1/10 © Quefalamaria

Se podría decir que elegir cuadros es un arte. Son elementos que dan mucha personalidad a las paredes e infunden carácter y estilo al ambiente. A veces son los grandes olvidados. Otras, no se escogen adecuadamente ni en tamaño ni en diseño. Y tras cuidar la decoración de interiores al máximo en una reforma o restyling, se siente que no encajan o que algo falta o falla. Te invitamos a evitar esa sensación, con estas claves que nos ayuda a recopilar la diseñadora de interiores María Bermúdez Raventós, del estudio de arquitectura e interiorismo Quefalamaria (Quefalamaria.com).

 

Primera clave: ¿sobre qué pared va el cuadro?

"Lo primero sería diferenciar en qué base de pared vamos a colocar una lámina decorativa o un cuadro para tu casa", destaca la directora del estudio Quefalamaria como primera clave a tener en cuenta al elegir cuadros para la casa. Y añade "posiblemente, si la base es neutra, es decir, un blanco, blanco roto, o tonos beiges o grises claritos, cualquier cuadro con color puede ser adecuado, ya que, al ser colores muy discretos, todas las miradas irán a este elemento decorativo que acaparará la atención por ser más vistoso. Con más cuidado hay que ir si la paredes presentan algún color saturado. Entonces, te recomiendo que busques relación entre el tono de la pared base y el color principal o colores principales del cuadro en cuestión que quieras colocar". Si la pared es oscura, irá muy bien que el fondo del cuadro presente un fondo suave también. "Ten en cuenta que para que combinen puedes jugar con tonos en gama (mismo color que la pared, pero distintas tonalidades) o bien añadir su complementario", concluye. En la imagen, un proyecto con cuadro de tonos neutros sobre neutro con moldura rectilínea en madera, que no resta protagonismo, de Quefalamaria.

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2/10 © Jordi Canosa

¿Qué tamaño deben tener los cuadros escogidos?

Tan difícil es acertar con el modelo de cuadro en sí como con su tamaño. Para saber cómo elegir conforme a este aspecto, la diseñadora de interiores María Bermúdez señala que hay que analizar desde dónde va a verse ese cuadro. Y si se coloca encima de algún elemento de mobiliario, como comúnmente puede ser el sofá o un aparador. "Si el cuadro va a verse desde lejos, como puede ocurrir en un salón amplio o comedor, entonces es preferible, siempre que la altura de techos lo permita, cuadros grandes, de más de un metro de ancho y de alto. Eso hará que rápidamente puedas detectarlos y cumplan con su función decorativa", apunta. Como "norma", deja que queden 50 cm por cada lado hasta el borde del mueble. Es decir, Si el sofá mide 250 cm de largo, máximo poner un cuadro de 150 cm de ancho. Este salón con un cuadro de gran tamaño sobre el sofá es obra de Pia Capdevila Interiorismo.

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3/10 © Alfons & Damián

El tamaño de un cuadro en una zona de paso

Si se trata de una zona de paso como un pasillo o un giro de pasillo, hay que tener en cuenta que el tamaño ha de estar proporcionado con las dimensiones del espacio. Es decir, en áreas más angostas, hay que pensar no solo que el cuadro encaje en la pared, sino que se pueda ver bien por la posición desde la que se mira hacia la obra. En este pasillo, el estudio Alfons & Damián decora la pared con dos cuadros del mismo tamaño cuadrado.

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4/10 © Marta Labrador

Tipo de cuadro y material del mismo

"Con la era digital y las láminas impresas, igual este punto ya no se tiene tan en cuenta, pero hay materiales que en contacto con la luz directa los deteriora, tales como la acuarela o el guasch. Así mismo, la entrada de luz directa, provoca que el cristal del cuadro cree un reflejo bastante molesto en el ambiente, puesto que se ve antes el efecto espejo sobre el cristal que el propio cuadro en sí", pone en situación la fundadora de Quefalamaria. Para evitar los reflejos, escoge un cristal museo, que evita todo tipo de reflejos al ser ultra mate, por el que apuestan en el estudio por su buen resultado. Ten en cuenta entonces si el cuadro va sobre lienzo o sobre papel. Esto también es importante no solo por la luz sino para obras que decoren zonas de cocina o baño, donde por la humedad es preferible soportes que aguanten bien. Esta obra se encuentra en un proyecto de la interiorista Marta Labrador.

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5/10 © Andrew Frasz

¿A qué altura se cuelga un cuadro?

