Pros y contras de una personalidad fría

Descubre todo lo que eres capaz de hacer (y no hacer) si tienes tendencia a mantenerte implacable

Por Laura Bech

Solemos decir que una persona es fría cuando ha creado una barrera a su alrededor muy dificíl de flanquear. Todos conformamos nuestra manera de ser a partir del entorno, los factores que no condicionaron en la niñez y el aprendizaje. Difícilmente una personalidad sea 100% fría, probablemente tenga también otros rasgos que quedan disimulados por esa apariencia altiva y distante. 

Con frecuencia se suele asociar a una personalidad fría el hecho de ser calculadora. Se le añade como una connotación negativa, aunque según cómo si mire, puede ser una condición a su favor. 

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Ventajas de una personalidad fría

Las personalidades de este tipo suelen tener un control férreo sobre sus sentimientos. Algo que, en ocasiones, se vuelve imprescindible. Cuando ocurre un accidente o en situaciones de estrés laboral o personal, cuanto más dominio de sí misma tenga la persona mejor actuará. Por ende, los efectos serán favorables para todos los involucrados. 

Esta característica suele asociarse a una falta de empatía o de sentimientos, sin embargo, no siempre es así. La distancia con la que pareciera observar lo que sucede a su alrededor no es más que la barrera que mencionaba antes. Un cerco que, de alguna manera, los protege. ¿De que los protege? De los sentimientos, de las opiniones ajenas que puedan lastimarlos, de lo que consideran innecesario. Este es otro de los pros de tener una personalidad fría, saber filtrar lo que les llega de lo que no. 

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En puestos de trabajo donde se requiere una respuesta inmediata o se está en contacto con el dolor y el sufrimiento de los demás, un poco de control emocional no viene nada mal. Perder los nervios en estas situaciones es lo menos indicado, así que una personalidad fría será bienvenida. Que tengas una inclinación mayor por conectar antes con tus pensamientos que con tus emociones, siempre que puedas controlarlo, no tiene porque ser algo negativo. 

Las personalidades frías suelen ser calladas y muy poco expresivas. Es parte de ese muro defensivo que construyen a su alrededor para evitar que les hagan daño. 

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Algunas desventajas de la personalidad fría

Si tienes una personalidad fría es probable que, con el tiempo, la gente que no te conoce bien se aleje. Es algo entendible, si por motivos de fuerza mayor tenemos que rodearnos de personas que no conocemos, resulta más agradable hacerlo de alguien cercano, simpático y ameno, que estar con una persona distante. 

Una personalidad fría da la sensación de tener todo bajo control, especialmente sus emociones, eso puede alejarla de su entorno. Al fin de cuentas, a nadie le amarga un dulce y una palabra de afecto, de comprensión y de cariño a todos nos hace bien. 

Si tienes rasgos de esta personalidad y eres capaz de seleccionar a quién le muestras tus sentimientos y a quién no, terminarás rodeada de personas que son verdaderamente valiosas para ti. Porque no tienes la necesidad de ser carismática y popular, sino de mantenerse al margen de las explosiones sentimentales. 

Lo más temido, por los demás, de las personalidades frías es que estos puedan utilizarlos para conseguir metas u objetivos personales. La falta de valores no está asociada a la personalidad, sino que es una condición individual. Es probable que, con una personalidad fría, te cueste relajarte, especialmente si estás en grupo.

Mantener vínculos amistosos o relaciones afectivas suele ser más difícil para este tipo de personalidades. En ocasiones, cuando se desconoce los verdaderos sentimientos, es fácil dejarse llevar por las apariencias. Que una personalidad fría no demuestre lo que siente no significa que no tenga necesidad de cariño, amistad o amor. 

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