Colores neutros para aportar elegancia y armonía
Al llegar al salón principal, lo que más llama la atención es su privilegiada luz natural, que entra a través de los ventanales que rodean toda la estancia, cubiertos, a su vez, por unas finas cortinas.
Para aprovechar los rayos de luz que inundan cada rincón, también se ha optado por una decoración en tonos neutros. Una apuesta sobre seguro ya que, gracias a ellos, se consigue el efecto buscado: ganar más metros, al tiempo que aumenta la elegancia y sofisticación.
En el centro, encontramos dos mesas bajas, en diferentes tonalidades grises, adornadas con una planta y varios libros. En torno a ellas, se despliegan unas butacas y un largo sofá, en blanco roto, adornados con cojines blancos y otros en este mismo color, que se funden, así con el mobiliario.
El suelo, de mármol, está protegido por dos alfombras blancas (que juegan también con los detalles grises). Y, al fondo, se divisa otra zona separada de ésta, conformada por una amplia mesa y varias sillas de diseño.
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