Esta es una de las dudas más recurrentes a la hora de elegir un cuadro y dónde colgarlo. En comedores, la altura varía entre 95 y 105 cm de altura desde el suelo. Esta medida responde a que es necesario que se vean bien por encima de la mesa de comedor (de altura 75 cm) o de un aparador (altura 80-85 cm). En salones depende de la altura del sofá (respaldo incluido). A partir de este, deja 30 cm hasta el borde inferior del cuadro. También depende de la altura de la estancia para que el cuadro no pegue por arriba con el techo. Debe quedar "aire" (al menos 30-50 cm como mínimo). Proyecto de Jessica Gersten Interiors.

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6/10 © Tinda's Project

El estilo del cuadro

A la hora de elegir bien el cuadro para decorar una estancia, hay que pensar qué estilo, temática o hilo conductor: para a tener. En este sentido, desde Quefalamaria anotan que "¡para gustos colores! Nosotros procuramos siempre que haya un mismo tipo de estilo de cuadros en cada diseño que hacemos de casa. Vemos que tiene poco sentido poner en el salón un cuadro más abstracto, luego en el pasillo láminas tipo texto, y en la cocina láminas botánicas". Tiene más sentido mantener una cierta unidad y no que haya demasiada mezcla. Proyecto de Tinda's Project.

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7/10 © Quefalamaria

¿Un único cuadro o varios en composición?

Otra de las claves para elegir bien los cuadros responde a cómo mostrarlos en la pared. ¿Uno solo? ¿Varios? ¿Cuántos? La interiorista María Bermúdez es defensora de poner cuadros en pareja o por familias, siempre que sigan toda la misma temática. "Un recurso que empleamos mucho para elegir y ubicar cuadros es buscar un diseño que tenga dos o tres series y los colocamos apoyados en aparadores largos, los ubicamos presidiendo el sofá o la cama, incluso los ponemos juntos si son pequeños en la alguna estantería", añade. De esta manera se juega con el ritmo visual que emite el espacio. Uno solo es más estático y se luce bien en gran tamaño, con presencia. Este proyecto con molduras en la pared y un único cuadro es obra de Quefalamaria.

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8/10 © Claus Brechenmacher & Reiner Baumann Photography

¿Cómo generar sensación de profundidad con un cuadro?

Los cuadros pueden ayudar a que los espacios parezcan más grandes o más llenos de vida. ¿Cómo conseguirlo? "Pasa por detectar primero un espacio que te gustaría que tuviera más sensación de amplitud. Quizás el salón, puede que un dormitorio… Después, escoge como foco de actuación la pared principal (en la que apoya el sofá en un salón o la cama en el dormitorio). Si lo que pretendemos es hacer que el espacio parezca más grande, deberemos cuidar la base, que deberá ser neutra -preferiblemente blanco o blanco roto, ya que cualquier color más vivo creará el efecto contrario- y con eso potenciaremos la profundidad, incorporando un cuadro de tonos también suaves y líneas o dibujo amables -no agresivas- del mayor tamaño posible", añaden desde Quefalamaria. A pesar de esto, no olvides respetar las distancias mínimas de "aire" respecto al mobiliario. Para un efecto potente, de impacto y llamativo, deberás optar por cuadros de colores llamativos, muy diferente a la sensación de apertura que logra un cuadro que aporte profundidad y apertura en su composición (como un paisaje que se aleja). Proyecto de K-Studio.

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9/10 © Alex March Barcelona

Cuadros que ayudan a ocultar elementos poco vistosos

Como por ejemplo, el cuadro eléctrico o, incluso, el televisor. El cuadro eléctrico es un elemento que debemos poder tener a mano, pero que nos empeñamos siempre en ocultar. La obviedad de detrás de la puerta ha pasado a la historia, y ahora los interioristas pensamos muy bien como integrar esos elementos en el espacio. Un recurso que usamos mucho, es llevarlo unos metros más allá de la entrada, y ubicarlo en algún cuadro grande de pasillo, o de salón, allí donde “nunca lo dirías”, y de esa forma la entrada queda también liberada. Proyecto de Alex March Barcelona.

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10/10 © Anson Smart

Cuadros y obras con textura

Hay obras que no aportan color como tal ni un motivo concreto, pero que, sin embargo, destacan por su textura. Juegan con ella, con los relieves y matices y son muy interesantes para no marcar en exceso con motivos concretos pero resaltar las paredes. Es una opción cómoda para los que no saben qué tipo de cuadro les gusta y quieren algo que unifique el espacio sin marcar. Salón decorado por Smac Studio Interior Architecture.

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