Los tabiques de cristal con perfilería negra están de moda. No sabemos si es por el éxito del ‘open concept’; por su poder para recrear un ‘loft en una casa convencional; por su encantador aire retro o industrial; por su capacidad para separar estancias o interiores de exteriores sin restar metros y permitiendo que la luz circule libremente; por su versatilidad, que les ha permitido integrarse en ambientes modernos, minimalistas y eclécticos como si fueran parte de estos estilos; por su adaptabilidad que les deja crecer hasta el techo, hacer de medio tabique o ser puerta corredera o abatible; o por ser igual de resultones en una vivienda de pocos metros que en una XL, como la de esta propuesta de House Doctor. Sea por la razón que sea, son una de las tendencias de decoración del momento y no tienen intención de ser un capricho pasajero. Descubre sus posibilidades en los hogares actuales. Es (casi) imposible resistirse a sus encantos.

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Son aptos para todas las habitaciones

¿Entre la cocina y la sala de estar, el comedor y la cocina o el dormitorio y su baño? Aunque solemos verlos en los salones abiertos al comedor o para separar la entrada del estar, lo cierto es que se pueden encontrar en todas las habitaciones, incluidos el baño y la cocina. Incluso hay mamparas que recrean el aspecto de estos tabiques ‘factory style’ y agregan personalidad a una ducha a ras de suelo. Tal y como ocurre en este proyecto de Atelier L'Inconnu, donde además, se ha usado como puerta para independizar los sanitarios. 

Lucen en distintas versiones

Los modelos estándar combinan estructura de acero negro con vidrio, lo que produce un efecto ‘antiguo’, que destila autenticidad. Sin embargo, las versiones modernas pueden adoptar diferentes materiales, para adaptarse a las condiciones del diseño de interiores. Por eso, la mayoría de los modelos de hoy en día son de aluminio, más ligero y con una buena relación calidad-precio; aunque también (de forma menos común) son de PVC o madera, un material más asequible que, una vez pintado y tratado, tendrá un acabado en bruto muy estético. En esta propuesta de Cartelle Design, los perfiles se reducen a la mínima expresión para no romper la conexión visual del salón comedor con la cocina. 

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Pueden albergar una puerta

Es el toque final. Instalar una puerta te permitirá cerrar completamente una habitación mientras te brinda el espíritu de un ‘loft’ urbano. Así, los ambientes están juntos, pero no revueltos. No solo puede integrar una puerta, o incluso varias, sino que también pueden convertirse en una. Dependiendo de la configuración y el uso, la pared de vidrio se puede utilizar como una sola puerta corredera o se puede optar por integrar puertas abatibles, como en este ambiente de Ercol. ¿La ventaja? Cerradas se funden con la estructura hasta que se vuelven invisibles, dando sensación de continuidad y buscando aislarse cuando lo necesitan, pero si se abren, todo se vuelve diáfano y amplio.

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Dividen sin cerrar

Por este motivo, lo adoran las casas pequeñas, que ven en ellos una forma de separar sin perder metros, ni visuales ni físicos; pero también han caído rendidas a sus encanto las más grandes, ya que son una buena manera de crear espacios abiertos y libres, pero manteniendo las distribuciones clásicas entre las estancias, mucho más cómodas para el día a día. Puedes usarlo entre el salón y la cocina, convertirlo en cabecero del dormitorio, hacer de puerta para los sanitarios, de mampara en el baño o jugar con su papel separador en la entrada, como aquí. 

Se integran en todos los estilos

Aunque cumplen una tarea práctica importante, no podemos dejar de lado sus posibilidades decorativas. Luciendo un aire retro o uno puramente industrial, que rememora sus orígenes, combina fácilmente con (casi) todos los estilos de decoración actuales. Es una buena opción en interiores modernos, minimalistas, eclécticos e, incluso, en nórdicos como este. En ocasiones, para que se produzca el efecto deseado, a lo mejor necesitas cambiar el material y apostar por la madera en lugar de acero o suavizar su aspecto con blanco. En todos los casos, aporta un toque de carácter actual. Además, combinan bien con todo tipo de materiales, desde piedra hasta ladrillo (un ‘hit’ del 'look' industrial) o madera.

Dejan circular la luz

Al ser grandes tabiques de cristal, normalmente transparentes, aunque también opacos, dejan que la luz natural se cuele entre los distintos ambientes, lo que por una parte multiplica la luminosidad de toda la casa y por otra proporciona luz a las estancias más oscuras, muchas de las cuales no cuentan con ventana. Los vestidores, como este de Schmidt, y los baños son dos buenos ejemplos, pero también las habitaciones secundarias como despachos o los rincones y huecos ‘muertos’ como el situado bajo la escalera. Son un buen recurso en estudios o apartamentos pequeños para crear un dormitorio luminoso y amplio, gracias a la luz que entra por el espacio principal.

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También aíslan

Evidentemente, un tabique de cristal aísla menos que una pared convencional, pero esto no significa que no mantenga a raya a los olores de la cocina o el ruido de los invitados en el salón, para que no circulen libremente por toda la casa. Para potenciar sus poderes aislantes, procura que tengan puerta, para que en el momento de cocinar o cuando tengas sesión de cine en el estar puedas cerrarla y crear, así, una estancia (casi) independiente. En este proyecto de Freehand Arquitectura, la cocina se cierra con un diseño que alberga dos puertas correderas, una solución tan estética como funcional. 

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Atrapan el exterior

En su afán por conectar las estancias de la casa y favorecer las relaciones abiertas y la circulación fluida de la luz, estos tabiques de cristal pueden hacer que el exterior forme parte del interior, aunque se trate de un piso urbano y no una casa con jardín. Para lograrlo o bien despejan las vistas, permitiendo el paso del paisaje o bien recrean esta estética en las ventanas, para que vistiendo a juego la sensación de no fronteras se acentúe aún más, como muestra este salón de Maisons du Monde.

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Se adaptan al espacio

Una vez elegido el tipo de material y se ha determinado su ubicación, debes pensar qué tipo de tabique quieres. Por ejemplo, un diseño que se extiende a lo largo de toda la verticalidad de la habitación es ideal para enfatizar la altura del techo y extender visualmente los espacios habitables, como en este ambiente de Scavolini, mientras que uno de 100 cm de altura quedará perfecto en un espacio como el salón. Por otro lado, si lo instalas en una cocina o un baño, es preferible elevar la base 20- 25 cm por encima de la encimera para disimular los antiestéticos módulos de almacenaje.