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Hacer la cama es una de las tareas domésticas más sencillas y cotidianas, pero no por eso es un trabajo menor que se pueda descuidar. Todo lo contrario.

Esmerarse en arreglarla como un profesional nos traerá muchos beneficios. Solo tienes que pensar en el placer que supone deslizarse entre unas sábanas frescas, limpias y bien estiradas… Todo un lujo propio de un hotel de cinco estrellas que podrás vivir cada noche.

 

Un ritual de cada día

Si cada mañana es para ti un reto contra el reloj y siempre te falta tiempo para salir de casa, probablemente te asaltará la tentación de dejar la cama deshecha, o de estirarla de cualquier manera. Craso error.

Hacer la cama con mimo, al estilo de los hoteles de lujo, tiene grandes ventajas por lo que merece la pena poner el despertador cinco minutos antes para conseguirlo.

No solo es una cuestión de orden y limpieza, aunque el dormitorio ganará muchísimo. Además, descubrirás el encanto de querer irte a dormir cada noche, porque meterte en tu cama será un nuevo placer por descubrir.

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Acertar con la ropa de cama

Unas sábanas suaves y confortables pueden marcar la diferencia entre dormir a pierna suelta y hacerlo mal y sin descansar. Por eso elegir las más adecuadas es lo primero de lo que tienes que ocuparte.

Lo más importante es que sean de calidad, aunque tengas que aumentar el presupuesto a la hora de comprarlas. De hecho, es preferible disponer solamente de dos juegos de sábanas buenos, que muchos más corrientes.

Decídete siempre por tejidos naturales como el algodón (100 %) o el lino, y fíjate en el número de hilos de la urdimbre, así como en la trama. Los buenos fabricantes especifican el número de hilos que tiene el tejido; cuanto mayor sea este, mejores serán las sábanas.

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Manos a la obra: la técnica que no falla

Para hacer una cama de una forma perfecta debes contar con un buen colchón, un juego de sábanas limpio y suave, y el resto de elementos que sea necesario en función de la estación del año.

En invierno conviene poner diferentes capas que podremos ir retirando o no en función del calor que tengamos.

Recuerda que los tejidos naturales son transpirables y ayudan a regular el exceso de calor, por lo que resultan mucho más confortables.

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PASO 1. Retirar las sábanas usadas

Comienza por quitar las sábanas usadas y ponerlas en el cesto de la ropa sucia hasta que llegue el momento de hacer la colada. Una vez a la semana es la frecuencia adecuada con la que hay que cambiarlas.

Sacude el protector del colchón, las mantas y el resto de elementos que no vas a lavar. Ahora es el momento de ventilar la habitación, dejando las ventanas abiertas durante al menos 10 o 15 minutos.

Esto es especialmente importante si eres alérgico a los ácaros del polvo. En ese caso conviene que aspires el colchón una vez cada 15 días, aproximadamente.

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PASO 2. Colocar la bajera

La sábana bajera se coloca encima del protector del colchón. Ha de quedar bien tensa, por lo que es recomendable utilizar modelos ajustables, mucho más fáciles de poner.

Opta siempre por el tamaño adecuado para el colchón, ya que si son pequeñas quedarán demasiado estiradas y pueden descolocarse.

Comienza por una de las esquinas, coloca el resto y alisa la sábana. ¡Listo!

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PASO 3. Poner la sábana encimera

Entramos ahora en la parte más compleja de la tarea, aunque que nos quede perfecto es solo cuestión de práctica.

- Comienza por extender la sábana encimera de forma que cuelgue igual a ambos lados de la cama (unos 40 cm). Si es un diseño estampado, asegúrate de que el dibujo queda hacia abajo.

- Deja unos 50 centímetros en la parte superior para después hacer el embozo.

- A continuación remete la sábana debajo del colchón en la zona de los pies de la cama.

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PASO 4: Conseguir esquinas perfectas

Llegamos a la parte más peliaguda de todo el proceso: remeter la sábana en las esquinas y conseguir que nos queden lisas y homogéneas. Para ello vamos a poner en práctica la técnica de las hospital corners o esquinas de hospital, que es la que utilizan en los hoteles de cinco estrellas para hacer las camas.

- Comienza por levantar la esquina de la encimera y doblarla colocándola sobre el lateral del colchón.

- A continuación remete el sobrante, manteniendo la esquina doblada.

- Deja caer la sábana de forma que forme un ángulo de 45º con respecto a la esquina.

- Recoge y mete bajo el colchón los laterales. Si lo prefieres, puedes dejar parte de la encimera colgando, ya que quedará oculta por el edredón.

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PASO 5. Completar con el resto de elementos

- Extiende la manta sobre la cama, ajustándola en la parte superior y cuidando de que cuelgue más o menos igual por ambos laterales del colchón.

- Dobla la sábana encimera sobre la manta y alisa el embozo.

- Ahora coloca la colcha o el edredón, teniendo en cuenta de que es el elemento que marcará la pauta decorativa del conjunto. Puedes decidirte por diseños lisos o estampados, con motivos geométricos, florales, etc.

- A la hora de colocar las almohadas debes procurar que sean del tamaño adecuado y de la altura justa para dormir cómodamente, según la postura y las preferencias.

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PASO 6. El toque final

Termina de hacer la cama colocando unos cojines y una manta a los pies.

En el caso de los primeros, conviene no abusar. No pongas más de cuatro, dos cuadrados más grandes y dos más pequeños rectangulares, por ejemplo. Si te excedes en el número, el resultado puede verse demasiado abigarrado.

En cuanto al plaid, elige uno suave, de tacto agradable. Además de decorar, tenerlo a mano te vendrá de perlas en las noches más frías cuando necesites un abrigo extra.

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