El diseño de la iluminación natural y artificial
Para comenzar la experta quiere recordar que la conexión entre espacio interior y exterior es de suma importancia para la salud y el bienestar de las personas. Y es que, nos hemos acostumbrado a vivir la mayor parte de nuestro tiempo en espacios interiores, pero no siempre ha sido así. Nuestra especie, los seres humanos, hemos vivido muchos más siglos y milenios en exteriores que en interiores y somos, al fin y al cabo, animales, más o menos civilizados o conscientes, pertenecemos al reino animal, y como todos los animales necesitamos el contacto con la luz solar para que nuestra biología funcione adecuadamente, la luz natural marca nuestros ritmos circadianos, influyendo en la calidad de nuestras horas de sueño tan relevantes para nuestra salud y bienestar.
La neuroarquitectura ha demostrado cómo la luz natural favorece la concentración y nos hace sentir más serenos e inspirados. En cuanto al feng shui, debemos tener en cuenta que se trata de una técnica milenaria y en realidad el tiempo que hace que los humanos tenemos luz artificial no es tanto, de hecho, es bastante reciente. En ese sentido no vamos a encontrar en los textos clásicos de feng shui ninguna referencia a la luz artificial. A lo que sí podemos acudir es a la cosmogonía oriental de la que surgen las artes orientales, incluido el feng shui, tiene muy en cuenta nuestro contacto con los elementos naturales, siendo la luz del sol uno de los más fundamentales. Que los espacios más dinámicos de nuestras casas, por ejemplo los salones, cocinas y salas de estar, reciban la luz del sol de la mañana y el mediodía, una luz que en términos de feng shui es más ‘yang’ y, por lo tanto, tiene un efecto más activador, induce más a la acción, y que en los dormitorios y espacios de relax se reciba más la luz del atardecer, sería una forma de intervención general en la que estaríamos distribuyendo nuestros espacios en relación a la influencia de los ciclos de la naturaleza en nuestras vidas. Aunque Sara reconoce que “también es cierto que no en todos los casos, esto es 100% aplicable, como hemos indicado anteriormente, es necesario evaluar cada caso, su tamaño, su forma, su funcionalidad, qué tipo de personas van a habitarlo y para realizar qué actividades, etc. para entonces recomendar la mejor ubicación y tamaño de puertas exteriores, ventanas y otras aberturas por las que pueda acceder la luz natural”.
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