Los 10 errores que cometemos todos al aplicarnos la crema solar

¿Sabes cómo tomar correctamente el sol para no poner en riesgo la salud tu piel? Te contamos todo lo que debes saber de la mano de un experto para evitar quemaduras, cuidar nuestra piel del fotoenvejecimiento y, por supuesto, protegernos del cáncer cutáneo

Por JULIA GIRÓN

Cuando se trata de protegernos del sol, todavía existen muchos falsos mitos que nos confunden y pueden tener graves efectos sobre nuestra salud. Incluso una medida tan básica, como es la aplicación de la crema solar, sigue generando muchas dudas y preguntas que te invitamos a resolver. Este verano, toma nota.

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  • No aplicar el FPS más adecuado para nuestro tipo de piel. Existe mucha confusión sobre el tipo de protector más adecuado que debemos usar, y todavía hay personas que creen que un factor 15 es más que suficiente. Esto es un gran error, por lo que es importante entender qué significa el número del factor que acompaña a la crema. “En realidad, en lugar de factor de protección solar, debería llamarse factor de protección del eritema; ya que lo que nos indica es el tiempo de aparición de un eritema, es decir, de un enrojecimiento o quemadura. Pero este tiempo va a depender del tipo de piel y de cuánto esta tarde en resentirse durante la exposición; ya que no todas las pieles son iguales (color de piel, etc). Así, si aplicamos la cantidad de crema y el factor adecuados, una piel que se quemase a los quince minutos de estar expuesta al sol, tardaría en quemarse al menos una hora. Ahora bien, que nos proteja frente al enrojecimiento no significa que nos esté protegiendo de otros daños provocados por la radiación solar, especialmente, de los rayos más dañinos como los UVA y UVB. Por eso, aunque la mayoría de la población compra las cremas en función del FPS, es muy importante fijarse en el tipo de protección que nos ofrecen frente a la radiación”, nos explica el especialista en dermatología Agustín Buendía, coordinador de la campaña Euromelanoma de la Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
  • A la hora de comprar la crema solar, no fijarnos en si el fotoprotector es de alto espectro o si el filtro es físico o químico. Por tanto, cuando vamos a comprar un fotoprotector a la farmacia, además de elegirlo en función de nuestro tipo de piel, debemos fijarnos en que se trate de una crema solar de amplio espectro. Es decir, que nos proteja frente a la radiación ultravioleta UVA y UVB. Otro aspecto fundamental que tenemos que tener en cuenta es el tipo de filtro; existen dos: físicos (también llamados inorgánicos o minerales) o químicos (orgánicos). Tal y como nos aconseja el doctor Buendía, “siempre debemos optar por los primeros; ya que ofrecen una barrera física que refleja por completo toda la radiación solar que incide sobre la piel. Aunque, si bien es cierto, son más antiestéticos por la capa blanquecina que dejan sobre la piel; son más seguros que los químicos u orgánicos, que absorben parte de esa radiación solar; lo que puede conllevar reacciones alérgicas en algunas personas con pieles intorelantes o atópicas”.
  • No ponerte la cantidad suficiente de crema. La recomendación general de los dermatólogos es aplicar 2 mg por centímetro cuadrado de piel, una cantidad nada desdeñable que la mayoría pasamos por alto. Para que nos hagamos una idea, según esta recomendación, para garantizar una correcta aplicación en todo el cuerpo, necesitamos una mano completa de fotoprotector en cada aplicación (cada hora y media o dos horas). “Además, debemos elegir un fotoprotector alto (30, 50, 50+) porque como, en general, vamos aplicar menos cantidad de la recomendada, al menos estaremos garantizando una buena protección”, apunta Buendía.
  • Creer que hay solares con FPS 100 que cubren al cien por cien y que nos permiten pasar horas y horas al sol. Tenemos que tener en cuenta un apunte fundamental: ningún fotoprotector tópico nos protege totalmente del daño solar ya que, aunque evitemos quemarnos, no podemos rehuir completamente la absorción de la radiación. Por tanto, la finalidad de usar una crema solar no es estar más tiempo al sol; sino que el tiempo que estemos lo hagamos más protegidos. Pero, entonces, ¿por qué hay fotoprotectores con FPS 100? “En realidad, todos los solares con una protección superior a 50 deberían de clasificarse bajo la etiqueta 50+, según una normativa europea que clasifica los fotoprotectores como altos (FPS 30) o muy altos (50 y 50+). Sin embargo, hay laboratorios que todavía no se han actualizado a esta nueva normativa; lo que conlleva confusión para muchos compradores. Lo importante es que sepamos que a partir de 50, la diferencia de fotoprotección (frente a los FPS de 60, 80 o 100) es tan mínima que no merece la pena. De ahí, que la normativa europea haya optado por el 50+”, añade el especialista.
