Entramos en la impresionante casa de Marina Vernicos, heredera de una saga de armadores griegos, en la isla de Sifnos

Fotógrafa por vocación y madre de tres hijos

Marina Vernicos posa en su casa en el mar Egeo

15 de noviembre de 2025 - 6:28 CET15 de noviembre de 2025 - 6:28 CET

Esta es la historia de un lugar auténtico, que cuenta las profundas raíces de una familia de armadores griegos, los Vernicos. Marina, sexta generación de esta saga de empresarios del transporte marítimo, nos recibe en su entorno familiar, la isla de Sifnos, donde no se habla de lujo ostentoso, sino de afecto y del placer de compartir.

Sifnos, perteneciente al archipiélago de las Cícladas, es famosa por sus numerosas iglesias y monasterios, con más de 365 repartidos por toda la isla

MARINA VERNICOS NOS INVITA A CONOCER SU IMPRESIONANTE CASA JUNTO AL MAR, EN LA ISLA DE SIFNOS, UNA DE LAS PERLAS DEL EGEO

Sifnos está dibujada con las tradicionales casas encaladas esparcidas por las laderas, las innumerables iglesias encaramadas en cada pico, los caminos de piedra que serpentean entre olivares y campos en terrazas, todo ello bañado por esa incomparable luz griega, creando un ritmo visual que habla directamente al alma. La casa de Marina Vernicos se encuentra en Vathi, una joya escondida en la costa suroeste de la isla. Es un tranquilo pueblo de pescadores rodeado de colinas, arenas doradas y aguas tranquilas y cristalinas. Así, entre risas, cenas al aire libre, en el ambiente relajado de su casa, donde resuena el sonido del mar, Marina nos habla de su pasión por la fotografía. Es una persona creativa, divertida, que irradia empatía, curiosa por viajar por el mundo y orgullosa de ser griega.

"Grecia es, para mí, una musa constante. He viajado por 145 países y puedo decir, con certeza, que no hay lugar comparable"

Marina Vernicos, cuya casa está en la villa de Vathi. "Enclavada en una profunda bahía natural, su nombre significa profundo", nos dice nuestra anfitriona

—¿Puedes hablarnos de tu entorno familiar, tus padres y tu educación?

—Nací y crecí en Atenas, pero mis raíces se remontan a esta isla, Sifnos, de donde era mi bisabuelo. Pasábamos aquí todos los veranos en familia, por lo que ocupa un lugar muy especial en mi corazón. Es donde me siento más unida a mi herencia. Mi familia se ha dedicado al transporte marítimo durante generaciones. Yo represento a la sexta, pero elegí seguir un camino diferente. Aunque siento un profundo respeto por el legado de mi familia, mi pasión por la fotografía me llevó finalmente en otra dirección. Mi padre, George Vernicos, no solo es el mejor padre que se puede tener, sino también un conocido empresario, activista social y ávido viajero. Es el presidente de Vernicos Yachts, que fundó en Atenas en 1975, y asimismo creó el complejo hotelero Verina en esta isla. Mi madre, Demi Vezirouli, también participa activamente en el negocio familiar. Aunque mis padres se divorciaron cuando yo tenía tres años, siguieron siendo amigos íntimos y continuaron construyendo juntos el negocio, un verdadero testimonio de sus valores y respeto mutuo. En cuanto a mí, estudié Comunicación y Fotografía en el Emerson College de Boston, seguido de Administración de Empresas en la Harvard Extension School. Mi intención era volver a Grecia y unirme a la empresa familiar. Pero con el tiempo, mi pasión por la fotografía se hizo imposible de ignorar. No era solo un "hobby", era una vocación. Aún recuerdo a mi padre diciéndome: "Haz lo que de verdad te interesa y te hace feliz". Ese consejo me dio la claridad y el valor para seguir el camino creativo que me parecía más auténtico.

—Y la fotografía determinó tu trayectoria profesional.

—Sí, mi pasión por la fotografía resultó ser más fuerte que cualquier otra cosa. Tenía solo nueve años cuando mi padre me regaló mi primera cámara. Lo recuerdo tan vívidamente, la sensación de asombro, el sentimiento de que un nuevo mundo se abría ante mí. Desde ese día, la fotografía se convirtió en mi lenguaje, mi forma de captar lo que las palabras a menudo no pueden: la quietud, la maravilla, la belleza que nos rodea.

