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Si tu casa es tu lugar de trabajo o tienes que estudiar habitualmente necesitarás encontrar un rincón adecuado para hacerlo. El problema es que no siempre disponemos de una habitación para montar un despacho a nuestra medida, donde podamos aislarnos para trabajar o para estudiar.

A pesar de todo, existen algunas ideas que nos ayudan a crear el rincón de estudio o de trabajo perfecto en el salón o en el dormitorio.

 

Organiza el espacio a tu manera

Lo primero que debes plantearte es qué necesitas para estudiar o trabajar en casa de forma eficiente. Si te hace falta silencio y tranquilidad para poder concentrarte puede que tengas que optar por buscar un espacio en el dormitorio.

Sea como sea, en el dormitorio o en el salón, piensa en todo aquello que debes tener a mano: conexión a internet, un espacio para el ordenador o una mesa para escribir, espacio de almacenaje para papeles y libros, una cajonera, etc.

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Mueve los muebles

Puede que tengas que reorganizar el espacio para crear tu rincón de estudio perfecto. Lo ideal sería ponerlo cerca de una ventana para disfrutar de la luz natural. No te lo pienses y mueve los muebles si es necesario.

Quizás des con la distribución ideal cambiando el lugar del sofá y consigas, además, un pequeño espacio para poner tu mesa y tu silla. Una vez tengas estos elementos ya dispuestos en el espacio, ve acoplando el resto de los muebles y objetos decorativos. Valora todas las opciones hasta dar con la mejor distribución.

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Busca la concentración

Un truco para acondicionar un rincón en el que te resulte fácil concentrarte y puedas rentabilizar al máximo el tiempo de trabajo es alejar cualquier cosa que no necesites y se pueda convertir en una distracción. Pon en otro lugar aquellos libros que no sean de estudio o relativos al trabajo, deja el móvil fuera de la mesa, aleja también cualquier tipo de dispositivo que te entretenga, etc.

No se trata de dejar el rincón de estudio o trabajo vacío. Puedes tener algunas de las cosas que te gustan, pero conviene prescindir de aquello que puede llevar tu atención por otros derroteros que no sean los del trabajo.

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El poder del color

Son muchos los expertos que están convencidos de que los colores influyen en la concentración, bien favoreciéndola o bien dificultándola. Por eso no está de más conocer la manera en que elegir un tono u otro puede variar nuestro estado mental por si podemos trasladar dichas conclusiones a nuestro espacio de estudio.

Por ejemplo, según estas teorías del color, el azul es el color que favorece más la concentración y la serenidad. También el blanco y el verde consiguen similares resultados. Por otro lado, el rosa y el naranja son colores que favorecen la creatividad, mientras que el marrón y los tonos terrosos transmiten equilibrio y potencian la capacidad de retención.

Un consejo: más que pintar las paredes de un color determinado, podemos tener en cuenta estas ideas a la hora de elegir los complementos decorativos: cojines, plaids, láminas enmarcadas, etc.

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Elige tus soluciones de almacenaje

Tanto si se trata de tu rincón de teletrabajo como si es el espacio donde estudias, no todos necesitamos el mismo tipo de muebles para guardar las cosas.

Si tienes que manejar libros y apuntes, necesitarás estanterías donde colocar carpetas y archivadores, y un espacio para libros. Si, por el contrario, trabajas con papeles y escribes a mano, puede que te vengan bien un mueble de cajones para almacenar todo el material.

Cuando nuestro espacio de estudio o trabajo está en otra habitación como el salón o el dormitorio, el espacio de almacenaje adquiere una gran relevancia, ya que tenemos que dejar todo guardado para mantener el orden visual y que la zona de trabajo no invada el resto del salón.

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Apuesta por los elementos divisorios

Cuando el espacio lo permite es una gran idea dividir el salón en varias zonas y destinar una de ellas al estudio o al trabajo. No es fácil si no sobran los metros cuadrados, pero siempre podemos utilizar un elemento como un biombo, un panel de separación, un mueble versátil que estructure ligeramente el espacio.

Incluso puedes plantearte levantar un tabique con paneles tipo Pladur, como en el salón de la imagen. Será una manera certera de separar las dos zonas, la de estar y la de estudiar. Y si lo haces solo hasta media altura el resultado será más diáfano y no se impedirá la circulación de la luz natural.

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Muebles que armonicen con la decoración

Buscar el equilibrio en tus espacios es uno de los objetivos a perseguir, y eso también vale para crear la zona de estudio, ya se trate del salón o del dormitorio. En cuanto a la mesa y la silla, busca modelos que se alejen un poco de los diseños de oficina. Existen sillas ergonómicas que son también decorativas y mesas de escritorios sencillas que se adaptan al estilo del espacio. Elige muebles versátiles que puedas usar para guardar tus cosas, mejor si se trata de almacenaje cerrado.

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¿Pocos metros cuadrados? Opta por escritorios ocultos

Más que ocultos, se trata de escritorios que surgen de otros muebles cuando los necesitas y se esconden cuando no los tienes que usar. Son muy prácticos en esos casos en los que el espacio es muy limitado. Un ejemplo son las consolas estrechas que después se amplían, un estante que se despliega de un mueble, o un tablero abatible bajo una ventana.

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Un espacio de estudio en el dormitorio

Cuando se necesita mucha concentración, o cuando no es viable disponer el rincón de estudio en el salón, el dormitorio se convierte en un espacio muy adecuado para una zona de oficina. Por lo general, allí encontrarás un ambiente más tranquilo y sereno, alejado de la zona de mayor actividad de la casa.

A la hora de colocar el escritorio, procura ponerlo cerca de la ventana para aprovechar la luz natural, y busca soluciones de almacenaje cerrado que te ayuden a mantener el espacio ordenado.

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