1/11 © Alhambra

Todas las familias desean disfrutar de confort térmico (también conocido como confort higrotérmico) en casa ahorrando en el consumo energético y, en consecuencia, en la factura. ¿Qué soluciones resultan más eficaces para climatizar la vivienda tanto en invierno como en verano? Nos lo cuentan dos expertas: Eva Santos, el alma de la empresa de diseño de espacios saludables Hörn Studio, e Iratxe Ojembarrena, diseñadora de interiores especializada en biointeriorismo y fundadora de Iröq Homes, quienes hacen hincapié en reducir el gasto de energía utilizando los recursos necesarios para disminuir, además, los impactos ambientales.

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2/11 © Lorena Canals

¿Qué es el confort térmico y por qué es importante?

En el ámbito doméstico, es la sensación que experimentan quienes habitan cuando no sienten ni frío ni calor en los ambientes de la casa. Iratxe comenta que, “no obstante, debemos tener en cuenta que la percepción de confort térmico es subjetiva y distinta para cada persona ya que, además de a factores ambientales como la temperatura, las corrientes de aire o la humedad, depende de factores personales como nuestro metabolismo o nuestra edad”. Otras variables que influyen una percepción diferente del calor o el frío son cómo vamos vestidos o si estamos activos o sedentarios. Por eso más adelante daremos horquillas de temperaturas para que en la casa sintamos confort.

La fundadora de Iröq Homes prosigue: “la temperatura del entorno no solo impacta en el consumo energético, sino que además está ligada a nuestra salud, nuestro bienestar, nuestra productividad y la capacidad de aprendizaje”.

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3/11 © Lunawood en colaboración con Gabarró Hermanos

La orientación de la vivienda

Uno de los principales factores que marcará las acciones a emprender en nuestra vivienda para alcanzar el confort térmico es la orientación. Poco podemos cambiar al respecto, pero si estamos pensando en remodelar nuestra casa o en encontrar el lugar idóneo para establecer nuestro lugar de teletrabajo, buscaremos el espacio adecuado en el hogar para la actividad que vayamos a realizar. La orientación incide en la entrada de luz y calor a la vivienda procedente del sol. Por ejemplo, elegir una zona de la casa que, por su orientación, suele ser más fría para establecer nuestro lugar de teletrabajo, supondrá un enorme consumo de calefacción en los meses más fríos del año”, afirma Iratxe.

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4/11 © CYR Arquitectura

Novedosos sistemas de climatización

Eva recomienda un novedoso sistema de climatización integral llamado suelo radiante de baja entalpía, “que es capaz de calefactar o refrigerar utilizando agua entre 20 y 22º C, a diferencia de los suelos radiantes actuales que necesitan temperaturas en torno a los 30º C en revestimientos de piedra o porcelánicos, llegando incluso a los 37º C en suelos de madera. Este innovador sistema permite refrigerar cualquier casa incluso en climas tropicales consiguiendo una temperatura uniforme en el aire y todas las superficies del hogar, sin ruidos, sin resecar ni mover el aire y, además, sin tener riesgo alguno de formación de humedades”.

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5/11 © José Hevia para Raúl Sánchez Architects

¿Podemos ahorrar en calefacción?

Por supuesto, con medidas eficientes como “mantener la vivienda a una temperatura constante, ya que el consumo energético para alcanzar una temperatura de confort determinada es mayor que para mantener constante esta temperatura deseada. Yo recomendaría seleccionar una temperatura durante el día constante de 21 grados en invierno y durante la noche algo inferior, entre 17 o 18 grados”, afirma Eva.

También aconseja “aprovechar las horas de más calor en invierno para ventilar la casa y así evitaremos una pérdida importante de temperatura interior. No es recomendable ventilar a primera hora de la mañana en invierno por tratarse de las horas más frías, conseguir de nuevo una temperatura de confort supondrá un mayor consumo”. 

Aparte, salvo por cuestiones de seguridad, por ejemplo, en una habitación de bebé o infantil, no conviene cubrir las fuentes de calor ni colocar objetos cerca que impidan un funcionamiento óptimo, necesitando un mayor consumo para realizar su función correctamente.

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6/11 © Decora y Vende

Medidas para ahorrar al refrigerar la casa

Si en verano no se llegan a temperaturas tórridas, una buena elección es instalar ventiladores de techo en lugar de splits.

De nuevo Eva indica la temperatura media en la que debería encontrarse la casa, en este caso en los meses más cálidos del año: “entre 20º C y 25º C, puesto que por encima de estas temperaturas el consumo de electricidad aumentará considerablemente. Programar el aire acondicionado y utilizar el 'modo ECO', nos supondrá también un ahorro de energía”.   

La experta recalca que el mantenimiento del aparato también es importante, “mantener los filtros limpios ayudará a un funcionamiento más eficiente”.

