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Láminas, obras de arte, bocetos e ilustraciones, fotografías de familia, los dibujos de tus hijos… Todo lo que amas puede tener un hueco en tus paredes y se puede convertir en el elemento perfecto para decorarlas.

Solo has de emplear algunas estrategias muy prácticas para crear la galería con la que sueñas, esa que refleja tu estilo y tu personalidad.

 

Escaparate de tesoros

A la hora de componer una galería de pared, lo verdaderamente importante es que la crees a tu estilo, para que se convierta en un reflejo de tus gustos y de tu personalidad.

Para conseguirlo la clave está en elegir bien lo que vas a incluir en esta colección de tesoros particular. Puedes exponer algunas láminas decorativas que te encanten, esas fotos familiares que no te cansas de mirar, o el cuadro que te regalaron y que te apasiona.

Para acertar, ten en cuenta que tan importante elección llevará su tiempo. No te apresures y ve pensando qué elementos merecen formar parte de tu galería. Este punto está íntimamente relacionado con el lugar en el que vas a colocarla, por lo que ambos aspectos caminan a la par y tendrás que pensarlos casi de forma simultánea.

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El emplazamiento perfecto

Como comentábamos antes, este capítulo tiene una gran importancia, ya que no es lo mismo colgar tus cuadros en la pared principal del salón que en un pasillo o en una esquina del cuarto de los niños.

Comienza por decidir dónde vas a montar tu galería y después piensa qué elementos quieres ver colgados en ella.

Un buen lugar para montar una galería es, por ejemplo, la pared del cabecero de la cama, en el dormitorio principal. Según la ubicación, los cuadros serán unos u otros, las láminas o ilustraciones más grandes o más pequeñas, etc.

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¿Con marco o sin él?

Una vez hayas decidido cuántos elementos vas a colgar en la pared y cuáles son, llega el momento de buscarles un marco adecuado… si lo van a llevar (porque quizás hayas incluido alguno que prefieras colgar sin enmarcar).

Puedes elegir molduras iguales o diferentes, del mismo material y color o combinar distintos tonos y acabados. La regla es que no hay reglas.

 

Un consejo:

Todo vale si tiene una razón de ser, pero una recomendación general es que conviene elegir marcos más neutros para enmarcar obras muy coloristas. Por el contrario, si mantienen tonalidades similares puedes utilizar marcos diferentes que contrasten entre sí.

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Mil composiciones

Crear la composición perfecta para una galería de pared es un trabajo personal y bastante subjetivo, y por eso hay tantas formas de hacerlo con éxito.

Comienza por establecer si quieres crear un conjunto de elementos iguales (con cuadros del mismo tamaño y formato) o prefieres mezclar objetos diferentes (una foto enmarcada tamaño XXL y varias obras más pequeñas, por ejemplo).

Puedes colgar un cuadro más grande colocándolo algo descentrado y completar el espacio destinado a la galería hasta que des con el diseño que te satisface. O puedes jugar con los números impares, etc. Dale alas a tu creatividad.

 
 
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Si buscas el orden visual

Una composición de elementos similares dispuestos en cuadrícula es la mejor forma de conseguir orden y limpieza visual.

Se trata de un modelo de galería fácil de desarrollar, que resulta muy elegante y decorativa, y que encuentra su lugar en cualquier espacio de la casa, ya sea el salón, el recibidor o el dormitorio.

 

Un consejo

En este tipo de galerías es particularmente importante que los marcos o las obras guarden la misma distancia entre sí. Para lograrlo solo tienes que usar un metro y un nivel de burbuja a la hora de colgarlos. Recuerda que no es necesario que hagas grandes agujeros en la pared, sobre todo si los elementos no son demasiado voluminosos ni pesados.

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Si amas el eclecticismo

Todas aquellas personas a las que les gusta combinar estilos encontrarán en este tipo de galerías sus favoritas: las que incluyen elementos diferentes, con marcos de distinto tamaño, formato y material, etc.

El resultado, si bien es menos ordenado y equilibrado que la composición en cuadrícula, resulta dinámico y muy creativo.

Un detalle que no falla es añadir elementos personales al conjunto, como un espejo decorativo, unas postales enmarcadas o un recuerdo de algún viaje.

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Si te apasiona el cambio

¿Te da miedo colocar cuadros en las paredes porque tienes la certeza de que pronto los querrás cambiar? Eres una persona cambiante, capaz de encontrarte cómoda en esa evolución constante.

Una idea genial para que puedas crear tu propia galería es instalar una repisa en la que colocar los marcos de una manera de lo más versátil. Así podrás renovar la decoración sustituyendo los cuadros cuando te apetezca.

En la imagen se han fijado dos repisas unidas para trazar una línea horizontal. Un detalle original: se ha utilizado un color más claro para pintar la parte superior de la pared, y un color más oscuro para la parte inferior.

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Si te atrae la simetría

Una de las reglas de la composición fotográfica y pictórica nos habla de la ley de la simetría. Puede ser porque resulta siempre agradable a la vista, porque nos transmite paz y serenidad, y una cierta armonía que nos tranquiliza.

Sea como sea, elegir un conjunto simétrico para crear una galería de pared y decorar tu casa siempre será un acierto. Recuerda que no tienes por qué colocar dos elementos idénticos, sino buscar la diferencia dentro de la simetría, como ocurre en la imagen.

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Si prefieres un solo protagonista

No es una galería de pared como la entendemos, pero es una manera indiscutible de crear un efecto decorativo en un lugar principal de tu casa: se trata de colgar una obra de gran formato que se convertirá en la estrella del salón o del dormitorio.

En estos casos lo que importa en saber elegir la obra en cuestión. Puede ser una ilustración, un poster artístico o una fotografía conceptual en blanco y negro. El tamaño adecuado puede ser aproximadamente de 100 x 150 cm. Lo suficiente para atraer todas las miradas.

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