difícil elegir, pero... ¿podrías comentarnos esa mentira que te saque especialmente de tus casillas?

Creo que hay dos. Por un lado, la mentira que se aprovecha de la gente desesperada por adelgazar; de hecho, no hay absolutamente ningún suplemento efectivo para ello, a excepción del fármaco orlistat que impide parcialmente que se digiera la grasa (aunque luego tienes diarrea). El segundo, la parte de la industria que se aprovecha de la falta de seriedad de la legislación para productos infantiles y publicidad enfocada a niños. Al fin y al cabo, se aprovechan de la vulnerabilidad, me parece despreciable.

¿Dónde debemos poner el foco realmente cuando hablamos de dieta para conseguir objetivos exitosos?

Esto puede ser complicado porque hay mucha variabilidad entre personas, pero yo diría que, además de, obviamente, si es posible, contar con un dietista-nutricionista, la cosa sería identificar qué queremos conseguir, cuál es nuestro objetivo, cómo vamos a conseguirlo. Es decir, qué cambios somos capaces de hacer para ello e, importante, identificar cuáles son las dificultades que se nos presentan. Quizá no podamos enfrentarlas todas pero sí algunas; y las que no, como puede ser, por ejemplo, disponer de muy poco tiempo real para hacer deporte, al menos tenerlas presentes. Las condiciones no siempre son ideales y esto hay que tenerlo en cuenta especialmente si nuestras expectativas rozan lo milagroso o lo draconiano.

¿Cómo de importante es la parcela emocional en el proceso? (Dedica un capítulo)

¡Ese capítulo es muy interesante! Y creo que muchas personas se verán reflejadas en él al leerlo. La fuerza de voluntad no es un concepto científico, quiero decir, no existe una fuerza milagrosa que emana de dentro de nosotros y o la tienes o no la tienes. Lo que existen son mecanismos de la persona a la hora de interaccionar con el entorno, con su contexto. Entonces, para que esto se entienda, muchas veces pongo el ejemplo de que una famosa multimillonaria no es que tenga más 'fuerza de voluntad' para adelgazar que otra mujer de estrato social bajo, que tiene que trabajar y además cuidar de sus 4 hijos… La primera tiene más medios y más recursos y la segunda está mucho más limitada. Sería injusto decir que a la segunda lo que le pasa es que no tiene fuerza de voluntad. A cada persona, además, nos motivan cosas distintas a la hora de conseguir nuestro objetivo y para cada persona este objetivo tiene una importancia diferente.