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7/11 © Jordi Canosa para Pia Capdevila

Intervenciones en la fachada

La envolvente de la casa o el piso es vital para lograr una arquitectura sostenible que nos ahorre gastos en calefactar la casa en los meses fríos y enfriarla en los cálidos. Si la fachada falla, se pueden hacer dos cosas para conseguir un buen aislamiento y aumentar su eficacia energética, como detallan desde Hörn Studio:

  • Apostar por una fachada ventilada, que tiene doble pared, la primera en donde se encuentra el material aislante y la segunda que cubre y protege a la primera de la climatología. La parte exterior que protege la capa de aislamiento se encarga de evaporar y drenar el agua evitando que se formen humedades o filtraciones, mediante una pequeña cámara de aire que servirá como aislante de la vivienda, protegiéndola de la climatología, es un aislamiento muy efectivo que proporciona un ahorro energético.

  • El SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior) consiste en la implantación de placas de materiales aislantes que se fijan a las paredes de las fachadas y que permiten diferentes revestimientos. Se puede utilizar tanto en construcción nueva, como en edificios en rehabilitación.

“Los dos sistemas tienen una alta durabilidad, no obstante, hay que tener en cuenta que las fachadas ventiladas son algo más complicadas de instalar que el sistema SATE, por lo que la inversión puede resultar algo mayor”.

En la imagen, Pia Capdevila reforma una vivienda y en la fachada aplica una capa de aislamiento de corcho de unos 10 cm de grosor que, junto a la carpintería de los cristales de madera de castaño del Montseny, garantizan la buena estanqueidad de toda la casa.

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8/11 © Arquima

Carpintería exterior, ¿qué debemos exigirle?

Como apunta Iratxe, “las ventanas son el punto más débil de la vivienda, el lugar por el que se producen las mayores pérdidas de calor y de frío. Si tocamos una ventana y la pared contigua en un día frío, notaremos que el cristal está significativamente más frío que la pared”.

Por eso, a la hora de instalar unas nuevas ventanas, debemos fijarnos en dos aspectos:

  • La capacidad de transmitir el calor de la radiación directa del sol

  • La capacidad de transmitir la temperatura exterior (coeficiente de transferencia de calor) 

Eva añade que “la eficiencia energética es una de las propiedades que debemos tener en cuenta a la hora de comprar las ventanas. Para ello tenemos que valorar si la transmitancia térmica es la adecuada, ya que nos indica las pérdidas de calor que sufre nuestra ventana. Cuanto menor sea el valor indicado de transmitancia, mayor es el aislamiento que nos proporciona nuestra ventana. Los valores recomendados deben encontrarse por debajo de 1,2 W/m2/k”.

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9/11 © Muy Mucho

La madera, un buen aislante térmico y acústico

A este valor también hay que sumar y tener en cuenta la eficiencia energética del marco, para valorar la pérdida total de calor que experimenta la ventana en su totalidad. La experta comenta que “la madera, por sus propiedades, es una buena opción, dado que se trata de un buen aislante térmico y acústico, además de sostenible y ecológico”.

¿Más cosas? Si el aislamiento térmico y acústico es muy importante, habrá que valorar apostar por el uso del triple acristalamiento, porque entre las láminas de vidrio hay dos cámaras de aire, a diferencia del doble vidrio para el que solo hay una.

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10/11 © Inbiancophoto para Cláudia de Sousa

La elección del pavimento

Los suelos representan un gran espacio en el conjunto de la vivienda, por lo que es importante que valoremos sus características. Como nos cuentan desde Hörn Studio, “cuando elegimos nuestros pavimentos, hay que tener en cuenta que estos pueden absorber o retener el calor del sol, muy útil en invierno”.

Y proceden a aconsejarnos los mejores para un confort térmico y también por criterios de biointeriorismo, es decir, que sean saludables para nosotros:

  • El bambú, con una dureza mayor que el roble, a pesar de ser un material muy ligero. Es un excelente regulador térmico, que hace que la temperatura se mantenga cálida en invierno y fresca en verano. También es un excelente aislante acústico y muy sostenible.

  • La piedra, de una belleza natural e ideal acompañando a suelos radiantes por su alta conductividad térmica.

  • El corcho entre sus cualidades a destacar es que es un excelente aislante térmico, además de ser ligero e impermeable. Tiene propiedades antialérgicas, repele los hongos y el moho, por lo que resulta muy beneficioso para la salud.

  • El linóleo, fabricado a partir de materias primas naturales y renovables, está libre de componentes químicos artificiales cuidando así de nuestra salud. Además, su mantenimiento es sencillo y muy fácil de limpiar al no retener el polvo.

  • La madera aporta calidez al ambiente, no obstante, a veces las maderas vienen con tratamientos que pueden contener elementos nocivos que contaminan el aire de nuestras casas, por eso es importante informarnos antes de comprarlos.

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11/11 © Gastón y Daniela

El valor de los textiles

Las telas que visten las estancias y las piezas tapizadas, como sofás, butacas o pufs, conservan el calor, lo que nos ayuda a crear un ambiente agradable ayudando a reducir el gasto energético. Ambas expertas coinciden en que siempre que podamos debemos elegir tejidos orgánicos, ya que al no llevar ningún componente que no sea de origen 100% natural, conservan todas las propiedades que les otorga la naturaleza.

Entre los que menciona Eva están “los tejidos naturales que se elaboran con fibras de origen vegetal, como el algodón, lino, cáñamo o bambú, o fibras de origen animal, como la lana o la seda”.

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