Verano

Vacunas y normas básicas de salud para viajar a otros países este verano

¿Sabes que no hace falta viajar a un país exótico o en vías de desarrollo para contraer una enfermedad infecciosa que pueda poner en riesgo tu vida? Evita problemas consultando con los profesionales de los Centros de Vacunación Internacional y siguiendo las pautas de alimentación e higiene que te recomendamos

Por hola.com

Planificar un viaje internacional lleva su tiempo. Una vez que hemos elegido el destino, toca elaborar punto a punto la ruta que vamos a seguir, actualizar o solicitar los documentos de identificación necesarios, calcular el presupuesto para los gastos y descargar las aplicaciones móviles que puedan ayudarnos a salir airosos de algún apuro. Una buena planificación no solo permite aprovechar mejor el tiempo, también es la clave para evitar sobresaltos durante el viaje e incluso después de aterrizar en nuestro país. Uno de los aspectos más importantes para no traernos en la maleta ningún indeseable recuerdo de nuestro viaje internacional es conocer las enfermedades a las que podemos estar expuestos y adoptar las medidas oportunas para prevenirlas

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No hace falta viajar a un país exótico, tropical o en vías de desarrollo para contraer una enfermedad infecciosa. Tal y como puede verse en la web del Ministerio de Sanidad, la malaria está  presente en ciertas zonas de Argentina, México, China o incluso Grecia. Otras enfermedades cuyo contagio es cada vez menos anecdótico son: la fiebre tifoidea, el zika, el sarampión o la hepatitis A.

De ahí que el doctor Amós García Rojas, presidente de la Asociación Española de Vacunología, insista en que “la más importante de las consideraciones que debe tener a la hora de realizar un viaje es recibir el oportuno consejo sanitario, para lo cual debe acudir a los Servicios de Sanidad Exterior donde, en función del tipo de viaje, lugar, zona del país, tiempo de duración, etc. le darán las recomendaciones oportunas”.

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Factores que determinan el riesgo de contraer una enfermedad exótica

  • El lugar de destino, la duración del viaje y la época del año. Muchas enfermedades que se pueden prevenir con vacunas y que son poco comunes en los países desarrollados, aún son comunes en otras partes del mundo, por ejemplo el sarampión y la poliomielitis.
  • Las actividades que realizarán durante el viaje. Ciertas actividades pueden aumentar la propagación de enfermedades contagiosas, por ejemplo asistir a eventos multitudinarios.
  • La edad y estado de salud del viajero. Los riesgos sanitarios son mayores también para bebés y niños pequeños, mujeres embarazadas, ancianos, minusválidos, inmunodeprimidos y aquellas personas que tienen problemas médicos previos o enfermedades crónicas.
  • Las vacunas que haya recibido. En el calendario vacunal aparecen los registros de vacunación que hemos recibido a lo largo de la vida. No obstante, algunas personas desconocen el paredero de este documento. En tal caso, la recomendación es hablar con un profesional sanitario de un centro de salud o de un Centro de Vacunación Internacional al menos un mes y medio antes del inicio del viaje, pues el cuerpo necesita tiempo para desarrollar la inmunidad.

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¿Me vacuno o no me vacuno?

La vacunación es una ayuda muy importante en la prevención de enfermedades infecciosas. Una vez obtenida toda la información del viaje y del viajero, el médico de los Servicios de Sanidad Exterior le indicará las vacunas obligatorias que necesita en función de los requisitos de vacunación del lugar de destino. Y es que, algunos países, en especial de África, Asia y Sudamérica, exigen el Certificado Internacional de Vacunación para expedir el visado que permite la entrada. La vacunación obligatoria suele dirigirse contra la fiebre amarilla, contra la Meningitis Meningocócica  o contra la Poliomielitis.

Pero también existe vacunación recomendada. “Son vacunas recomendables, altamente recomendables”, subraya el presidente de la Asociación Española de Vacunología. Este experto aconseja iniciar el contacto con las vacunas, como mínimo, un mes antes del viaje y repele la posibilidad de descuidar las recomendaciones de los Servicios de Sanidad Exterior o Centros de Vacunación Internacional, en los que se administran estas vacunas y se ofrece la correspondiente información a los viajeros.

El hecho de no vacunarse supone un alto riesgo no solo para el viajero, sino también para las personas de su país de residencia: “Si en los Servicios de Sanidad Exterior nos aconsejan vacunarnos y no lo hacemos, corremos el riesgo de enfermar frente a determinadas enfermedades que son prevenibles. Además, hay que tener en cuenta que, dependiendo de la enfermedad de la que se trate, al volver de nuestro país de vacaciones corremos el riesgo de transmitir el problema a las personas de nuestro entorno más inmediato”, advierte el doctor García Rojas.

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Hábitos saludables para prevenir enfermedades infecciosas durante el viaje

La protección que se consigue con las vacunas es elevada, pero no protegen al 100% frente a todas las infecciones. Por lo tanto, la obligación o recomendación de vacunarse se tiene que acompañar con normas básicas de higiene. El médico asesorará al viajero sobre las medidas que debe tomar para evitar problemas de salud relacionados con los alimentos y bebidas, con el entorno (sol, altura o insectos), con la higiene personal o con las enfermedades de transmisión sexual.

  • Alimentación. Lo que se come es vital para evitar la famosa diarrea del viajero. Por tanto, conviene no ingerir verduras crudas, las carnes y pescados deben estar suficientemente cocinados y no tomar moluscos crudos.
  • Bebida: Los expertos instan a extremar las precauciones con el agua. Recomiendan beber sólo agua embotellada y rechazar los cubitos de hielo.
  • Insectos: Los insectos (incluidos los mosquitos, las garrapatas y algunas moscas) pueden transmitir enfermedades. Para evitar picaduras debemos utilizar ropa de manga larga y repelentes.
  • Animales: No tocar a los animales, en particular a los monos, perros y pájaros
  • Higiene. Lavarse las manos a menudo con agua y jabón o con desinfectante es clave para evitar contraer enfermedades infecciosas que, por razones de higiene o de otro tipo, son endémicas en el país de destino.

Frente a las enfermedades transmisibles, nunca, nunca se debe bajar la guardia. Nosotros nos podemos olvidar de ellas, pero ellas no se olvidan de nosotros. Por eso, cualquier enfermedad transmisible frente a la que bajemos la guardia se puede convertir en un riesgo potencial para la salud”, concluye el doctor García Rojas.