¡Ojo! con los arañazos de gato

Lo que a priori parece un inocente gesto por parte de nuestra mascota puede acabar convirtiéndose en un auténtico problema

Por hola.com

Mejoran el estado de ánimo, proporcionan diversión y felicidad, profesan amor incondicional y sus ronroneos calman los nervios de forma natural. Estos son solo algunos de los motivos por los que los gatos son unos maravillosos compañeros de vida. Sin embargo, al igual que otros animales domésticos, también pueden provocar algún que otro quebradero de cabeza. Uno de los principales hándicaps que nos podemos encontrar cuando tenemos un felino en casa, especialmente cuando es pequeño, son las mordeduras y los arañazos. Lo que a priori parece un inocente gesto por parte de este dormilón animal puede acabar convirtiéndose en un auténtico problema.   

Estos temidos zarpazos pueden deberse a distintos factores. Mientras que algunos pueden hacerlo sencillamente porque son juguetones y no saben controlar su fuerza con el juego, otros realizan esta acción para defenderse cuando están enfermos o se sienten ansiosos y estresados. Si este comportamiento es habitual en tu mascota, independientemente del motivo que les empuje a hacerlo, debes acudir al veterinario y seguir los consejos del especialista para intentar establecer límites y controlarlo cuanto antes para que no se convierta en tu 'peor enemigo'.

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La Enfermedad del Arañazo de Gato (EAG)

La mayoría de los dueños no dan importancia a los zarpazos o mordiscos de sus animales y solucionan el incidente con un poco de agua oxigenada y una tirita. Sin embargo, según informa el Centro de Control y Enfermedades, un solo arañazo de nuestro gato puede derivar en una enfermedad infecciosa, conocida como 'Enfermedad por Arañazo de Gato' (EAG). El origen de esta patología es una bacteria 'rara', llamada Bartonella henselae, que los felinos pueden llevar en boca y garras. Este germen se transmite a través de la picadora de una pulga, que les puede producir fiebre, letargo, lesiones renales y cardiacas, linfadenopatía regional, uveítis o gingivitis.

En el caso de los humanos, los síntomas suelen aparecer entre los tres y los diez días siguientes a la mordedura o arañazo del felino. Fiebre, fatiga, dolor de cabeza, pérdida de apetito, erupciones, malestar general y dolor de garganta son algunas de las dolencias que pueden manifestar las personas que contraen esta enfermedad. "El alcance y el impacto de la enfermedad es un poco más grande de lo que pensábamos", señaló Christina Nelson, doctora del Centro de Control y Enfermedades y partícipe del estudio sobre esta desconocida infección.

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Prevención

En la mayoría de los casos, los dueños tienen gatos domésticos que no suelen salir del hogar. Afortunadamente, la Bartonella henselae es una bacteria que se transmite de gato a gato, por lo que no debe preocupar especialmente a los que tienen a sus mascotas 'vigiladas'. Para evitar que el animal contraiga el germen, es preferible un estilo de vida interior, reducir el riesgo de infestación por pulgas y evitar el contacto con animales callejeros. Además, se deben cumplir con las pautas de vacunación y revisiones veterinarias para confirmar que todo está en correcto estado.

En cuanto a los dueños, deben prevenir cualquier riesgo de infección con medidas muy básicas. Lavarse las manos con agua y jabón después de jugar con un gato prestando especial atención a las heridas si ha habido algún arañazo o mordedura.

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