  • Aplicar la crema solar 30 minutos antes de exponernos al sol. Al contrario de lo que hasta ahora siempre nos habían dicho, un estudio reciente realizado por un grupo de dermatólogos de la Universidad de Málaga, miembros de la Academia Española de Dermatología y Venereología, ha demostrado que los protectores solares son efectivos desde los cinco minutos después de su aplicación. De esta forma, ya no es una excusa no haberse puesto la crema en casa y podemos hacerlo en el mismo momento que llegamos a la playa o la piscina. Así, también evitamos que parte del producto desaparezca con el roce de la ropa o el sudor.
  • No utilizar crema solar porque queremos ponernos morenos. Quizás uno de los errores más graves de todos, según señala el dermatólogo: “Debemos aclarar algo: ‘el moreno’ es un mecanismo de defensa de la piel ante una agresión externa. Por tanto, tenemos que desmitificar que el moreno es sinónimo salud y de belleza. Esto no significa que un buen color por hacer vida al aire libre no sea saludable; pero buscar ese deseado moreno solo nos lleva a sufrir las nefastas consecuencias para nuestra salud que todos conocemos, como es el cáncer cutáneo. Además, no es cierto que utilizar crema solar impida tomar ese color saludable del que hablábamos; únicamente lo haremos de una forma más lenta, pero también más segura, porque no permite el paso total de las radiaciones que son las que estimulan a los melanocitos”.
  • No utilizar crema solar cuando está nublado. Tendemos a pensar que solo necesitamos protección UV cuando está soleado, pero, muy al contrario, la radiación está omnipresente durante todo el año, incluso a la sombra o cuando está nublado. Y es que, se estima que, alrededor del 80% de la radiación ultravioleta penetra a través de las nubes, especialmente la radiación UVA –la que penetra más profundamente en la piel-, por lo que utilizar una protección solar adecuada es muy necesario.
  • Utilizar el mismo producto para el cuerpo que para el rostro. Aunque es cierto que el principio activo es el mismo y nos va a garantizar la misma protección independientemente de la zona del cuerpo sobre la que lo apliquemos; siempre es mejor adaptar la crema a nuestro tipo de piel; sobre todo en la zona de la cara, ya que suele ser más sensible (no es lo mismo que nuestra piel sea seca o grasa, con tendencia acnéica…). De esta forma, además de evitar el daño solar, también estaremos mimando nuestra piel como se merece.
  • Tirar las cremas de un año para otro. Es otro de los mitos más extendidos en torno a las cremas solares, que puede suponer un problema de inversión para muchas personas. Siempre que las conservemos bien cerradas y en un lugar seco para no perder sus propiedades, no deberíamos tener problemas en seguir utilizándolas. Así, si no la hemos abierto, la fecha de caducidad es la que figura. Por el contrario, si ya está abierta, tenemos que buscar en el envase la figura de un tarro con la tapa abierta; el número que hay en su interior nos advierte del tiempo que aguanta abierta. En cualquier caso, si notamos que la crema cambia de color o tiene un olor desagradable lo mejor es desecharla.
  • Nos olvidamos de otras medidas de protección solar igual o más importantes. La Fundación Piel Sana de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) apunta otras medidas preventivas igual de importantes que el emplear crema solar como utilizar protectores físicos (gorras, sombreros, gafas de sol, ropa con protector solar, sombrillas...), no exponerse en las horas centrales del día, mantenernos bien hidratados, y protegernos bajo la sombra siempre que podamos. Además, si tienes dudas sobre cómo protegerte mejor del sol, puedes descargar su app móvil UV-Derma y llevarla contigo estas vacaciones.

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