Estas son las decisiones que debes tomar en tu plan de parto

Si hay un momento en nuestra vida que se presta a ser planificado al detalle es el momento del parto. Porque es un trance vital que, en la medida de lo posible, puede amoldarse a nuestra manera de entender la maternidad y a nuestras necesidades médicas precisas.

Por Cristina Soria

El plan de parto es un documento donde de forma ordenada se expresan las condiciones que hemos elegido para desarrollar el alumbramiento, y podemos entregarlo presencialmente semanas antes del parto, enviarlo por correo (preferiblemente certificado), o llevarlo con nosotras el día que acudimos al hospital cuando entendemos que el momento del parto ha llegado.

Acompañantes

Este primer punto es más bien una declaración a nuestros familiares. Es una forma de organizar qué tipo de acompañamiento necesitamos, pues en el momento del parto probablemente deseamos más que nunca que aquellas relaciones familiares que nos generan estrés se sitúen en un lugar apartado y estar solo con quienes realmente nos dan una sensación de estabilidad y paz.

En el plan de parto podemos especificar si será nuestra pareja quien acceda al quirófano, o una amiga, o un familiar cercano de cualquier tipo. También puedes detallar que sean dos personas, aunque no todos los hospitales lo permiten y eso sería una cuestión que deberías pactar antes con el centro.

Aunque en este caso lo primordial es hablar con quien quieres que te acompañe en el caso de que no sea tu pareja, y gestionar antes con ellos las implicaciones emocionales que eso pueda causar.

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Epidural sí o epidural no

Existe una gran variedad de posibilidades a la hora de afrontar el dolor durante el parto. Podemos recurrir a medicamentos químicos, como la epidural, o por métodos naturales como dar a luz en una bañera o realizar un proceso contra el dolor a base de acupuntura. Podemos pedir que todos los medios anestésicos del hospital estén a nuestra disposición o, por el contrario, realizar un parto “natural” sin ningún paliativo contra los efectos de las contracciones.

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Pero en todo caso, esta cuestión también debe ser consensuada con anterioridad con el hospital, pues cada centro tiene unos protocolos concretos y si nuestro deseo se sale demasiado de la normal deberemos conocer con antelación si existe esa opción o si, incluso, hubiera que realizar un preparativo por parte del hospital para disponer de ello.

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Cómo organizar el parto

Hay muchas decisiones que realizan los hospitales dentro del protocolo general que pueden resultar negativas o que no tienen una utilidad muy concreta. Por ese motivo, podemos influir en las decisiones desde antes, con el plan de parto, y pedir que no nos administren un edema (pues se ha demostrado que no tiene una utilidad muy clara) o que no seamos rasuradas (que según los protocolos más modernos es una opción a extinguir). 

No recibir oxitocina, que es la sustancia que acelera las contracciones, también es una decisión a pautar si así lo deseamos, no consentir una episiotomía, o cuál es la postura en la que queremos dilatar. En todas estas cuestiones, debemos recibir antes toda la información necesaria, y consultarlo con la matrona o con el resto del personal médico que sea necesario para poder tomar una decisión bien analizada.

Una vez nacido

Uno de los puntos más controvertidos es la separación de nuestro bebé. Según el hospital, el recién nacido puede incluso salir del paritorio para ser limpiado y pesado. Es una situación que puede resultar desagradable, en un momento de máximo interés por el contacto, y además existen estudios que afirman que poner piel con piel a la madre y al hijo, cuanto antes, genera unos vínculos emocionales muy fuertes desde el primer segundo.

Sea por conservar el calor de la emoción, o por un sentimiento de seguridad, puede que no desees que tu bebé vaya muy lejos. El 50% de los hospitales españoles separan a la madre de su bebé durante un tiempo superior a los 10 minutos.

También podemos detallar en el plan de parto qué deseamos que se haga con el cordón umbilical durante el parto: hay quien elige que no se corte hasta que no deje de latir o que sea tu acompañante el que se encargue de cortarlo. Y puedes pedir que, una vez finalizado el parto, se conserve para un futuro tratamiento con células madre.

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