Tendencias en jardines 2026, según la neuroarquitectura: cómo crear espacios que cuidan, inspiran y mejoran tu bienestar diario


Los exteriores ya no son solo decorativos, sino profundamente funcionales y con un gran componente emocional, porque se diseñan para acompañar nuestra vida diaria: relajarnos, trabajar, reconectar con la naturaleza o encontrar un refugio propio dentro de casa.


Jardín con piscina de una vivienda en Mallorca © Ricard López para Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo
30 de diciembre de 2025 - 7:00 CET

El paisajismo vive un momento de transformación profunda y 2026 llega cargado de nuevas ideas que redefinen el modo en que entendemos el jardín doméstico. Ya no se trata solo de embellecer el exterior, sino de crear espacios que cuiden, inspiren y acompañen la vida cotidiana

Desde rincones íntimos que funcionan como refugios personales hasta pabellones que ordenan grandes parcelas o pequeños huertos que nos conectan con la tierra, las tendencias de este año dibujan una nueva forma de habitar la naturaleza. A continuación, descubre las claves para entender cómo evolucionarán los jardines en los próximos meses.

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Zona de contemplación en un jardín mediterráneo© Bernard Touillon para Ethimo

El jardín emocional y sensorial

En 2026 surge con fuerza la idea del jardín emocional, un espacio diseñado para despertar los sentidos y aportar bienestar integral. Inspirado en principios de neuroarquitectura, el paisajismo se centra en cómo los coloresaromastexturas y sonios naturales influyen en nuestro estado de ánimo

Así, los espacios exteriores rebosantes de naturaleza se convierten en auténticos escenarios terapéuticos: caminos que invitan a la contemplación, flores aromáticas que estimulan la memoria, plantas que aportan calma con su tonalidad y fuentes o láminas de agua que generan serenidad a través del rumor. Más que un lugar estético, el jardín se transforma en un escenario vivo donde los estímulos naturales generan bienestar y conexión profunda.

En este porche, las butacas ‘Teodora’ de Ethimo se integran con el paisaje de cactus escultóricos y plantas fragantes. Estos asientos ofrecen una experiencia de relajación al aire libre gracias a su silueta envolvente en teca curvada y fibra trenzada con detalles artesanales.

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Jardín con cultivo de narciso del poeta (‘Narcissus poeticus’), una especie que aúna atractivo estético y aromático© Wouter Koppen / iBulb

El aroma diseña emociones en el jardín

De todos nuestros sentidos, en especial se potenciará el del olfato creando jardines fragantes, con plantas con flor, como la lavanda, el jazmín o el narciso de poeta (en la imagen), que despiertan recuerdos y emociones con cada estación, pero también con especies sin flor, como el romero, el pino o el mirto, capaces de aportar también unas fabulosas notas aromáticas.

La clave para reunir perfumes en un jardín está en la armonía de intensidades y contrastes. No se trata de acumular especies muy fragantes, sino de combinarlas con otras más discretas que permitan apreciar los matices. Igual que en una paleta de colores, los aromas necesitan espacios de respiro: una planta aromática puede convivir con gramíneas suaves, un pino resinero con romeros o salvias, y una glicinia exuberante con arbustos más neutros. La regla es sencilla: alternar notas dominantes con acompañantes más ligeros, evitando la saturación para que cada fragancia tenga su momento y el conjunto resulte embriagador, pero nunca empalagoso.

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Escultura de estilo clásico en un verde jardín rodeado de frondosa vegetación© Oleksandr Filatov / Adobe Stock

Arte al aire libre

Está en boga la concepción del jardín como una galería de arte en la que se integran esculturas y piezas artísticas para provocar emoción y creatividad. Estos elementos aportan ritmo, profundidad y un punto focal que transforma el espacio en una experiencia estética completa, casi museística, en la que naturaleza y arte se fusionan para despertar sensibilidad y ofrecer un refugio inspirador al aire libre.

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Jardín doméstico de estampa otoñal© Mashiki / Adobe Stock

Paisajes vivos que celebran las cuatro estaciones

Los jardines, diseñados para potenciar la experiencia emocional, se expresan a través de una estética naturalizada que, entre otros aspectos, refleja con fuerza el cambio de las estaciones. 

La tendencia new perennial propone un paisajismo aparentemente espontáneo, pero en realidad cuidadosamente planificado, donde cada planta ocupa un lugar estratégico y, al mismo tiempo, el conjunto transmite frescura y libertad. Se podría hablar de un ‘desorden controlado’. 

Por otro lado, se priorizan especies autóctonas y resistentes, capaces de adaptarse a las variaciones climáticas y de ofrecer un espectáculo visual cambiante: esplendor vegetal en primavera, frondosidad intensa en verano, matices ocres en otoño y vegetación desnuda en invierno.