—Eres madre de tres hijos. ¿Qué tipo de valores te parece más importante transmitirles?

—Trato de inculcarles los mismos valores con los que yo me crié: resiliencia, generosidad y un profundo aprecio por las raíces y las pasiones de cada uno. Mi hija Demilia tiene 19 años y estudia en la NYU de Nueva York. George, de 17 años, cursa el último año de bachillerato, y Annezia, de 15, sigue impresionándome con su espíritu emprendedor, su creatividad y su confianza. Verlos convertirse en personas reflexivas e independientes ha sido el viaje más significativo de mi vida. Siempre he creído que los niños aprenden con el ejemplo, no con la instrucción. Así que intenté vivir mi vida de manera que les enseñara a ser independientes, a confiar en sus instintos, a apoyarse en sus puntos fuertes y a seguir siempre lo que les dictaba su corazón.

"Nací y crecí en Atenas, pero mis raíces se remontan a esta isla, de donde era mi bisabuelo. Sifnos es mi ancla emocional. Es donde mi corazón regresa, una y otra vez"

—¿Cuál es tu visión como fotógrafa?

—Mi visión como fotógrafa es buscar la belleza en su forma más pura y sin filtros. Tanto si encuadro un paisaje marino infinito, una humilde capilla en una colina azotada por el viento, o un fugaz destello de luz, me esfuerzo por captar no solo lo que veo, sino lo que siento. Me atrae la quietud, la sencillez, la emoción tranquila. Quiero que mis imágenes ofrezcan una sensación de paz y presencia, que inviten al espectador a un momento que parezca íntimo y eterno a la vez.

—Grecia ocupa un lugar destacado en tu obra. ¿Por qué es una fuente de inspiración permanente para ti y cómo influye el mar en tu creatividad y en tu vida?

—Desde el principio, me sentí obligada a compartir la belleza de Grecia con el mundo. Nuestro mar, nuestro cielo, nuestra luz son tesoros que llevo en cada imagen que tomo. Grecia es, para mí, una musa constante. He viajado por 145 países y puedo decir, con certeza, que no hay lugar comparable. Pero es el mar, tal vez, lo que me llega más profundamente al alma. Sus tonos, desde el turquesa cristalino al azul profundo de medianoche, me transportan cada vez que levanto la cámara. En verano, nado en el mar dos horas al día, es un ritual y una forma de meditación. Mi profundo amor por Grecia, especialmente por sus paisajes marinos, combinado con un fuerte impulso de hacer que otros experimenten esa belleza, me llevó a lanzar mi marca en 2015, Marina Vernicos Collection. No solo ofrezco mis impresiones fotográficas, sino también una cuidada colección de ropa, joyas, accesorios y artículos para el hogar, todos ligados a mi estética.

Construida en armonía con el paisaje de las Cícladas, la casa combina la arquitectura tradicional encalada con la elegancia moderna. Se encuentra directamente en la playa, dentro de su propio recinto privado, pero a solo unos pasos de tabernas tradicionales

—¿Qué representa Sifnos para ti a nivel personal y emocional? ¿Qué hace que la atmósfera de Sifnos sea tan única?

—Sifnos es mi ancla emocional. No es solo el lugar de origen de mi familia, es donde mi corazón regresa, una y otra vez. Vengo aquí desde que era niña. Cada verano, cada paseo en barca, cada aroma de hierbas silvestres y sal marina me trae recuerdos de sencillez, alegría y conexión. También es donde me casé y donde bautizaron a mis tres hijos. Desde el momento en que llegas, la magia de Sifnos se instala en ti. También la hace inolvidable su equilibrio: elegancia sin pretensiones, tradición sin rigidez, belleza sin esfuerzo. Pero, sobre todo, son las gentes las que definen la isla, su calidez, sus ritmos, su tranquilo orgullo. Hay aquí una autenticidad poco común que invita a entrar, no solo como visitante, sino como alguien que pertenece. El ritmo de vida aquí es más lento, más significativo. Nos recuerda lo que de verdad importa: la familia, la naturaleza, la luz y la belleza de la quietud.

