Nuestro hogar actúa como un espejo de la vida interior. Cada estancia, objeto o color refleja el momento que atravesamos y puede ayudarnos (si aprendemos a escucharlo) a acompañar los cambios, cerrar etapas y abrir otras nuevas. Nos lo cuenta la experta en feng shui Sara Escolà (www.saraescola.com), quien tiene claro que el hogar no es solo un lugar donde vivimos, sino un espacio que evoluciona con nosotros.
A través de la observación consciente, la limpieza energética y pequeños gestos cotidianos, podemos transformar la casa en un refugio que refleje lo que somos hoy y favorezca nuestro bienestar físico y emocional.
© Amador Toril para Estudio Interiorismo Lapopie‘Feng shui’: tu vida proyectada en el hogar
Según la comprensión contemporánea del feng shui, nuestra casa refleja quiénes somos y el momento vital que atravesamos porque, de manera inconsciente, proyectamos en el espacio nuestra energía interior. Los objetos que elegimos conservar, el orden o el desorden, los colores, la luz o la distribución no son casuales: expresan cómo nos sentimos, qué necesitamos o qué etapa estamos viviendo. Así, el hogar se convierte en un espejo simbólico de nuestra vida emocional y mental; cuando cambiamos, también lo hace nuestro espacio, y viceversa, al modificar el entorno podemos acompañar y favorecer nuestros propios procesos de transformación. “Igual que elegimos la ropa según cómo nos sentimos o quién queremos ser en ese momento, también configuramos nuestros espacios en diálogo con nuestra energía interior”, explica Sara.
En la propuesta, un vibrante comedor diseñado por la fundadora del Estudio Interiorismo Lapopie, Rosa Lahoz.
© Amai StudioTu casa, un reflejo de ti
La forma en la que vivimos nuestra casa dice mucho más de lo que imaginamos sobre el momento que atravesamos. La experta da estos ejemplos: cuando una persona atraviesa un momento de claridad o entusiasmo, es frecuente que tienda a abrir los espacios, ordenar, dejar entrar más luz, redecorar o incorporar elementos nuevos. En cambio, en épocas de cansancio, confusión o dificultad emocional, muchas veces la casa se va ‘cerrando’: se acumulan objetos, se deja de cuidar el orden, se tapan las ventanas o se pospone esa pequeña reparación que antes nos importaba. Son decisiones silenciosas, pero profundamente significativas.
Cuando atravesamos una etapa de claridad o entusiasmo solemos abrir espacios, ordenar y dejar entrar más luz; por el contrario, en momentos de bajón emocional el hogar lo refleja en silencio: la casa se va cerrando, se desordena y se apaga.
En competo orden esta vivienda en la que toda la zona de día se concibe abierta (salón, comedor y cocina). El proyecto lo firma la interiorista Amaia Elias, fundadora de Amai Studio.
El hogar es, de algún modo, una prolongación de nuestra historia interior. “Puede que refleje lo que fuimos si nos hemos quedado estancados en aquellas vivencias, hay casas que se sienten detenidas en el tiempo, sobre todo cuando los habitantes tienen edades avanzadas y sus vidas se han ido frenando”, detalla la experta en feng shui.
© Alfons & DamiánCuando tu casa deja de acompañarte
A veces llega un momento en que el hogar ya no se siente como antes: aparece el impulso de mover muebles, redecorar o hacer cambios sin saber muy bien por qué. Otras veces ocurre que el espacio se vuelve denso, cuesta estar en casa o ya no inspira. También puede pasar que ciertos objetos, colores o rincones que antes nos encantaban empiecen a parecernos extraños. “Todas estas son señales de que nuestra vida interior ha cambiado y el espacio aún no se ha ajustado a esa nueva versión de nosotros”, señala Sara.
Un buen ejemplo de cómo actualizar sin perder la esencia es el despacho proyectado por Alfons & Damián. En él se han conservado las boiseries originales de estilo hausmanniano, pero se han reinterpretado con una elegante capa de verde que aporta calma y sofisticación. El escritorio de los años 50’, convive con una silla contemporánea de líneas suaves y una lámpara de diseño actual. Así, el espacio mantiene su memoria arquitectónica mientras incorpora elementos que hablan del presente.
© SchmidtTransformar el espacio para acompañar la vida
Cada cambio vital importante también debe transformar nuestro espacio. Una mudanza invita a empezar de cero y diseñar una nueva forma de habitar; la llegada de un hijo nos impulsa a suavizar, simplificar y acoger con ternura.
Esta cocina de Schmidt (en concreto el mobiliario pertenece a la serie ‘Lille’) se equipa con una trona para el más joven de la casa.
“En cada transición, el hogar se convierte en un aliado permitiéndonos hacer una reorganización práctica del espacio”, afirma la experta en feng shui.
© Adobe StockCerrar etapas desde el espacio
En momentos de duelo o separación de la pareja, el hogar también necesita sanar. Decidir qué hacer con los objetos, limpiar, ordenar o cambiar ciertos elementos ayuda a liberar la carga emocional del pasado y esa gran pérdida. Sara es de la opinión que, aunque renovar el espacio no borra el dolor, sí permite respirar de nuevo y abrirse a una nueva versión de la vida.