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Piscina, área para tomar el sol, salón al aire libre, comedor de verano y cocina de exterior. Un jardín que lo tiene todo© Ricard López para Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo

Exteriores completos: vivir al aire libre con todas las comodidades

Otra tendencia marcada consiste en que los exteriores se conciben como espacios totalmente equipados para la vida cotidiana y social, integrando (si el espacio lo permite) piscina, salón de verano, comedor al aire libre y, cada vez más, hasta cocinas exteriores que permiten disfrutar intensamente del aire libre

Este diseño en realidad convierte el jardín en una prolongación de la vivienda, donde se puede descansar, compartir comidas, organizar reuniones o simplemente relajarse en un entorno natural. La idea es que sea un espacio multifuncional, como vemos en la propuesta, en una vivienda mallorquina diseñada por Jaime Salvá Arquitectura & Interiorismo.

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Despacho en el jardín mediante un pabellón modular© Resan Modular

Habitaciones exteriores: así se estructuran los jardines amplios en 2026

Una solución eficiente que va a llevarse en los próximos meses es la de estructurar los jardines mediante pabellones de verano, especialmente en parcelas amplias donde el espacio puede diluirse. Estos módulos actúan como auténticas ‘habitaciones exteriores’ que permiten segmentar el jardín en usos concretos: zonas de descanso, comedores protegidos, estudios o, incluso, salas de ocio o gimnasios

En la imagen vemos un pabellón de Resan Modular, que permite ubicar un despacho independiente en medio del jardín y disfrutar de él durante todo el año.

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‘Daybed’ para dos© Dedon

Microparaísos en casa

Otro de los rasgos marcados es que en 2026 los jardines evolucionan hacia experiencias profundamente personales e incluyen refugios diseñados para estar a solas o compartir únicamente con quien forma parte de nuestro círculo más íntimo. En estos jardines secretos cuidadosamente aislados del resto del exterior, tanto la vegetación como los materiales y la luz crean una atmósfera de recogimiento. No buscan impresionar, sino envolver; no quieren ser vistos, sino sentidos. 

En un mundo saturado, estos espacios al aire libre íntimos se convierten en pequeños universos donde leer, meditar, conversar en susurros o simplemente disfrutar del paisaje. En la propuesta una cama de día de Dedon, el modelo ‘Swingrest’, que en la versión que vemos, entelada, proporciona más sombra en los días calurosos.

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Patio con una olivera© NŌ Architects

Que no sobren los metros no signifique que no basten las ideas

No importan los metros, se crean oasis verdes incluso en espacios muy reducidos, pues se entiende que incluso las pequeñas junglas domésticas capaces de transformar por completo la atmósfera del hogar. En uno de los últimos proyectos de ÑO Architects, un patio mínimo se dignifica con la presencia de un olivo que actúa casi como una escultura viva.

Por otra parte, a falta de amplitud, la verticalidad se convierte en la mejor aliada. Los jardines verticales decoran paredes en porches, aportando frescor y aromas, también los muros verdes estarán al alza, porque funcionan como tapices botánicos que contribuyen a un mejor comportamiento térmico de la vivienda.

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Hortalizas procedentes de un huerto en el jardín© Getty Images

Jardines que también alimentan

En los últimos años estamos viendo un auténtico furor por los huertos dentro del jardín, así los exteriores se convierten en un lugar de alimento. Esta tendencia, cada vez más extendida, no exige grandes espacios: con macetas, parterres bien orientados o incluso estructuras verticales, se pueden cultivar verduras y frutas directamente en casa. 

Hay una explicación de esta tendencia y va más allá de ofrecer productos saludables, y son que, cultivar nuestro propio huerto estimula una conexión más íntima con la naturaleza, fomenta la biodiversidad (con polinizadores, insectos útiles y vida vegetal diversa) y aporta bienestar emocional al implicar cuidado, observación y recolección. 

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Jardín muy verde con presencia de alguna flor© Fernando Nájera Paisajista

La era de los jardines regenerativos

Los jardines ya no se conforman con ser sostenibles: dan un paso más y buscan ser regenerativos. Esto significa que, además de reducir el impacto ambiental, contribuyen activamente a mejorar el ecosistema en el que se integran. Se diseñan con especies de bajo consumo hídrico y resistentes, sistemas de riego inteligentes y materiales reciclados, pero también con suelos vivos, mayor biodiversidad y menos dependencia de productos químicos. 

El objetivo es que el jardín no solo se mantenga fácilmente, sino que devuelva a la naturaleza más de lo que toma: captura carbono, favorece polinizadores, mejora la fertilidad del suelo y ayuda a mitigar los efectos del cambio climático

© ¡HOLA! Prohibida la reproducción total o parcial de este reportaje y sus fotografías, aun citando su procedencia.