"Aunque siento un profundo respeto por el legado de mi familia, mi pasión por la fotografía me llevó finalmente en otra dirección. A los nueve años me regalaron mi primera cámara"

Marina, que viene a Sifnos desde que era una niña, se casó en la isla, donde también fueron bautizados sus tres hijos, de 19, 17 y 15 años. En las imágenes, el comedor interior, con vajillas de Themis Z y decoración floral de Fabrizio Cocchi

—¿Qué te inspiró a construir tu casa en Vathi?

—Nuestra casa en Vathi es el lugar que capta todo lo que me gusta de la isla. Enclavada en una profunda bahía natural, su nombre significa profundo. La vida en Vathi sigue un ritmo más suave, y eso es exactamente lo que quería reflejar en esta casa. Se encuentra directamente en la playa, dentro de su propio recinto privado, pero a solo unos pasos de tabernas tradicionales, estudios de alfarería y pequeñas embarcaciones que se mecen suavemente en la bahía.

—¿Puedes hablarnos del concepto arquitectónico que hay detrás de esta casa?

—Construida en armonía con el paisaje de las Cícladas, combina la arquitectura tradicional encalada con la elegancia moderna. Su diseño respeta la sencillez de la isla, a la vez que ofrece todas las comodidades de un retiro lujoso y bien pensado. Consta de tres edificios separados, lo que permite compartir experiencias y disfrutar de total privacidad. Cada espacio ha sido cuidadosamente seleccionado con el blanco como paleta dominante, acentuado por escogidas piezas de arte que añaden un sutil color y carácter. El resultado es un espacio luminoso, aireado e inspirador, que evoca una sensación general de comodidad y estilo. Las paredes de la casa están adornadas con impresiones fotográficas de mi propia obra. El mar es el tema central, como siempre; quería que la casa reflejara esa misma sensación de libertad, serenidad y profundidad que me da el mar. En el exterior, la villa ofrece un mundo de lujo relajado. En el centro hay una piscina grande y acogedora, un verdadero punto de encuentro para la familia y los amigos. Está rodeada de una amplia zona para tomar el sol y un bar exterior, totalmente equipado y listo para servir cualquier cóctel; es un espacio diseñado para la conexión y el disfrute. También tenemos una pista de tenis.

"La vida en Vathi sigue un ritmo más suave, y eso es exactamente lo que quería reflejar en esta casa. Su diseño respeta la sencillez de la isla, a la vez que ofrece todas las comodidades de un retiro lujoso"

"Las paredes de la casa están adornadas con impresiones fotográficas de mi propia obra. El mar es el tema central, como siempre, quería que la casa reflejara esa misma sensación de libertad, serenidad y profundidad que me da el mar", apunta la fotógrafa

—¿Qué estilo de vida llevas cuando estás en Sifnos?

—Aquí vivimos sin horarios. Nos bañamos a primera hora de la mañana, caminamos descalzos hasta las tabernas del pueblo, leemos, reímos, recibimos a amigos para cenar y pasamos largas veladas bajo las estrellas, escuchando el mar. Y, por supuesto, nuestros perros, "Dag" y "Noor", vienen con nosotros a Sifnos todos los veranos.

—¿Qué te inspiró a fundar CREAID y a combinar tu pasión por la creatividad con tu compromiso de donar?

—Crecí en una familia en la que la generosidad y la responsabilidad social no eran solo palabras, sino una forma de vida. Ese espíritu me llevó a fundar CREAID, una organización sin ánimo de lucro cuyo nombre lo dice todo: crear para ayudar. La idea es fusionar la creatividad con la filantropía, utilizar el arte y el diseño como herramienta de impacto social. A través de exposiciones y subastas anuales, recaudamos fondos para proyectos humanitarios específicos. Nuestra iniciativa más reciente, "Masters of Interior", reunió a 100 aclamados arquitectos, diseñadores y artistas para crear piezas de diseño únicas que se subastaron. Todo lo recaudado se donó al Hospital Infantil P. & A. Kyriakou, para financiar equipos médicos vitales para el diagnóstico precoz y el tratamiento del cáncer infantil. Cada proyecto es diferente, pero el espíritu es siempre el mismo: ofrecer ayuda real a los necesitados —especialmente a los niños— y unir a la gente a través de la creatividad.

Aquí vivimos sin horarios. Nos bañamos a primera hora de la mañana, caminamos descalzos hasta las tabernas del pueblo, leemos, reímos, recibimos a amigos para cenar y pasamos largas veladas bajo las estrellas"