A punto de despedir el verano, llega el momento de cambiar textiles y demás complementos por diseños con los que sumar una dosis de elegancia y calidez a la decoración de la casa. Para ello, nada como recurrir a la paleta cromática que nos regala la naturaleza en esta época del año: mostazas, amarillos y naranjas que evocan los tonos de las hojas caídas de los árboles, marrones y terracotas que recuerdan a la madera y al color de la tierra, verdes que se vuelven oscuros y apagados, grises que se asocian a los días nublados del otoño… Una gama que tiñe desde cojines, cortinas y ropa de cama hasta muebles y papeles pintados para que lleves a tu casa la magia del otoño.
¡Empieza por las cortinas!
Para dar a la decoración ese toque otoñal, no es necesario saturar el ambiente con tonos marrones y verdes: unas cortinas serán más que suficientes. Aunque eso sí, siempre puedes añadir cojines o plaids de color naranja, rojo o amarillo para crear contraste. Y si las paredes están pintadas de un tono neutro, como beis o gris claro, mucho mejor, ya que hará que las caídas destaquen aún más. En este caso, se trata del diseño "Plumage" de la colección "Inedit", de Lizzo (firma que en España distribuye Pepe Peñalver). Un espectacular bordado inspirado en las plumas sobre una base negra de algodón, que está disponible en una amplia gama de colores, incluyendo tonos tan otoñales como los que ves sobre estas líneas: ámbar, verde botella y cognac.
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Una paleta suave y delicada
Los colores neutros, si bien no están dentro de la paleta de otoño tradicionales, también son ideales para sumarse a este propuesta. La claves está en añadir sutiles acentos de contraste en tonos cálidos (rojos, naranjas, amarillos, marrones y ocres), aunque también puedes jugar con diferentes texturas y elementos decorativos, como maderas, telas acogedoras y accesorios inspirados en la naturaleza. Serán tus aliados a la hora de crear una atmósfera tan cálida y acogedora como la que transmite este dormitorio, vestido con textiles de la colección "Eco-Wool" de Luzio.
Tonos apagados
El otoño también tiene días lluviosos, en los que el cromatismo cambia y es posible disfrutar de otras tonalidades y gamas más sobrias e intensas, pero igual de otoñales como son los grises, marrones, calderas, granates y ocres. Esta es la propuesta de El Corte Inglés: combinar un sofá tapizado en color teja con un fondo verde grisáceo para crear un rincón perfecto en el que acurrucarse. Y es que, mientras el primer tono aporta un toque de energía y vitalidad, el color de la pared transmite sensación de tranquilidad y serenidad.
Colores cálidos
Durante el otoño, los árboles cambian el color de sus hojas de verde a una gama de tonos cálidos, incluyendo el rojo, una tonalidad que, además, es perfecta cuando las temperaturas comienzan a descender y se busca crear interiores cálidos y acogedores.
En este dormitorio (con textiles "New Artsy by Westwing Collection"), ha sido el tono elegido ya no solo para pintar la pared del cabecero (el resto, mejor en tonos neutros como beige o blanco para matizar el impacto del rojo) sino también para la ropa de cama. Una idea estupenda para evitar que el ambiente se vea recargado es añadir pinceladas en tonos crudos suaves y toques de verde como contrapunto refrescante.
Flores también en otoño
¿O a caso pensabas que era un print reservado a la época estival? Basta con echar un vistazo a la colección Otoño-Invierno de la firma Designers Guild para comprobar que los tonos rojos, naranjas, amarillos, marrones e incluso verdes oscuros son ideales para que los estampados florales adquieran un matiz otoñal. Si te gusta la idea, no dudes en añadir cojines o complementos textiles lisos en la misma gama de color. Así se ha hecho en este dormitorio, en el que las paredes blancas ceden todo el protagonismo a la cama.
Toques de verde
Bastará con salpicar la decoración de pinceladas en cualquiera de los colores del otoño para poner ese punto que marque la diferencia. Algo tan sencillo como buscar nuevos complementos decorativos. En este caso, se trata de un marco de fotos de cerámica verde y jarrones de cristal y porcelana con ramas de helecho seco –todo, de la nueva colección "Niwa" de Maisons du Monde–. También les iría de maravilla arreglos con flores de temporada, como hortensias, pensamientos, crisantemos o caléndulas.
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¡Atrévete!
El amarillo es un color emblemático del otoño con el que no todo el mundo se atreve, especialmente cuando se trata de tonalidades llamativas o brillantes, ya que pueden resultar abrumadoras. Sin embargo, si si se utiliza con cuidado y se combina con tonos que meticen su intensidad no tiene por qué ser arriesgado. Una fórmula ideal es la que nos propone la firma Gastón y Daniela con su papel pintado "Medina", un diseño geométrico que alterna el color ocre con beis. Funciona de maravilla con muebles de madera.
Calidez máxima
Los tonos marrones son característicos de las hojas caídas en esta temporada del año. Pero además, este color se asocia la madera y con la tierra de otoño, y la luz del sol, que en esta época tiende a ser más cálida y dorada, hace que se cualquira de sus tonalidades se vean aún más intensas y envolventes. De ahí que esta gama cromática sea una apuesta segura a la hora de aportar sensación de calidez a cualquier estancia de la casa. Pero no solo eso: el marrón es también un color sobrio, que si se combina con pinceladas doradas resulta doblemente elegante y sofisticado. Y como ejemplo, este papel pintado de la firma 1838 Wallcoverings, disponible en Gancedo.
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Los tonos suaves del naranja
En este salón el marrón del sofá se ha combinado con detalles naranjas para crear una paleta de colores otoñal. Y no solo eso: estas pinceladas rompen con la monotonía de los tonos tierra, presentes tanto en la tapicería como en el color de las paredes. Además, la mezcla se ha suavizado con una alfombra en un color crudo que suma un punto de contraste muy elegante. Los tonos verdes, especialmente los oscuros y apagados, como el verde oliva o el verde musgo, también quedarían de maravilla en esta propuesta.
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Con toques de azul
En interiores en los que predominan tanto los colores tierra como los rojos o naranjas en tonalidades suaves y apagadas, van muy bien las pinceladas de colores que contrasten de manera armoniosa para añadir dinamismo y riqueza visual. Desde animar un sofá marrón con cojines azules o verdes para añadir un toque de frescura hasta vestir la cama con una colcha como ésta, de la firma Oliver Bonas, que alterna mostaza, azul y crudo.