Vientre plano

No pierdas el objetivo: cómo perder la grasa abdominal sin perder el tiempo

Es una de las principales obsesiones estéticas y una de las que más cuesta conseguir. Pero no es imposible: una buena combinación de dieta y ejercicio pueden ayudarnos a acabar con la grasa abdominal de una vez por todas.

Por Cristina Soria

Por mucho que queramos evitarlo, la grasa que acumulamos en exceso porque consumimos más calorías de las que gastamos va a parar a nuestro abdomen. Y sobre todo a partir de los 40 años, cuando nuestra masa muscular disminuye, quemamos calorías más despacio que cuando somos jóvenes y nuestro nivel de estrógenos, responsables de la distribución de la grasa corporal, caen en picado. Librarte de esa grasa no es tan sencillo como nos gustaría, y si no sumamos esfuerzo y constancia es muy difícil que alcancemos los resultados deseados.

Pero ser más joven no es una garantía de poder lucir un vientre plano si no te esfuerzas por conseguirlo, a menos que tu genética juegue a tu favor y te permita lograrlo sin apenas esfuerzo. Para la inmensa mayoría de los mortales, un abdomen libre de grasa se consigue con una buena combinación de dieta y ejercicio.

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Presta a tu alimentación la atención necesaria

La dieta es un factor decisivo a la hora de conseguir un vientre plano. Por un lado hemos de evitar los alimentos que suponen un exceso de grasa que no vamos a conseguir eliminar con nuestra actividad diaria, y por otro hemos de incluir en nuestra dieta aquellos alimentos que favorecen el tránsito intestinal y nos ayudan a evitar la hinchazón.

Sobra decir que los fritos, los dulces y los alimentos ultraprocesados no nos van ayudar a conseguir nuestro objetivo, pero sí conviene destacar cuáles nos van a ayudar a alcanzarlo.

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Frutas, verduras, legumbres y cereales integrales van a ser siempre imprescindibles en toda dieta que se precie de ser saludable. Procura aumentar el consumo de vegetales y cocinar las legumbres con poca grasa y vigila las cantidades de los carbohidratos complejos, sobre todo de los que no vayas a quemar mediante el ejercicio.

Hazle sitio en tu despensa a las semillas como las de chía, que tienen un efecto antiinflamatorio gracias a sus ácidos grasos omega 3; otras como las de cáñamo te aportan, además, proteínas; y las de sésamo y lino mejoran el tránsito intestinal gracias a su contenido en fibra.

Los probióticos como los yogures cuidan de nuestra flora gastrointestinal, por lo que no renuncies a ellos.

Asegúrate de que no tengan azúcares añadidos y de que sean 0% materia grasa. Si crees que la lactosa te resulta indigesta y te causa hinchazón prueba a introducir poco a poco versiones sin lactosa tanto de yogures como de leche y quesos.

Aficionate a las infusiones como la de jengibre, que es un gran antiinflamatorio intestinal y, por último, no renuncies al capricho de una onza de chocolate negro, que calmará tus ansias de dulce y mejorará tus digestiones gracias a su contenido en teobromina.

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Di adiós al sedentarismo

Ya sabemos que no existen ejercicios específicos para quemar la grasa abdominal, sino ejercicios que nos ayudan a quemar grasa en general, en todo el cuerpo, y eso incluye también el abdomen. Antes se pensaba que bastaban largas sesiones de ejercicio aeróbico para adelgazar de manera efectiva, pero de nada sirven si no se combinan con un entrenamiento de fuerza adecuado.

Por eso los expertos recomiendan el HIIT o entrenamiento de alta intensidad, que genera un gasto calórico que continúa horas después de haber terminado de entrenar. Deportes como el fitboxing pueden ser la respuesta a tus necesidades si optas por un entrenamiento de este tipo, que ofrece resultados visibles en poco tiempo.

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