Todo lo que debes saber sobre los parásitos intestinales de los perros

Una pequeña guía para identificar el problema y saber cómo actuar en caso de que tu mascota se infecte

Por Gtresonline

Estos parásitos son una de las dolencias más comunes en los perros, siendo indiferente la edad del animal ante un posible contagio. Es importante conocer los síntomas con los que esta infección se manifestará en nuestra mascota, siendo primordial tratar el problema con la mayor prontitud posible ya que, aunque los parásitos intestinales no suelen ser peligrosos, una gran infestación puede llegar a provocar enfermedades peores o incluso la muerte

 

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Síntomas de la existencia de parásitos intestinales

La infección de los parásitos es evolutiva lo que hace que los síntomas vayan acrecentándose cuanto más se reproduzcan estos molestos huéspedes internos. Aunque siempre es recomendable acudir a un veterinario en caso de sospechar que nuestra mascota pueda estar infectada, hay una serie de síntomas que pueden darnos pistas acerca de qué es lo que le pasa a nuestro perro. Diarreas, pérdida de peso progresiva, aumento del apetito o picor anal son algunos de los indicios que nos pueden indicar que algo no marcha bien en la salud del animal.

Tipos de parásitos intestinales

Nematodos o gusanos redondos: Son los más comunes y la gran mayoría de los cachorros tienen esta clase de parásito. También son los más sencillos de eliminar ya que los tratamientos veterinarios contra él suelen ser de lo más efectivos. Estos gusanos son largos y redondos y se alojan en el intestino del perro, reproduciéndose mediante huevos. Cuando la infección es muy grande estos bichitos pueden intentar pasar a los pulmones provocando problemas respiratorios. 

Cestodos o gusanos planos: Uno de los cestodos más comunes es la tenia. Estos gusanos, que son planos, suelen anidar en el intestino delgado, aunque, al igual que los nematodos, también tienden a extenderse hacia otros órganos.

Lambias o giardias: Dentro de los más comunes son de los más peligrosos ya que, aunque son tan frecuentes como los cestodos y los nematodos, son más complicados de erradicar y se reproducen a una velocidad mucho mayor. Las giardas se alimentan de los nutrientes que nuestra mascota consume.

Contagio y prevención de los parásitos intestinales

Estos parásitos son altamente contagiosos. El hecho de que simplemente por compartir un juguete u oler las heces de otro perro nuestra mascota pueda infectarse de estos bichos hace de las lombrices un problema de propagación rapidísima. Las larvas y los huevos son de tamaño microscópico y su resistencia hace que puedan sobrevivir a la intemperie durante meses, esperando un organismo que invadir.
La prevención de este problema se lleva a cabo a través de un tratamiento específico que deberá siempre estar prescrito por nuestro veterinario de confianza. Igual que en el caso de los humanos, la automedicación no es una opción y es muy importante que sea un profesional quien trate la infección en función de cuál sea el tipo de parásito y el grado del problema. Además, debes vigilar lo que tu perro come, no dejando que ingiera ningún alimento que haya en el suelo de la calle. Mantenerlo alejado de los excrementos de otros animales es también básico para evitar este problema, siendo a través de las heces la manera más común de contagio.