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Estamos ante dos de las mejores aliadas del orden en casa. Aunque pueden convivir juntas en un mismo ambiente, ya que se completan y se ayudan, lo cierto es que cada una de ellas cumple una función distinta. Para despejar dudas, hemos preparado este manual de uso con 10 ideas de decoración para que sepas en qué situación es más conveniente una balda o una estantería y cómo debes colocarlas para lograr un resultado más funcional y decorativo.

 

1. Estanterías: las estrellas del salón

Si quieres que sea la protagonista absoluta del salón, otorgando incluso al sofá un papel secundario, elige un modelo XL, para que resulte difícil evitar mirarla. Después ‘vistela’ según la ocasión y tus necesidades, con adornos y recuerdos, con compartimentos en el centro o armarios en la parte inferior para guardar la vajilla o los apuntes, para que decorativamente también tenga algo que decir.

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2. Baldas en espacios pequeños

Ligeras y ‘voladizas’, tienen la capacidad de ofrecer hueco extra de almacenaje sin recargar el espacio, gracias a que dejan todo a la vista, por lo que son perfectas para salones de pocos metros, pero también en baños mini donde una estantería no dejaría sitio para moverse y en pasillos alargados. Coloca un número de baldas acorde con las dimensiones del sitio, evitando siempre el ‘efecto estantería’ y, si es posible elígelas, o píntalas, del mismo color que la pared, para que se mimeticen con ella. Como norma general, las baldas deben colocarse a la altura de los ojos, a unos 150-180 cm, dejando una separación entre ellas de unos 30-45 cm. Es importante que, si las instalas en un sitio estrecho, como un pasillo, procures que no tengan mucha profundidad, para que no se ‘coman’ metros visuales.

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3. Estanterías para almacenar en vertical

El almacenaje en vertical, que te permite aprovechar la altura de la habitación, es una máxima de las casas pequeñas. Sin embargo, en el caso de las baldas puede ser un problema, ya que se pueden colocar en ellas cosas de uso más o menos frecuente y llegar hasta ellas puede ser una tortura en el día a día. Mientras que las estanterías te permiten una organización a medida, donde se reserva la parte más alta para adornos o elementos que no utilicemos a menudo.

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4. Baldas para ordenar la cocina

En la cocina juegan un papel muy importante, ya que pueden sustituir a los muebles altos, logrando un resultado mucho más ligero, sin perder capacidad de almacenaje. Puedes hacer que brillen en solitario o combinarlas con armarios cerrados, creando una composición más flexible y dinámica. Recuerda poner en las baldas más altas, todo aquello que no usas a diario y si está cerca de la zona de fuegos, no pongas nada que no pueda limpiarse fácilmente, ya que estará expuesto a la grasa y el humo.

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5. Estanterías: capacidad para guardar

Las estanterías no solo visten la estancia con su presencia, sino que además ofrecen sitio extra en cualquier habitación para guardar libros, objetos, vajillas o papeles. Para aprovechar mejor sus posibilidades, apuesta por un modelo a medida de suelo a techo o de pared a pared, en el caso de los diseños estándar. Para que nada te impida acceder a ellas, es importante que no haya muebles voluminosos delante, que impidan un cómodo acceso, y ya puestos, coloca un taburete o una escalera cerca, que te lo pongan aún más fácil.

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6. Baldas: un básico de los armarios

¿Qué haríamos sin ellas? En los armarios nos ayudan a mantener en orden y a salvo de las arrugas la ropa de doblar, Es importante que las coloques a unos 35 cm entre una y otra, para que no hagas montañas de ropa y puedas coger cada prenda sin tirar el resto. Y, si puedes, procura que sean regulables en altura, para adaptarlas a las necesidades de cada estación, en invierno los jerséis, por ejemplo, ocupan más y necesitan que crezcan. Otra buena idea es instalar modelos extraíbles, que te faciliten aún más la tarea.

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7. Estanterías: las favoritas de las lectoras

Si te gusta leer, querrás tener una cerca para tener todos tus libros ordenados y al alcance de la mano. A la hora de organizarlos, recuerda elegir un método con el que te sientas cómoda y se ajuste a tus necesidades: no vale de nada establecerlo por géneros si la mayoría de tus ejemplares pertenecen a uno o dos temáticas, por ejemplo. También puedes hacerlo por orden alfabético, como en las bibliotecas, o por autores preferidos. Lo importante es que elijas un sistema que te dé facilidades y te facilite las cosas. No olvides jugar con los colores e incluir algunos adornos para que posea también encanto ‘deco’.

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8. Baldas en rincones difíciles

Como admiten diferentes medidas, anchos y fondos, y pueden colocarse horizontal, pero también en vertical, a modo tablero, son una buena solución en esquinas o rincones difíciles de la casa, donde incluso una estantería a medida resulta complicada de ubicar. También resultan idóneas en una esquina, entre tabiques, ‘vistiendo’ una hornacina o potenciando la capacidad de un hueco muerto, como el que está encima de una puerta de paso. Además, son un recurso económico, que puedes elegir en el material y el color que más te interese.

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9. Estanterías que son tabiques

El ‘open concept’ ha dado a las estanterías la oportunidad de actuar como un elemento clave en la distribución de la casa, para separar ambientes en una misma estancia, como el salón y el comedor, el dormitorio del baño o la cocina del comedor. Y todo ello, sin perder su razón de ser: el almacenaje. Para lograrlo, no debe tener trasera y debe tratarse de un modelo ligero, que no recargue la habitación con sus dimensiones o material. Según el efecto que quieras crear, opta por mimetizarla con el resto de la decoración o hacer que destaque.

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10. Baldas: elementos multifunción

Entre sus muchas ventajas, hay que destacar su versatilidad, que no solo les permite colarse en todas las estancias de la casa, incluidos el baño, la cocina o el armario, sino también cumplir diferentes funciones. Así, puede ser una práctica mesita de noche en un dormitorio pequeño, puede utilizarse a modo de consola en un recibidor, como escritorio en un rincón de trabajo, como tocador en un baño XL o, incluso, como barra de desayunos en la cocina. En función del uso que vas a hacer de ella, revisa el peso y el tipo de sujeción, para que no haya sorpresas.

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