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Para que tu hogar sea ese lugar especial en el que te sientes de maravilla es fundamental lograr un ambiente saludable. Y todavía más en tiempos de pandemia, ahora que nuestra casa se ha convertido, literalmente, en un refugio. Cuídala, procura que te transmita bienestar, paz y seguridad, y será para ti el mejor rincón del mundo.

 

El valor de lo natural

Son muchas las cosas que están en tu mano para lograr que en tu casa se respire un buen ambiente, y una de las más importantes es apostar, siempre que sea posible, por lo natural. Puedes elegir, por ejemplo, materiales naturales y sostenibles para las superficies y revestimientos, para los textiles, los muebles, la decoración, etc. Pinta las paredes con una pintura transpirable y opta por la madera o la cerámica para tus suelos, por ejemplo. Reduce en lo posible los materiales sintéticos y huye del exceso de plásticos y componentes químicos, como el bisfenol A o los ftalatos. Aunque las autoridades competentes en materia sanitaria vigilan que los productos que usamos sean seguros, no está de más sustituir estos elementos por otros más naturales. Tu casa y tu salud te lo agradecerán.

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Orden versus caos

Tener una casa ordenada es muy importante para lograr el bienestar físico y mental de toda la familia. Mucho más de lo que piensas. El desorden no te traerá nada bueno. Para empezar, los espacios revueltos y embarullados son mucho más difíciles de limpiar, te darán más trabajo y no conseguirás tan buenos resultados, por lo que la sensación de confort será menor. Además, si el caos campa a sus anchas por toda la casa, pasarás mucho tiempo buscando cosas perdidas, lo que hará que el estrés se dispare. El desorden nos provoca malestar, sensación de cansancio, dificultad para concentrarnos... No te lo pienses más y apuesta siempre por la armonía.

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Combate los ácaros del polvo

Las afecciones alérgicas son cada vez más frecuentes y el número de personas que las sufren aumenta de año en año. Si tú o alguno de los tuyos tiene alergia al polvo o a los ácaros, es importante que sepas qué medidas puedes tomar para crear un ambiente agradable y seguro en tu hogar. Aunque acabar con los ácaros no es nada fácil, sí es posible reducirlos casi por completo, siempre que tomes las medidas adecuadas. Comienza por ventilar todos los días y reduce la humedad. También tendrás que eliminar el polvo de las superficies, y mantener una buena higiene de la ropa de casa y los textiles. ¿Cómo? Con la ayuda de un purificador y pasando el aspirador (mejor uno con filtro HEPA, de alta eficiencia) en el suelo y las tapicerías, lava con frecuencia sábanas y toallas, y prescinde de adornos y elementos superfluos.

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Cómo hacer la colada para evitar alergias

Existe una forma determinada de lavar la ropa si lo que quieres es evitar posibles alergias que afecten a ti o a tu familia. Si tu lavadora tiene un programa especial antialergia (muchos modelos utilizan el poder del vapor en estos ciclos de lavado) no tienes más que usarlo. Si no lo tiene, lo mejor es lavar la ropa a alta temperatura (60º C) para eliminar ácaros y alérgenos. Secarla en la secadora es también una buena opción.

Un consejo: no abuses del detergente si no quieres provocar dermatitis en personas de piel sensible, y tampoco te pases con el suavizante.

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Buen aroma… sin químicos

¿Quieres que tu casa huela siempre bien? La solución no es utilizar ambientadores artificiales, ya que están repletos de sustancias químicas que pueden resultar perjudiciales para la salud. Las fragancias o aromas, en general, no son recomendables, tampoco en productos de limpieza, por ejemplo. Es más saludable optar por limpiadores sin perfume, menos agresivos.

Y si quieres que en tu casa reine un buen ambiente, ventila a diario y no enmascares los malos olores, ¡elimínalos! Por ejemplo, desodoriza con bicarbonato sódico el cubo de la basura o el interior de la nevera.

Un truco: prepara un ambientador casero sin ingredientes químicos, utilizando aceites esenciales o hierbas aromáticas. Solo tienes que mezclar agua, alcohol y unas gotas de tu aceite esencial favorito.

6/9 © Meir Australia Pty Ltd

Agua pura

Aunque el agua que sale de nuestros grifos es buena y perfectamente potable, en algunas zonas geográficas puede tener más cal o determinadas partículas que no le confieren un buen sabor. Si este es tu caso, puedes solucionar el problema de varias formas. Una de ellas es instalar un descalcificador, si el agua de tus grifos es muy dura. Se trata de un filtro que se coloca en la entrada general del agua y que consigue eliminar buena parte de la cal. Esto ayuda, entre otras cosas, a evitar que electrodomésticos como la lavadora o el lavavajillas se estropeen demasiado pronto. Otra alternativa es instalar un equipo de osmosis inversa debajo del fregadero, un elemento sencillo que consigue depurar el agua. También puedes colocar en los grifos un filtro de carbón activo que elimine el cloro y otras partículas.

Un truco: para depurar el agua de forma fácil y hacer que el cloro desaparezca, solo tienes que dejarla reposar una noche en un recipiente destapado para que se evapore.

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Las radiaciones, bajo control

No podemos vivir sin las nuevas tecnologías. Eso ha quedado claro, si no lo estaba ya, en estos meses que hemos pasado confinados en casa. ¿Qué hubiéramos hecho sin el móvil, la conexión wifi o nuestro ordenador? Sin embargo, además de entretenimiento, comunicación e información, estas tecnologías también nos traen otras cosas no tan beneficiosas como las radiaciones, capaces de alterar nuestra salud. Las ondas electromagnéticas inundan nuestra casa y, aunque no es factible pensar que hemos de desterrar la tecnología que las producen de nuestras vidas, sí podemos limitarlas o, al menos, controlarlas. Es importante preservar ciertas zonas de su influjo, como el dormitorio, por ejemplo. Para ello, evita usar allí dispositivos electrónicos y apaga el wifi cuando no lo uses o, al menos, durante la noche.

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Plantas que decoran y combaten el estrés

Decorar la casa con plantas de interior es una gran idea. Además de aportar al ambiente un interesante efecto natural, potencian el bienestar y reducen el estrés. Las plantas liberan oxígeno (durante el día) por lo que purifican el aire que respiramos. Además, determinadas especies como los cactus son capaces de absorber las ondas electromagnéticas, con el beneficio para nuestra salud que ello implica. Pero lo más importante es que las plantas y las flores resaltan el valor de la naturaleza y nos transmiten buena onda, alegría y belleza. ¡Hazles un hueco!

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Mantener el dormitorio a salvo

Si hay en tu casa un espacio destinado al relax y al descanso, ese es tu dormitorio. Y por eso debes protegerlo a capa y espada de todo lo que suponga distorsión, estrés y desequilibrio. ¿Cómo? Convirtiéndolo en ese lugar sereno en el que es fácil conciliar el sueño y dormir a pierna suelta, una necesidad fisiológica que debemos cuidar en bien de nuestra salud. Para empezar, a la hora de decorar tu dormitorio, evita los colores demasiado intensos y apuesta por tonos suaves y relajantes. Si tienes alergia al polvo, no abuses de alfombras y cojines, ni de objetos de decoración. Además, saca del dormitorio la televisión, la tablet y el móvil. La luz azul de estos dispositivos interfiere en la producción de melatonina, haciendo que tu cerebro segregue menos cantidad de esta hormona e impidiéndote conciliar el sueño. Si te esfuerzas en cumplir estas recomendaciones, tu dormitorio será un auténtico paraíso del descanso.

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