¿Sabía que en los países occidentales cerca del 90% de las mujeres padecen los síntomas derivados de la menopausia mientras que en el caso de las asiáticas este porcentaje no llega al 18%? Sin duda, unas cifras sorprendentes que se pueden explicar, según los científicos, debido a las altas cantidades de soja que las dietas orientales incluyen; unos 40 miligramos al día por los escasos 5 miligramos de las dietas occidentales.
Pero... ¿qué tiene la soja para beneficiar de tal manera a las mujeres menopáusicas y ayudarlas a combatir los efectos físicos y psicológicos durante esta etapa? Pues bien; a partir de los 40-45 años, el organismo femenino sufre una disminución progresiva de la producción de estrógenos y progesterona. Por su parte, los compuestos de la soja (isoflavonas) tienen la capacidad de actuar de manera muy similar a la de los estrógenos naturales. Pero no sólo eso, sino que, además, posee excelentes cualidades nutritivas, es muy rica en proteínas y sus ácidos grasos poliinsaturados son muy beneficiosos para la salud, especialmente para reducir los niveles de colesterol.
Toda una joya dietética que se puede consumir en sus múltiples versiones según el gusto personal: aceite, lecitina, leche, salsas, tofu, brotes...
El tratamiento con terapia hormonal sustitutiva
Aunque la menopausia es una situación en la vida de la mujer que, al ser fisiológica, puede superarse con este tipo de complementos como la soja, etc, y sin necesidad de recurrir a un tratamiento médico, sí existen casos que requieren una terapia hormonal sustitutiva en la que se emplean estrógenos y progesterona en forma de ciclos o implantes. Un tratamiento que siempre debe ser controlado por un especialista en ginecología y que presenta una serie de ventajas en inconvenientes:
A favor -Alivia los síntomas orgánicos de la menopausia. -Elimina los sofocos. -Ralentiza el envejecimiento de la piel. -Retrasa la osteoporosis. -Combate los problemas psicológicos. -Mejora las relaciones sexuales.
En contra -Propicia la retención de líquidos. -Favorece la aparición de edemas. -Puede generar molestias gástricas y cefaleas. -Aumenta el riesgo de padecer accidentes cerebrovasculares. -Está contraindicada en mujeres con antecedentes familiares de cáncer de mama.
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