El otoño también florece: la planta de belleza radiante que es ideal para los rincones más frescos del jardín
La anémona de otoño (‘Anemone hupehensis’) es una planta agradecida que prospera en suelos frescos, ricos y bien drenados, con una ubicación en semisombra. No requiere grandes cuidados, pero sí algunos secretos que te contamos para mantenerla siempre feliz.
¿Quieres una flor perfecta para esta estación del año? La anémona de otoño (también conocida como anémona japonesa o Anemone hupehensis) es una elección ideal para llenar de color los meses frescos.
Esta variedad perenne del género Anemone se caracteriza por sus tallos largos y elegantes, que pueden superar los 140 cm, y por una gama cromática sorprendente, que va del blanco puro y el rosa romántico al púrpura profundo, el naranja o el fucsia encendido. En climas templados, puede mantener sus flores hasta noviembre, convirtiéndose en una presencia constante en el jardín otoñal. Estas pueden ser simples, semidobles o dobles.
A continuación, te ofrecemos todas las claves para cultivarla, cuidarla y multiplicarla con éxito.
Semisombra, humedad y abrigo: el trío perfecto para la anémona de otoño
La Anemone hupehensis florece desde finales del verano hasta bien entrado el otoño, por lo que necesita una ubicación que le ofrezca luz suave y protección. Para que crezca feliz en el jardín, lo ideal es plantarla en zonas de semisombra o sol filtrado, como bajo árboles caducifolios o junto a muros que proyecten sombra parcial. Por sus tallos altos y delicados, conviene resguardarla del viento o usar soportes discretos.
Cultivada en maceta es una planta ideal para decorar tu porche, terraza o balcón. Eso sí, se le debe ofrecer un recipiente profundo, tierra fértil y un rincón luminoso pero no abrasador
Hay que evitar que reciba sol directo en las horas más intensas del día, para que no se quemen sus hojas. No obstante, un exceso de sombra provoca una floración escasa. Por lo que lo ideal es situar a la anémona de otoño en semisombra. Para potenciar una abundante floración, asimismo, evita un suelo muy seco.
Por otra parte, la poda es sencilla: basta con retirar flores marchitas y hojas secas para estimular nuevas brotaciones y prolongar la floración.
¿Dudas sobre el sustrato o fertilizante que conviene a la anémona de otoño? Esta planta necesita un sustrato ligero y bien drenado, con buena capacidad para retener humedad sin llegar al encharcamiento. Lo ideal es una mezcla rica en materia orgánica, con compost o humus de lombriz, que mantenga el suelo fresco durante la floración, pero sin exceso de agua en invierno, cuando las raíces son más vulnerables.
En cuanto al abono, conviene aplicar fertilizante orgánico equilibradoen primavera, justo antes del crecimiento activo, y repetir con un abono rico en potasio a mediados de verano para favorecer la floración.
Ya hemos dicho que a la anémona de otoño no le convienen los encharcamientos, y es que sus raíces son especialmente sensibles al exceso de humedad, lo que puede provocar pudriciones difíciles de revertir. ¿Cómo regar entonces? De verano a otoño (su periodo de crecimiento y floración) necesita riegos regulares y generosos, sobre todo si hay sequía o calor prolongado. Pero fuera de esa etapa, el riego debe reducirse al mínimo, especialmente en invierno.
Cultivada en macetas o cajoneras, el control debe ser aún más preciso: el drenaje debe ser impecable y el sustrato nunca debe quedar empapado. Y es que regar no es solo echar agua: es observar, ajustar y respetar el ritmo de la planta.
La anémona japonesa puede plantarsea comienzos de primavera o al inicio del otoño, dos momentos en los que el suelo está templado y la planta puede establecerse sin el estrés del calor o del frío extremos.
Para hacerlo correctamente, sigue estos consejos:
Excava un hoyo amplio, al menos el doble del tamaño del cepellón.
Coloca en el fondo una mezcla de tierra fértil y arena, que favorezca el drenaje.
A continuación, una vez situada la planta, cubre con tierra y presiona ligeramente.
Por último, riega generosamente.
Es importante respetar una distancia de 40 a 50 cm entre ejemplares, ya que su crecimiento es rápido y puede ocupar bastante espacio.
Trucos para abrigar esta planta de floración tardía durante el invierno
El invierno puede poner a prueba las raíces de la anémona de otoño, sobre todo en zonas con heladas intensas o suelos saturados. Para protegerla, conviene aplicar un acolchado orgánico (como corteza de pino, compost maduro o paja), que actúa como aislante térmico, mantiene la temperatura del suelo más estable y evita que el exceso de agua lo empape en los meses fríos.
Además, en verano y durante olas de calor, cumple otra función clave: retiene la humedad del sustrato, reduce la evaporación del agua de riego y protege las raíces del estrés hídrico.
Primavera: la estación clave para multiplicar la anémona de otoño
La propagación de la Anemone hupehensis se realiza principalmente por división de raíces tuberosas, una técnica que debe aplicarse a comienzos de primavera, cuando la planta aún no ha iniciado su ciclo de floración.
Para dividirla correctamente, hay que extraer con cuidado el cepellón, sacudir el exceso de tierra y localizar las raíces más gruesas. Con una herramienta limpia y afilada, se cortan segmentos que contengan al menos un brote o yema visible. Cada porción se replanta en sustrato húmedo y fértil, manteniéndola protegida del sol directo y del viento.
Como ocurre con otras especies del género Anemone, el contacto con la planta puede provocar irritaciones cutáneas. De modo que es recomendable usar guantes durante la manipulación de la planta.
Aunque es una planta resistente, la anémona de otoño no está libre de amenazas. El exceso de riego es uno de sus peores enemigos: puede provocar la temida pudrición, causada por hongos que prosperan en suelos encharcados y con poca ventilación. También es sensible al mildiu, la roya y el oídio, especialmente en climas cálidos y húmedos.
Para cuidar su salud y prevenir, es clave mantener un buen drenaje, espaciar bien las plantas y vigilar los primeros síntomas de problemas con esta planta vivaz.
Aunque su nombre botánico (Anemone hupehensis) hace referencia a la provincia china de Hubei, donde se identificaron sus raíces silvestres, las variedades que hoy dominan los jardines europeos proceden en su mayoría de introducciones japonesas realizadas en el siglo XIX. Lo que explica que también se la conozca como anémona japonesa.
Ha sido reconocida con el Galardón al Mérito en Jardinería otorgado por la Royal Horticultural Society, un distintivo reservado a especies que combinan valor ornamental, rusticidad y facilidad de cultivo. Y es que esta anémona no solo embellece el jardín en los meses más frescos, sino que lo hace con una elegancia serena y sin exigir cuidados complejos.