Tengo colesterol, ¿y ahora qué?

El colesterol llega sin avisar, porque no hay síntomas físicos evidentes que delaten su presencia.

Por Cristina Soria

En ciertos niveles, el colesterol es necesario para nuestro organismo: ayuda al buen el funcionamiento de nuestro sistema cardiovascular, propicia la segregación de ciertas hormonas y el cuerpo lo necesita para multitud de procesos vitales.

Pero en cantidades elevadas supone un riesgo para nuestra salud. Por eso, si tus niveles de colesterol sobrepasan los límites establecidos, sigue las recomendaciones de tu médico y adopta un estilo de vida saludable que te ayude a bajarlo.

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Ejercicio físico

La práctica de ejercicio físico moderado ayuda a elevar los niveles del conocido como colesterol bueno (HDL) y a bajar los niveles del “malo”. Además facilita la pérdida de peso, y es que la grasa acumulada es uno de los factores que agrava los niveles de colesterol.

Si no hay contraindicaciones, se recomienda un mínimo de 30 minutos de ejercicio diario al menos tres veces por semana.

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Caminar a paso ligero durante ese tiempo es suficiente. Pero también puedes optar por otros deportes que te gusten como la natación o ir en bici.

Pequeños gestos como utilizar las escaleras frente al ascensor, o reducir los trayectos en coche para andar son siempre bienvenidos para nuestra salud.

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Alimentación

Una buena alimentación, unida al ejercicio físico, es clave para que recuperemos los niveles óptimos de colesterol. Según los expertos, además de evitar los alimentos que nos perjudican, es necesario incluir en nuestra dieta aquellos que son ricos en antioxidantes y que contrarrestan el colesterol en sangre. Así evitaremos que se deposite en las arterias dando lugar a complicaciones y problemas de salud.

  • Elegir grasas saludables: aumenta el consumo de frutas, verduras y legumbres frente a alimentos de origen animal como carnes rojas. Opta siempre por el aceite de oliva virgen frente a otros aceites vegetales como palma o coco. Los frutos secos como las nueces o el aguacate también son buenos para ti.
  • Eliminar las grasas trans: como las que se encuentran en la mantequilla o la margarina. También están en los productos comerciales horneados, como la bollería. Lee el etiquetado para saber qué estás consumiendo.
  • Evitar los fritos: siempre tendrán más grasa que el mismo alimento cocinado al horno o a la plancha.
  • Tomar cereales integrales: opta por la versión integral, frente a la refinada, de panes, pastas y arroces.
  •  Incluir el omega-3: el pescado azul es el alimento más rico en este ácido saludable. Incluye en tu dieta salmón, sardinas, bacalao, caballa y atún.

El vino, con moderación

Hay estudios que sugieren que el consumo de vino tinto eleva los niveles de HDL (colesterol bueno) en sangre. En cualquier caso, al tratarse de una bebida alcohólica hay que moderar su consumo. El tabaco, como bien sabemos, mejor eliminarlo por completo.

Si los cambios de estilo de vida no son suficientes y el médico recomienda un tratamiento hay que seguir sus indicaciones al pie de la letra. Y, por supuesto, mantener todos los hábitos saludables que hayamos adquirido en este tiempo.