¿Tener un quiste en el ovario es peligroso?

Tener un quiste en el ovario, en principio, no es peligroso. Pero el ginecólogo querrá seguir su evolución y si tiene alguna sospecha pedirá otras pruebas para confirmar el diagnóstico.

Por Nuria Safont

Si te han diagnosticado un quiste (o varios) en el ovario, lo primero, no te alarmes, no tiene por qué ser peligroso. Lo más probable es que se trate un bulto pequeño formado por líquido (quistes funcionales) y que aparecee, generalmente, por la acción de las hormonas. De hecho, este tipo de quistes son más frecuentes en la pubertad y en la menopausia, donde hay mayor fluctuación hormonal. 

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Generalmente, cuando hay un solo quiste, este pasa desapercibido, es decir, la paciente no presenta ningún síntoma. Se diagnostica en una exploración ginecológica rutinaria mediante una ecografía y, normalmente, se distinguen muy bien. Si tu ginecólogo te comenta que hay un quiste en el ovario, te citará al cabo de un tiempo para hacer un control y ver si ha crecido o ya no está. Y es que, este tipo de quistes líquidos, tienden a desaparecer espontáneamente. 

Si tiene alguna sospecha, ya que debido a su tamaño, evolución o estructura podría haber un riesgo de que fuera maligno, realizará más pruebas de imagen, como una resonancia magnética, o un TAC. También solicitará un análisis de sangre con un marcador tumoral, el antígeno 125 (CA 125). Se trata de una glicoproteína que se puede encontrar anormalmente elevada cuando hay una inflamación o daño en el útero, trompas de falopio y abdomen a consecuencia, por ejemplo, de un cáncer de ovario. 

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Síndrome de ovario poliquístico

Tener síndrome de ovario poliquístico (SOPQ) tampoco significa que se vaya a desarrollar un cáncer de ovario, pero no hay que descuidar las revisiones ginecológicas. Este trastorno causa otros problemas como, por ejemplo, infertilidad, hirsutismo, acné y afectar a la calidad de vida de las pacientes. 

Asimismo, también podría aumentar el riesgo de cáncer de endometrio."Las mujeres con SOPQ presentan un riesgo mayor de desarrollar hiperplasia (agrandamiento anormal del órgano) y cáncer de endometrio. La obesidad, hipertensión y diabetes pueden agravar esta situación. El riesgo de cáncer de ovario también está aumentado entre dos y tres veces con respecto a la población general en las mujeres que sufren este síndrome. Si no se han usado anticonceptivos orales (que protegen frente al cáncer de ovario y de endometrio) la probabilidad también es mayor", apunta el doctor Florentino Garrido, especialista en ginecología del Centro Ginecológico de HM Regla.

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Cáncer de ovario

El cáncer de ovario, se puede dar en mujeres a partir de 45 años. Entre un 10 y un 15% de ellos tienen base hereditaria, mientras que el resto son esporádicos y son diagnosticados de forma tardía debido, en la mayoría de los casos, a sus síntomas inespecíficos que se confunden con problemas del tracto gastrointestinal, como son el aumento de perímetro abdominal, la dificultad para hacer las digestiones, y los cambios en el tránsito intestinal.

Es importante insistir que se trata de una enfermedad normalmente asintomática y que algunos de sus síntomas son muy vagos, por lo que no hay que, una vez más recordamos que no hay descuidar las visitas al ginecólogo. Asimismo, padecer cualquiera de los signos que a continuación mencionamos no significa que se sufra la enfermedad. 

  • Hinchazón, inflamación, dolor y/o abultamiento abdominal.
  • Sangrado vaginal anormal.
  • Problemas digestivos persistentes y diarreas sin causa justificada. Sensación de plenitud.
  • Malestar estomacal, náuseas, gases, diarreas sin causa aparente.

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Avances en el tratamiento 

Si se confirma el cáncer, en la mayoría de los casos se optará por la cirugía. "Pensamos que el tratamiento inicial debe ser quirúrgico en la medida de lo posible. Nuestra experiencia nos dice que las pacientes que son intervenidas como primera opción obtienen mejores resultados, si bien es importante asegurarnos antes de que vamos a poder extirpar toda la enfermedad para no someter a las pacientes a un riesgo innecesario”, subrayó el doctor Javier de Santiago, jefe del Servicio de Ginecología Oncológica de MD Anderson Madrid, en el marco de la sexta edición del Congreso de Ginecología Oncológica, celebrado el 9 de mayo en Madrid y organizado por expertos del MD Anderson Madrid y el MD Anderson Cancer Center de Houston.  

En cuanto al tratamiento, este ha sufrido avances significativos en los últimos años. De hecho, el cáncer de ovario fue el protagonista del congreso debido, sobre todo, a la aprobación de los inhibidores de PARP (un tipo de terapia dirigida) como estándar de tratamiento en las pacientes. “Estas moléculas se han introducido en primera línea de tratamiento y también en cáncer de ovario recurrente”, señala el especialista, quien destaca los resultados positivos que se están obteniendo también en estos últimos años con la inmunoterapia, de momento en tercera línea de tratamiento.

Otro abordaje interesante en este tipo de cáncer es el estudio del microambiente tumoral como diana terapéutica. “El tumor se genera a sí mismo un ambiente favorable, por lo que la idea aquí es convertir el ambiente en un entorno hostil para después comenzar el tratamiento”, señala el doctor de Santiago. Esta investigación se encuentra todavía en una fase muy inicial, y ya se están analizando qué cambios se producen en el microambiente para, posteriormente, determinar si esos cambios podrían utilizarse como diana terapéutica.

Atención psicológica

Por último, esta es necesaria como parte del tratamiento para superar la enfermedad. Y es que los síntomas psicológicos del cáncer son complejos lo que requiere un equipo de profesionales altamente cualificado para hacer frente a cada caso.

La Asociación Española contra el Cáncer ofrece este tipo de apoyo tanto para los pacientes como para los familiares a lo largo de todo el territorio español. Los programas se fundamentan sobre todo en la adquisición de recursos individuales para afrontar del mejor modo el cáncer, asimilar y comprender la información que se reciba, prepararse para la muerte si fuera necesario y vivir con el duelo. Asimismo, existe un teléfono gratuito, el 900 100 036 para recibir información, asesoramiento y apoyo.

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