¿Cuál es la clave para ser un buen líder?

Trabajar en equipo se ha convertido hoy en día en un factor decisivo para lograr el éxito en cualquier empresa que nos propongamos. Ahora bien, para llegar al objetivo previsto se necesita una persona que sepa coordinar todos los esfuerzos

Por Gtresonline

Familia, amigos, deporte... Basta con echar un breve vistazo alrededor para darse cuenta de que la vida está llena de equipos y que la unión, en la mayoría de los casos, conduce al éxito. Uno de los campos en los que indudablemente este binomio cobra especial importancia es el laboral. Cada vez son más los que apuestan por el trabajo en equipo por sus múltiples beneficios: se aúnan las aptitudes de las personas que lo conforman y se potencian sus esfuerzos, disminuye el tiempo invertido en las labores y, además, aumenta la eficacia de los resultados y el sentimiento de compromiso. Sin embargo, para que un equipo sea realmente productivo, es necesaria la figura de un líder que trabaje por el logro de los objetivos comunes y establezca relaciones positivas entre los integrantes del equipo.  

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Guiar, motivar y saber sacar lo mejor de cada uno

Tal y como explica Guillermo Ballenato Prieto en el libro Trabajo en equipo: dinámica y participación en los grupos, el líder es aquel que se encarga de definir los objetivos, facilitar los recursos, mantener la estructura, facilitar la comunicación entre los miembros y mantener la dirección. Esta figura debe tener en cuenta qué funciones llevar a cabo, según la etapa en la que se encuentre el equipo de trabajo.

Durante la primera fase de formación del grupo, cuando aún no se conocen bien las tareas, será necesaria una dirección clara y un mayor grado de control. Según va avanzando el grupo en el conocimiento de sus funciones, el líder debe reducir el control y comenzar a realizar actividades de supervisión. Cuando las personas del equipo realizan con soltura sus funciones, es preciso reducir el comportamiento directivo e invertir la energía en asesorar puntualmente al equipo. Por último, una vez que los miembros desempeñan eficazmente sus funciones, responsabilizándose directamente de ellas, el líder debe delegar funciones y prestar su apoyo. Para una correcta delegación, un asunto especialmente delicado, el jefe debe garantizar que la persona en la que se delega es la idónea y no debe perder nunca de vista su papel como líder: la supervisión, el control y el seguimiento de las actividades delegadas son su responsabilidad.

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Tipos de liderazgo

Según el psicólogo, se suelen barajar cuatro estilos de liderazgo con unas características específicas. Mientras que el líder autocrático toma decisiones de forma unilateral, el liderazgo paternalista está basado en la protección y en la conciliación. La figura del líder permisivo -tambien conocido como laissez-faire, lleva a cabo un liderazgo pasivo, no participa en las actividades sino que deja hacer. Por último, el autor define al líder democrático o participativo como aquel que reparte el poder de decisión y se basa fundamentalmente en el consenso.

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¿Cómo delegar correctamente?

Según Guillermo Ballenato Prieto, delegar no es simplemente asignar unas tareas, sino transferir a otras personas autoridad y responsabilidad para desarrollar determinados trabajos. Sin embargo, el líder siempre es líder y la delegación no le exime de su responsabilidad. "Hay que evitar delegar tareas que puedan afectar a la coordinación, el control y al propio liderazgo, a la definición de políticas y objetivos, a la asignación de tareas y al clima del grupo", recomienda el psicólogo, quien matiza que es necesario definir con claridad los límites de la responsabilidad que se delega.

¿Cómo controlar la delegación? Según el autor, no conviene establecer demasiados controles. "Normalmente se puede realizar estableciendo reuniones de seguimiento o a través de la elaboración y revisión de informes periódicos", continúa Ballenato Prieto, quien asegura que una actitud proactiva por parte de la persona en la que se ha delegado hace más fácil la tarea de la delegación.

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