4. Determinar las tareas habituales o especiales
Si, por el contrario, por vuestra profesión o funcionamiento se suele cambiar es doblemente importante para que la compra no llegue el viernes y se vaya al traste toda nuestra planificación del menú o se quede alguien en la puerta de la clase de tenis esperando a que lo recojan.
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¿Y cuándo hacemos todo esto si no tengo tiempo ni para hacerlo?
Cuando vemos los beneficios de esta rutina siempre encontraremos el momento. Como para todo, la primera vez es la más complicada, pero una vez empezamos hacerlo veremos que no necesitamos más de 15 minutos.
El mejor momento para programarlo es durante el fin de semana, a mí me gusta hacerlo el domingo por la mañana, mientras la familia se pone en marcha yo me pongo delante de mi cuadro de mandos, papeles, agenda y boli en mano y empiezo a proyectar la semana.
Toda esta planificación tiene que quedar plasmada y accesible a todos para poderla consultar diariamente y, para esto, yo tengo un cuadro de mandos familiar, que es el espacio dentro de casa que reúne a toda la familia y nos permite ver toda esta información. Tiene que ser un espacio de fácil acceso a todos, con la estructura que cada familia necesite y con plantillas removibles o pizarra borrable.
El mío está en la cocina, dentro de la puerta de un armario en el que, además, hay un espacio para las llaves y para las mascarillas nuevas y en uso de cada uno.