© Julien Fernandez / MobalpaAbrir, limpiar y soltar: tres pasos para rearmonizar tu casa
“Si se percibe que uno debe reconectar con la casa, para ello no hacen falta rituales complicados; siempre digo que los gestos más sencillos son los más poderosos”, señala Sara. Quien propone estas acciones tras un gran cambio personal: abrir puertas y ventanas durante al menos 12 minutos al día, durante siete o 21 días, ayuda a renovar el aire y la energía. Si llueve, mejor: el agua purifica y favorece la apertura del espacio y del cuerpo.
Otra práctica clave es una limpieza profunda: mover muebles, limpiar rincones olvidados y dejar que la energía circule. Luego, da un paseo consciente por la casa, respirando y observando qué objetos te expanden o te cierran. Quita lo que ya no te representa y recuerda que los vacíos también son vida. El silencio y el espacio libre preparan el terreno para lo nuevo.
© Lupe Clemente para Punto MQué conservar y qué soltar para que tu hogar refleje tu presente
En feng shui se dice que los objetos guardan energía. Sara propone un sencillo ritual de observación consciente para que tu hogar acompañe tu momento vital. Primero, prepara el espacio: apaga el teléfono, respira profundamente varias veces y lleva la atención al cuerpo, conectando con el centro del pecho, el cuarto chakra según las tradiciones orientales.
Conviene dejar espacio a lo que te hace bien y soltar lo que ya no te acompaña, para que tu hogar refleje tu momento presente.
Después, recorre la casa despacio, habitación por habitación, observando cada objeto, cuadro o mueble. No pienses, siente. Si algo te provoca calma, alegría o expansión, ese elemento vibra contigo. Si notas incomodidad, cierre o recuerdos pesados, quizá ya no te representa: agradécele su camino y déjalo marchar, regalándolo, donándolo o permitiendo que otra persona lo disfrute. Así, el espacio se alinea con tu presente y se convierte en un reflejo auténtico de quién eres ahora.
En este dormitorio diseñado por Punto M, se decide incorporar un acogedor cabecero de forma envolvente e incluso un rincón íntimo para la lectura.
© John TaylorTerrazas, balcones y jardines que acompañan tu energía
Las zonas exteriores, aunque sean pequeñas, son clave como conexión entre nuestro hogar y la naturaleza. Sara recuerda: “Un balcón o terraza puede convertirse en un refugio para tu presente”.
Incorporar plantas, texturas naturales y materiales como madera o cerámica favorece la energía y el bienestar. Si buscamos introspección, podemos crear un rincón tranquilo para leer o meditar; si nuestra etapa es más social, podemos acondicionar la terraza o el jardín para compartir con familia y amigos. Así, incluso fuera de casa, el hogar acompaña nuestro crecimiento interior.
© Ros‘Feng shui’ para jóvenes, padres y mayores
El feng shui acompaña nuestras distintas etapas vitales creando entornos que reflejan nuestro momento personal, según la experta:
- Juventud: impulso, color, exploración. Estamos viendo un dormitorio juvenil con muebles y complementos de la firma Ros.
- Maternidad y paternidad: calma, seguridad, protección.
- Madurez: claridad, serenidad, belleza equilibrada.
- Retiro: profundidad, ligereza, sentido.
Cada fase requiere un espacio que respalde la energía que necesitamos, ayudándonos a vivir de manera más armoniosa y consciente. En todo caso, Sara aclara que “el feng shui no impone fórmulas, sino que acompaña con respeto cada momento”. Detrás de cada distribución, cada material o cada orientación, hay una pregunta que guía: ‘¿Qué necesita esta persona para sentirse en equilibrio con la vida que está viviendo ahora?’ Ese es el arte del feng shui: acompañar cada ciclo vital respetando la energía única de cada persona.
© LladróConsejos para quien siente que su casa ya no ‘le representa’
“Lo primero que suelo recomendar cuando una persona detecta que su hogar ya no le identifica es que se reciba esa sensación con alegría. Sentir que la casa ya no nos representa suele ser una señal de que se ha producido una evolución, un giro, un despertar… y lo que vemos a nuestro alrededor todavía no ha sido actualizado para reflejarlo. Es una oportunidad, no una pérdida”, explica Sara.
Las soluciones pueden ser redecorar, reordenar o redistribuir el espacio, o incluso cambiar de vivienda. Si eliges transformar tu entorno, empieza por observar tu casa con una mirada nueva. Pregúntate si lo que ves sigue teniendo sentido para ti ahora: tal vez ese sofá frente al televisor podría orientarse hacia la ventana, o quizá tu dormitorio te pide una disposición distinta que te aporte calma y equilibrio. En la propuesta, se decide incorporar piezas lúdicas y alegres en porcelana, unas figuras de Minnie adquiridas en Lladró.
Cuando ya no te identificas con tu casa, mírala con nuevos ojos, renueva su energía limpiando y ventilando, reordena o redistribuye lo necesario y suelta lo que ya no encaja para que vuelva a reflejar quien eres hoy.
Una limpieza profunda y una buena ventilación también ayudan a renovar la energía y dejar circular el Chi (la fuerza vital del hogar según el feng shui). Aprovecha para soltar lo que ya no encaja contigo: dona, regala o sustituye aquello que sientes que pertenece a otra etapa.
Redibujar tu casa no es convertirla en un catálogo, sino permitir que vuelva a reflejar quién eres hoy. Que te acoja, te sostenga y te acompañe con belleza, coherencia y sentido en la etapa que estás viviendo.
